Capítulo 5: "Una cita con Lissa"

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Lissa es agradable, podría describirla como un ángel, su sonrisa tiene un encanto especial, además de ser muy amable y cortés. Debería haber más chicas como ella en este mundo. Me encantaría tener sentimientos por alguien así, pero de alguna manera las muchachas que me gustan terminan siendo decepciones. Eso me recuerda a Melody. Estaba enamorada de mi amigo Len y yo como un tonto no me había dado cuenta, además luego coqueteó con mi otro amigo, Ryan, sin contar que me trató para la mierda cuando me confesé.

Está loca.

O sea en ese momento me dolió mucho, no voy a decir que no, estaría mintiendo, quería llorar, morirme, pero ahora ya es agua pasada. Necesito aprender más sobre relaciones, eso es todo.

Bueno ¡Concentración! Decirme eso siendo despistado es irónico, pero es lo que hay. Cuestión, tengo que demostrarle a Natalla que soy confiable, Lissa no sabrá nada de nuestro encuentro en el baño, de que se corta, ni mucho menos descubrirá las actitudes verdaderas de su amiga. Seré muy precavido.

―Me agradas, Estuh ―dice la morocha sentada en la silla del parque comiendo su helado de cono al igual que yo.

Se me eriza la piel cuando apoya su cabeza en mi hombro. Creo que me está coqueteando ¡Ay, me está coqueteando! ¡¡Ay mierda!! ¡¿Qué voy a hacer?! Así uno no se puede concentrar.

―Pe... pero nos conocemos hace poco ―digo nervioso.

Alza la cabeza y me sonríe.

―Solo estoy siendo amable, no te asustes.

¿A dónde se ha ido el ángel? Bueno, sigue teniendo carita angelical, pero es bastante lanzada. Tiene mucha confianza. Aunque esa indirecta me asusto. No digo que no sea linda, sin embargo yo no vine para flirtear.

―¿Amigos? ―le pregunto rápido.

―Claro que sí ―expresa tranquila y luego pregunta sin previo aviso ―¿Sabes de quién son los zapatos? Tú estabas en el baño con alguien más, ¿cierto?

―¡Uf! Tanto hablar de baño me dio ganas de ir ―Me levanto del banco, le doy mi helado, yéndome a toda velocidad antes de que se me escape alguna palabra y todo mi plan se vaya muy lejos.

Camino por el sendero a paso rápido y me detengo cerca de un árbol, sonrío cuando me doy cuenta.

―Ya te vi ―le aclaro.

Natalla sale de su escondite, estando nerviosa.

―¿Cómo supiste?

―¡Soy muy observador! ―expreso orgulloso alzando la cabeza por un instante para luego mirarla directo ―Estuviste escuchando nuestra conversación en el colegio y decidiste seguirnos porque no confías en mí, pero yo no he dicho nada.

Presiona los puños y me mira enfadada.

―Escucha, Ratoncito, será mejor que ni hables o haré de tu vida un infierno ―amenaza.

―¿Más? ―Alzo una ceja ―Vamos, no sé qué te he hecho ¿No puedes confiar en mí? Seamos amigos ―insisto.

―No ―expresa cortante.

―Pero la otra noche...

―Esa vez fue una equivocación, olvídala y además, no hables más con Lissa, ¿entendido?

―Es tu amiga, debería saber lo que te pasa.

―No te metas donde no te llaman ―Se gira rápido para irse pero la sigo, así que se detiene a mirarme ―¿Y ahora qué?

―Necesito saber qué debo hacer para que dejes de tratarme así.

―Morirte, ¿te parece bien?

Frunzo el ceño.

―No.

―No es mi problema ―Se da la vuelta de nuevo y esta vez la freno agarrándola de la muñeca ―¡Suéltame!

―¡Lo siento! ―me disculpo avergonzado.

―¿Qué sucede aquí? ―Veo a la morocha acercársenos.

Ay mierda, Lissa.

La olvidé.

―Lissa, yo... ―tartamudea Natalla.

Su amiga entrecierra los ojos pero luego sonríe.

―¿Son amantes? Qué picara saliste, Nat.

―No, no, nada que ver ―Mueve su mano nerviosa para que la suelte.

―Así que eran tus zapatos, lo sabía ―expresa su teoría.

Qué veloz.

―Ahora que está todo aclarado, podrías pedirle que... ―soy interrumpido cuando la mano de Natalla me empuja a alejarnos de allí.

Otra vez salimos corriendo.

―¡¿Se puede saber qué estás pensando?! ―le grito cuando nos detenemos y ya no hay visualización de Lissa ―¡¡Dime algo!!

Logra zafarse y me mira enfurecida.

―¡¡¡Cállate!!! ―chilla lanzando toda su furia y me sobresalto ―Deja de arruinarlo todo ¿Qué has hecho? ―Sus ojos se humedecen ―Lo has empeorado.

―Lo... lo siento, no llores ―expreso preocupado.

Se cubre la cara y solloza.

―Desde que llegaste todo se ha ido de mi control, estoy perdida.

―Si no me dices qué pasa, no puedo ayudarte.

―No lo entenderías, yo...

―Pruébame, inténtalo ―insisto.

―¡No! ―Se gira y rápidamente se va corriendo.

La sigo pero la pierdo cuando cruza la calle y dobla en una esquina. Me gustaría ayudarla, pero no tengo idea de cómo. No sé nada de ella. Esto es como buscar una aguja en un pajar y yo soy más diminuto que un ratón para encontrarla. Ojalá supiera qué hacer. La situación se ha vuelto muy estresante. Mi plan se ha ido a lo más profundo de un pozo y dejó de ser una cita con Lissa.

___

Perdón la tardanza, me fui de vacaciones y no sabía cuando iba a volver, así que tuve que poner la historia en pausa ¡Pero ya estoy de regreso! ❤

Pobre Nat, la está pasando mal...

Más capítulos pasan, más quiero abrazar a Estuarth, además me encantan sus comparaciones con el ratón xD

Espero que les haya gustado el capítulo 💕

Los quiere, Vivi.

De popular a solitario (C.G #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora