Me estoy besando con Natalla ¿Sería infantil admitir que es mi primer beso? Me encuentro avergonzado. Obviamente ella es toda una experta y sabe lo que hace, creo que por eso puede manejar toda la situación. Sus labios se perciben cálidos ¿Será raro si cierro los ojos? Es una sensación hechizante, se siente bien.
Cuando aparta su boca de la mía ella se muerde el labio inferior, yo solo me quedo petrificado mirándola, y aunque estoy mojado por haberme tirado al agua del lago, de todas formas tengo calor.
Mucho calor.
Bajo la vista avergonzado y luego me levanto del suelo despacio.
―Ya... ya deberíamos irnos, ¿no? ―pregunto aturdido.
Ella también se dispone a pararse y me observa de manera picara.
―Qué tímido el ratoncito ¿Ya te asustaste?
―¡Pa... para nada! ―Alzo las manos ―¡Solo me tomó por sorpresa! ―exclamo alarmado.
―Estás avergonzado ―Se ríe ―pero dime ¿Te gustó?
Giro mi vista a un costado.
―Eh... sí, creo que sí, digo sí ―Me golpeo la cabeza ―¡Ay! Qué vergüenza ―exclamo y ella vuelve a reír, se me acerca, entonces me agarra del brazo ―¿Q... ¿Qué?
―Nada, vamos.
Salimos saltando de la cerca con la ropa empapada y revisamos que nuestros celulares no hayan muerto, ni lo pensamos. Por suerte el de Nat no se empapó mucho y puede llamar al chofer, al cual le pide ropa para cambiarse. El hombre se ríe al vernos mojados, entonces entramos al vehículo. Natalla se saca el vestido cuando el conductor cierra la ventanilla para no verla desvestirse y yo me cubro la cara.
―¡¿Eh?! ―chillo ―¡¿Dónde quedó tu vergüenza?!
Se ríe.
―Pero si ya se me traslucía todo, ratoncito.
―¡Pero vístete rápido!
―¿Qué? ¿No quieres ver? ―Se me acerca y grito.
―No, esto es violación.
Hace una carcajada.
―No exageres, si tanto te asusta, mira por la ventana.
―De... de acuerdo ―expreso sonrojado.
Observo el vidrio polarizado, hay un tipo extraño sacando fotografías, aunque no le presto mucha atención. Mi celular vuelve a funcionar, así que prefiero mirarlo, reviso mis mensajes y recuerdo que mi amigo Ryan vendrá pronto a visitarme, se tomará un avión en dos días. Si le cuento lo que estuve haciendo con Natalla seguro se burlaría, mejor eso me lo guardo para mí.
―¿Ya terminaste? ―Espío y acto seguido me arrepiento ―¡Qué lenta!
Se ríe.
―Lo hice a propósito, para ver si me espiabas ―Levanta una prenda ―. Tú también puedes cambiarte, el chofer te trajo ropa.
―¡No seas aprovechada! ―chillo y se carcajea.
―Vale, es broma ―Termina de ponerse la blusa.
Está totalmente feliz, cuanto me alegra, al fin puede ser ella misma. De repente su celular suena y su hermosa sonrisa se borra. Seguro es Lissa, pero para mi sorpresa no lo es, de hecho es el otro, que ya no sé qué rol juega en esto.
―Ryder ―expresa seria ―¿Qué pasa?
―¿Dónde estás? ―Se oye del otro lado de la línea.
Alza una ceja.
―En mi casa ¿Por? ―miente y al deducir su gesto, creo que le parece extraño que el "novio" pregunte su paradero. Eso me recuerda al camarógrafo que vi antes. Termina de hablar y me mira ―¿Me estaré volviendo paranoica? ―me pregunta ―¿Por qué siento que lo sabe? ―refiriéndose a lo que ocurrió entre nosotros.
¿Debería decirle? Prefiero guardarme la sospecha del hombre en la reserva natural. Así consigo ver de nuevo su sonrisa ¿Seré egoísta por desear que este alegre y no se preocupe por los demás?
Al día siguiente esto me cuesta muy caro.
Camino por el pasillo de la Academia Gloria y Ryder me encuentra primero, tira unas fotos en el suelo, en donde se ve claramente que estoy con Natalla, jugando, divirtiéndome, pasándola bien y la peor de todas para el que quiere golpearme, esa en la que se nota indudable que en la fotografía me encuentro besándome con ella, con su supuesta novia.
Ryder está furioso y con razón, me besé con la que cree que es su pareja. La rata le robó al mastodonte, se metió en la madriguera equivocada y ahora las va a pagar muy caro.
De repente me pega y toco el doloroso golpe que tengo en la cara, vuelve a hacer lo mismo, pero tampoco me caigo, la gente comienza a aproximarse a ver qué sucede, necesito huir, aunque nadie quiere apartarse para al menos ayudarme, estoy perdido.
―Has cavado tu propia tumba, Magdaly ―expresa Ryder furioso cuando caigo al suelo ya mareado por un tercer golpe.
Estoy asustado, pero como si el mundo se iluminara, como si alguien me mandara un milagro, lo veo, vino un día antes, visualizo la cabellera pelirroja de Ryan, ya que él se pone en medio de nosotros, entonces puedo ver su característica sonrisa egocéntrica para hablarle a mi agresor.
―Yo creo que no, tú cavaste la tuya ―expresa con muy alta confianza, no le importa que estemos rodeados de enemigos, él se lanza igual.
―¡¿Ryan?! ―expreso sorprendido y reaccionando.
Él se voltea a verme, entonces me saluda como si nada y hasta me guiña con mucha tranquilidad.
―Hola, Estuh. Tu ídolo ya llegó.
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De popular a solitario (C.G #3)
Teen FictionSoy Estuarth. Sí, como el ratón de la película. Nunca me afectó llamarme así hasta que... Fui a otro país, cambié de escuela, cambió mi mundo. Solía ser un chico popular en mi antiguo colegio. No estoy alardeando ni nada, tampoco sé cómo pasó. Pues...