Capítulo 8: "Déjame intentar"

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Slash, así lo llamó Lissa, es un castaño de una altura preocupante, si Ryder me da miedo, este chico más. La manipuladora supo a quien pedirle "ayuda", pero claro yo en realidad no hice nada. Ella es el "ángel" por eso mejor creerle a ella que a mí. Este es el circo de Lissa y todos son sus marionetas, lo que pasa es que yo no quise serlo, entonces me declara la guerra. Ojala fuera un ratón en este momento, corro por los pasillos mientras el chico alto me persigue, pero no puedo escabullirme por ninguna parte, alguna mala persona me pone el pie y caigo al suelo.

Ya está, estoy perdido.

―¿Te parece gracioso hacer llorar a una chica inocente?

―¡¡Pero ya te dije que no hice nada!! ―grito insistiendo aunque sé que no me va a creer.

El chico se acerca a golpearme pero de repente se hace un silencio enorme, entonces se detiene, me doy vuelta y ahí la veo, con sus hebras cobrizas acercarse a la escena. La Reina que estaba devastada hace tan solo un rato, ahora su semblante es normal como si no le hubiera ocurrido nada, pasa por el pasillo e ignora la escena. Sabía que no me ayudaría pero aprovecho el momento de la distracción de Slash para correr, aunque eso hace que todos los demás me miren mal porque no quedé quieto hasta que Natalla termine de concurrir por el camino. Decido hacer una jugada mucho más complicada ya que ahora no me persigue una sola persona y agarro la mano de su líder para llevármela de allí.

Entonces los dejo a todos aturdidos.

Salgo del edificio con Natalla y cuando nos alejamos de este lo suficiente me detengo, entonces ella se suelta abruptamente.

―¡¿Qué pretendes?! ―grita indignada.

―¿Yo? ―Alzo una ceja ―Tú me seguiste la corriente.

―¿Qué? ―expresa molesta ―Yo no...

―En realidad sí, porque pudiste haberte soltado antes o haberte resistido, yo no te lleve a la fuerza ―le explico.

Se queda mirándome con el ceño fruncido un largo rato.

―Yo... ―Baja la vista triste ―ya no sé qué hacer.

―Me disculpo por haberte hecho llorar, no sabía por lo que estabas pasando, pero ahora que lo sé, he cambiado de opinión, no me cambiaré de curso, te ayudaré ―Sonrío.

―Cambiarte... ¿de curso?

Asiento.

―Sí, era mucho abuso y decidí cambiarme de aula, quizás así no me verías tan seguido y no me torturarías.

―Yo...

―Tranqui, eso fue hasta que descubrí que en realidad no fuiste tú, sino Lissa. Solo hay que quitarle la careta, estoy seguro que debe tener alguna equivocación, no lo puede saber todo.

―¿Sabes lo de Lissa? ―expresa impactada.

―Sí, soy muy despistado, pero cuando quiero me doy cuenta de las cosas ―Me río.

Frunce el ceño.

―Por eso te estaban persiguiendo ―formula pensativa, luego reacciona más agresiva ―¡Retráctate, pídele perdón! Seguro si lo haces te disculpa, estoy confiada de que le agradas.

―Ni muerto, no voy a pertenecer a este circo de locos.

―Ahora que conoces como es, podrías... podrías aliarte a ella, llegar a un acuerdo, yo te metí en este lío, ella puede sacarte.

―Y ella te metió en esto y te obliga a ser quien no eres.

―Nadie me obligó, yo quise, no sabes nada sobre Lissa ―me aclara.

―Sé una cosa, ella te atormenta y las marcas en tus muñecas me lo confirman.

―No lo entiendes ―Baja la vista ―. La necesito.

―¿Qué? ¿Por qué? ―expreso desconcertado.

―Ella me hizo ser quien soy, ella me convirtió en alguien popular, para que nunca más sea una solitaria, para que jamás me traten con desprecio. Lissa me invitó a su juego, pero es porque yo quiero estar en él.

―No creo ―exclamo firme ―. Nadie puede estar feliz ocultando su verdadera personalidad, esperando a que los demás la respeten, primero respétate tú y después si deseas pensar en la opinión ajena es tu decisión ―Suspiro ―. En mi otra escuela yo era popular, me juntaba con personas así, sigo hablando con ellos, son buenos, son mis amigos y no tengo que burlarme, manipular o tratar mal a los demás para sentirme mejor. Tú eliges la diferencia, no el resto.

Sus ojos se humedecen y al fin me mira.

―Tú no entiendes...

―No, no conozco lo que te ha pasado, pero puedes salir de ese pozo, solo debes dejar de influenciarte por Lissa, habla con tus padres, se ve que son muy buenos y te quieren, busca una solución, Nat, sé que puedes hacerlo.

―No.

―Escúchame...

―¡¡Déjame en paz, Estuarth! ―Se gira para escapar pero esta vez no la dejo, la agarro de la mano de nuevo ―¡Suéltame!

―Salgamos.

―¿Eh? ―Me observa confundida.

―Como amigos ―Río nervioso y procedo a explicar ―. Hagamos una salida pero... quiero salir con la tú verdadera, sin todos los estereotipos que te impuso Lissa. Vamos, solo una vez, quiero demostrarte que no necesitas ser otra persona, solo tú, ¿de acuerdo?

Se queda en silencio mirándome un momento.

―Yo... ―Hace una pausa dudando ―Si lo hago, ¿dejarías de insistir?

Asiento.

―Sí, aunque estaría bueno que lo aceptaras.

―No lo sé, pero... ―Mira hacia un costado ―de acuerdo, aunque no pienso que consigas nada con esto.

Me pongo serio, ahora nuestras miradas se encuentras fijas la una de la otra, no se mueven ni por un segundo, entonces asiento y le sonrío.

―Déjame intentar. 

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Si les pareció este capítulo lindo, el próximo planeo que sea hermoso ❤

Aunque mi lado malvado también puede activarse, ya veremos jajaja

Atte: Vivi.

De popular a solitario (C.G #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora