48 • Conatus •

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« ¿Tal vez el mundo me está dando otra oportunidad de intentar otra vez conseguir mi luz propia? ».

Hoy fue penúltimo ensayo y fue el más intenso. Al finalizar nos probamos los trajes para ver si debía modificarse algo, pero afortunadamente todo con el vestuario quedo fabuloso y debía decir que me quede cautivado al ver como Park lucía en el. El traje le quedaba demasiado bien, su musculatura le sentaba perfecto al traje, y su cintura pequeña robaba la atención por lo fina que era y los diamantes que algunos iban esparcido justo en esa parte.

Pero, también vi como el de cabellos de oro no dejaba de verme y me sentía halagado. A pesar de saber que mi cuerpo no era el mejor, el rubio me hacía sentir que no era tan malo. Estaba más delgado de lo normal, pero eso no parecía importarle a Park quien me admiraba entre los brillos de sus ojos.

Tener a Park hacia que los cielos grises, ya no fueran tan grises, pero seguían siendo cielos apagados en busca de un intenso sol los protagonizará y sea un paisaje digno de admirar.

Ahora caminaba por unos helados que el mayor me debía por una de las apuestas que hicimos en el ensayo "Apuesto que el traje blanco será el tuyo" Solo había optado por reírme porque ya sabía que el traje de color negro yo lo utilizaría pero decidí seguirle la apuesta "Y yo apuesto a que seré el color negro, si gano me debes unos helados en la salida", y así fue como llegamos hasta aquí.

Hace un rato me quedaba pensativo por lo que dijeron Seokjin y Yoongi, tal vez Park y yo juntos no era tan bueno, pero no por él sino porque yo lo iba destrozar.

Sin embargo, aquí tenía al chico de cabellos de oro pidiendo un helado de vainilla y otro de fresa, el chico que siempre se proclamó gustar de chicas con buenos cuerpos y ser un chico de fiestas nocturnas, pero respetado.

¿Una persona puede cambiar así de simple?

Para una persona a su edad era difícil cambiar porque desde la adolescencia tenía una rutina que no lo aceptaría, y para cambiar se necesita la ayuda de un especialista así que si el chico de cabellos de oro acciona como hace tiempo no lo hace, no me sorprendería. Tampoco, me haría sentir mal porque no somos nada y yo no estoy enamorado de él, solo hay un gusto de por medio que que puede apegarse como también seguir floreciendo.

— Ten, tonto —me entrego mi helado de vainilla y con mucho chocolate por alrededor.

— ¿Ya estás listo para mañana? —pregunté dando mi primer gusto al helado de vainilla.

— Nací listo, pequeño tonto —sonrió descaradamente—. Bueno, puede ser que esté un poco nervioso, pero solo un poco.

— Está bien estar nervioso, no sé porque tratas de ocultarlo.

— Yo ya hice varias presentaciones, esto es pan comido.

Me guiño y yo solo decidí seguir probando mi helado hasta masticar algo más duro, según yo, sabía Park modifico mi helado echándole chocolate y chispas de colores.

— ¿Te gusta? —asentí y seguí probando— Le eché pasas a mi helado, sabe muy rico.

Por el dato de Park supuse que lo que había masticado era una pasa aunque no sabia específicamente a una. Seguimos comiendo hasta que empecé a tener tos.

— ¿Estás resfriado? Si me hubieras dicho no hubiéramos pedido helados.

— No que yo suponga, ¿qué le echaste a mi helado, aparte de las pasas?

— Amm... No tiene pasas, tiene maní.

Soy alérgico al maní.

— Oh Dios, dime que no, ¡Soy alérgico al maní!

『Amor por Casualidad』[JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora