Emboscada

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  Yuta llegó para llevarla al aeropuerto internacional y mientras se alistaba llamó a Taeyong.

— ¿No vas a despedirte de ella?

— Es mejor que no la vea partir

— Haré una parada por si quieres verla.

— No por favor....

  En el camino Yuta se detuvo y ella compró una bebida sentándose un momento, no dejaba de pensar en lo que dijo Taeyong antes de irse y la verdad no pudo evitar sonreír.

  Desde la distancia Taeyong admiraba como sonreía. Una melodía sonaba y sacó su teléfono, un número desconocido reflejaba la pantalla y él activó la llamada.

— ¿Hola?

  Solo dos personas tenían su número privado, su difunta abuela y Yuta.

"Ese Yuta"

— ¿Hola?  ¿Taeyong?

—  Si, soy yo...., t/n.

  Otro momento de silencio y él se preguntaba para que ella lo llamaba.

— Lamento llamarte es solo que yo quería... una última vez— Taeyong estaba tan felíz por su iniciativa.

— Mira al frente— Ella no entendió y él repitió —¿Puedes verme?— Y se levantó sorprendida al verlo sentado en la moto—Te escolté desde que saliste, quería asegurarme de que llegaras a salvo.

 — ¿Por qué no viene?...

—No puedo hacerlo...

— ¿Por qué no?, no entiendo.

—  Si me acerco y te abrazo, no voy a querer soltarte jamás— Ella se desplomó en el suelo sin dejar de mirar hacia esa dirección.

— No llores por alguien como yo.

  Ella confesó todo.

— ¡¡Anoche escuché todo lo que me dijiste!!—  Taeyong no dijo más nada y solo se quedó sentado viéndola con mucha aflicción— Desde que era una adolescente siempre quise que fueras tú esa persona, Taeyong....

— No lo digas, hablo en serio...

— Me gustaría que vinieras conmigo a Canadá...

— Yo..., estoy sucio, no soy digno de ti...

— ¡No digas eso! Después de lo de anoche siento que he renacido gracias a ti, Taeyong podríamos intentarlo, no, mejor aún... ¡¡Podemos hacerlo!!

—  ¡¡Yo de verdad quiero ir contigo!!  ¡¡Dios es mi testigo de que ese es mi mayor anhelo!!

  Deseaba ir con ella, lo que siempre quiso era huir de ese maldito cartel que arruinó su vida, quería irse lejos con ella pero nunca pudo hacerlo porque estaba encadenado a ese lugar, los grilletes en sus tobillos y en su cuello pesaban tanto que herian hasta su alma. Ella le pidió irse juntos y no podía hacerlo, sentía como el mundo se le venía encima cuando entendió su cruda realidad.

— Ven conmigo Taeyong...

— No soy una persona común y corriente, en lo que salga del país iré preso...

— ¡¡Puedes sacar documentos nuevos como lo hiciste conmigo!!


No insistas por favor, solo haces más doloroso nuestra despedida

— Aunque los tuviera es complicado, soy el líder del cartel 127....

— ¿Entonces nunca dejarás esa vida?— Esa voz triste proveniente de ella hacía  que su corazón se rompiera más.—  ¿No podremos estar juntos nunca?  Entonces, esto es todo. No debí hacerme ilusiones...

El Cartel 127 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora