Remordimientos

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  Él se agachó para verla y con su puño golpeó el piso hasta romper la piel de sus nudillos, estaba afligido no podía creer lo que veía que fue lo que habían hecho con ella en estos dos años. 

  Yuta sacó su arma y delante de todos ejecutó a todos los trabajadores, los clientes salieron del salón de apuestas despavoridos y el rubio ordenó que a todas los privados de libertad los dejaran en la entrada de un hospital menos a ella.

 Al regresar con ella arregló su cabello y limpió su rostro con su mano, la pobre tenía la mirada ida, sus pupilas estaban dilatadas y sus ojos rojizos.

.- Estás drogada, vamos a sacarte de aquí....

 Estaba aliviado de haberla encontrado, nunca descansó de buscarla porque era algo que él había prometido hacer esa noche. Sin embargo sus sollozos caigan en el hombro de ella mientras la abrazaba al ver las múltiples marcas lineales en su muñeca, algunas más reciente otras más viejas así que entendió lo que había tratado de hacer durante todo este tiempo.

"Debo contactar con Taeyong, pero en estas condiciones ella..."

  La llevó a casa, llamó a un personal  médico de confianza para que la atendieran, fue desgarrador verla implorar por drogas y tener fuertes ataques de abstinencia, la culpa lo invadía cada vez más debido a que el trabaja con drogas, personas como ella estaban sufriendo de esta manera, Yuta trató de calmarla y los doctores fueron muy serios al decir que si ella tendría acceso a drogas nuevamente para la próxima podría morir por sobredosis.

  En un segundo empujó al doctor y tomó el bisturí.

— ¡¡NO T/Y!! — Yuta y los demás se apresuraron pero cuando tuvo la oportunidad lo apuñaló en su abdomen mientras sus ojos mostraban ese odio hacia el rubio. — T/n.... — Dijo muy triste.

  Los forcejeos seguían y tuvieron que amarrar sus muñecas y sus tobillos a los pilares de la cama para que no volviera atentar contra nadie y contra ella misma mientras pasaba el efecto de la abstinencia.

— Señor Yuta está lastimado.

— No fue profundo así que no es nada ...

  Por las noches se quedaba a su lado cuidándola y Yuta siempre lloraba mientras se disculpaba todo el tiempo, estaba preparándose mentalmente para recibir su odio cuando estuviera lúcida. Pasaron unas semanas y ya estaba más consciente así que él se acercó para darle un obsequio.

— Estamos en invierno y compré esto para ti, te mantendrá caliente. — Pero no hubo respuesta y ni una mirada. — ¿No te gusta?  Es muy lindo, recuerdo que te gustaba el color lila ¿no? — Pero ella nunca le respondió, en el fondo Yuta sabía la razón y le dolía.

"Aunque me odies cuidaré de ti"

 Pasaron 2 meses y su habitación estaba llena de ropa de marcas, zapatos lujosos y muchas joyas que él le compraba. A media noche Yuta siente que algo se revuelve en su cama y al despertarse nervioso se topó con t/n. Ésta había bajado el cierre de su short sosteniendo el miembro flácido del rubio para terminar de introducirlo en su boca.

— ¿Qué haces?  Basta.  — Ella seguía succionando y estimulándolo hasta que esa flacidez se volvió dura en esa cavidad caliente y húmeda, lo ruidos que ella emitía lo hacían fantasear. — No debes.... — Su técnica era muy buena, la forma en que succionaba sus bolas, lamía y chupaba toda su extensión estaba haciéndolo querer explotar en cualquier momento, él olvidó todo sus pesares y se dejó llevar, sujetó la cabeza de la mujer con fuerza y comenzó a penetrarla a su ritmo. —  ¡Oh, por todos los cielos me vengo! — Al salir de su boca, su cuerpo se estremeció y terminó regando todo su néctar en el rostro de ella.

El Cartel 127 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora