{XXVII} Cosa 20: Los mellizos

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Ambos eran demasiado parecidos por fuera, pero todo el mundo sabía que en cuestión de personalidades eran dos mundos completamente diferentes.

–No sabía que esto de estudiar a distancia sería tan facil– mencionó la alfa de ya diecisiete años mientras entregaba uno de sus trabajos finales a distancia.

–Ya, yo tampoco, a este paso nos graduaremos a fin de año– dijo el menor haciendo lo mismo.

–¿Quieres ir al acto? – pregunto de repente la chica, mirando a su hermana seria.

–Sí, si no tengo nada para ese día me encantaría poder ir, ya sabes, ver a mamá y a papá sensibles y a los abuelos orgullosos, y al terminar una gran cena en la casa de los abuelos, como cuando Ana se graduó.

–Yo no se si quiero, si me lo piden iré, pero no me interesa– dijo ella mirando hacia el techo.

–A ti nada te interesa Yuli, debes empezar a buscar algo que quieras hacer.

–Lo se, lo se– suspiro–. Abu Yuuri me habló de una carrera en Japón, me interesó muchísimo, es un tipo de nanoingeniería.

–Pues dicelo a mami, seguro que no hay problemas para que lo hagas.

–Eso me gusta pensar.

–Además si te vas seguro encuentras a  ese alguién– sonrió el omega alzando sus cejas.

La castaña le lanzo una almohada riendo, su hermano se había empeñado con el tema de las parejas, solía decir “Es que todos tienen una menos nosotros”.

–Sabes que ese tema no me interesa en absoluto, para nada, nada de nada, mi hilo rojo esta conectado a tí, por ende no tengo pareja destinada.

–Eso no es cierto, alguien hay, estoy seguro.

–"Con la cantidad de personas que hay en el mundo es obvio que algunas están destinadas a estar solas"

–Debes dejar de leer cosas deprimentes, además adivina, ese personaje si consiguió pareja.

La mayor rodo los ojos, su hermano había sacado la terquedad de su madre.

–¡Chicos bajen, es hora de almorzar!

El grito de su padre los hizo levantarse para poder salir de la habitación, cuando estaban por bajar un pequeño manchón rubio bajo a una velocidad desmedida por las escaleras.

–¡¿Ash que te dijimos de usar la patineta dentro de la casa!?

El rubio escondía el objeto del crimen en su espalda mientras su madre lo miraba serio.

–Que no lo hiciera mami.

–Damela.

–Oh vaya que eres bueno– corrió de repente Albek a defender a su hermanito–. Pero esos trucos los harás en la pista, ¿Sí?

Yuri miro desconfiado a su hijo, mientras que el niño asentia bruscamente.

–Que sea la última vez– advirtió el omega mayor, yendo a sentarse en el comedor.

Apenas se fue la mayor le dio un suave golpe a ambos chicos en la nuca.

–Algún día mamá va tomar venganza, tontos.

Pero los chicos solo le dieron la misma sonrisa cómplice de siempre.

Cuando ya estuvieron todos sentados se dispusieron almorzar.

–Mamá, papá, estuve pensando que al terminar la secundaria me gustaría, ah, ir a estudiar a Japón.

La mesa quedó en silencio, pero el alfa mayor le indicó que siguiera.

–El abuelo Yuuri me habló sobre una carrera de nanoingeniería que de verdad me interesa, también menciono que la tía Mari vive sola y me podría quedar con ella todo lo que dure en la carrera.

–Si eso es lo que verdad quieres no te lo impedire, pero pondremos pautas, primero, no te vas a librar del acto, segundo puedes volver cuando quieras, si ves que hay algo que no te gusta te tomas el primer vuelo hasta aquí.

–Claro mamá.

La comida siguió tranquila después de eso.

//Capítulo cortito para no matarlos aH, poco a poco nos acercamos al final de esta bonita historia, quedan solo un par de capítulos y algunos extras, espero que les haya gustado esta pequeña pausa a la trama, no les voy a mentir se vienen cosas muy softs, como todo el fic jasjasjas, gracias por leer los quiero mucho, hasta el finde que viene probablemente.

Diario de la familia Altin-PlisetskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora