La situación se volvió caótica de un segundo al otro.
De repente el celular de Yuri empezó a sonar, él sabía que nadie lo llamaría en horas de trabajo a no ser que fuera una emergencia, así que salió tranquilo a recibir la llamada, pero esa tranquilidad duro solo hasta que oyó a la profesora de sus hijos.
–Yulia y Albek están en la enfermería, parece que están cerca del celo, alguien intento atacar a Albek y su hermana lo defendió, así que recibió una herida, es pequeña, pero preferimos que los retiren de inmediato.
El rubio no necesito más palabras que esas, de inmediato habló con el director del Instituto y se retiró para buscar a sus hijos, no sin antes comprar supresores para ambos. Llegando a la escuela se dio cuenta de que la maestra de sus hijos lo esperaba, y parecía muy desesperada.
–Mil disculpas señor Plisetski, pero no contamos con supresores.
El rubio quiso gruñir, pero ya se lo esperaba así que solo se calló y corrió hacia la enfermería. Al llegar el olor de los dos celos estaba mezclado, su niña tenía las manos atadas frente a ella, con lágrimas callendo a borbotones por sus mejillas, sus labios tenían heridas por haberselos mordido para impedir que sus gruñidos salieran y parecía desesperada por soltarse, su hijo en cambio lloraba en la camilla, el dolor de su bajo vientre y el calor que quemaba todo su cuerpo eran insoportables. Yuri se preguntó porque dos niños de trece años debían pasar por eso.
Corrió hacia su niña, dándole rápidamente la pastilla, acarició su cabello y se dirigió a su hijo para repetir la acción. Una vez los dos estuvieron más tranquilos se dio cuenta de la cuerda que atrapaba las manos de su cachorra, la solto inmediatamente y juro para si mismo que eso no quedaría así, pero en ese momento solo importaba que sus hijos llegaran a casa sanos y salvos.
Cuando llegó a casa noto lo primero que vio fue la cara contrariada de su marido, los aromas de los niños eran más fuertes que nunca, así que Otabek noto enseguida la situación y se encargó de llevar a su hija a la habitación de esta mientras Yuri se encargaba de su pequeño.
–Mami me duele mucho y mi trasero se siente extraño, no me gusta, quiero que pare– el pequeño sollozaba, las sensaciones eran demasiadas para su joven mente.
Si bien Yuri le había explicado que eso sucedería, él entendía que nadie estaba preparado para el primer celo, todas esas nuevas emociones agolpandose en tu cabeza, mientras tu cuerpo reacciona como nunca antes había hecho, era difícil.
–Tranquilo amor, ya te lo dije antes no, esto es feo, pero se detendrá.
–¿Cuándo?
–No lo se amor, en una semana más o menos.
–Ojalá sea menos.
Yuri sonrió, beso la frente del chico, dejando las pastillas a un lado de su cama, en el primer celo de los omegas se suele dormir mucho si no se tiene experiencia sexual, él se recordaba a si mismo durmiendo bajo el ventilador de techo en una lucha para combatir el calor que lo invadía.
Albek le sonrió, asintiendo con la cabeza en señal de que lo dejaba marchar.
–Estaré afuera por cualquier cosa.
–Lo se mami.
Al mismo tiempo que el rubio salía de la habitación Otabek hacia lo mismo desde la habitación de su hija, completamente serio y un poco enfadado.
–¿Qué le pasó en las muñecas a Yuli?
–La ataron, estaba tan preocupado que ni siquiera hice un escándalo, espero que no haya querido lastimar algún compañero– dijo el rubio abrazando a su esposo, el cual lo correspondió–. No creo que haya sido eso, ella es muy centrada no me parece que se pudiera descontrolar.
–Lo mismo pienso, además fueron muy bruscos, está lastimada.
–Lo se– dijo el de ojos jade enojado.
Tras unos minutos de silencio ambos decidieron ir hacia la sala, lugar desde donde podían escuchar todo y al mismo tiempo podían conversar tranquilos.
–Me gustaría que Sala venga a explicarle a Yulia todo esto, es una alfa mujer y sinceramente no se como funciona del todo lo suyo, además de que para ambos es algo incomodo– aceptó Otabek abrazando al menor–. Esperaba que este día llegará mucho más tarde.
–Y yo, pero los niños se desarrollan cada vez más rápido físicamente y no hay nada que podamos hacer para cambiar eso.
Llamaron a Sala después de eso, la cual acudió enseguida para ayudar a la chica, explicándole las cosas que debía evitar, como golpear muebles para liberar la tensión, y que las pastillas solo podían tomarse cada seis horas, sin excepciones.
–Es una chica muy inteligente, estará bien Bek– dijo la Morena acariciando el hombro de su amigo–. Me alegra que confiaras en mi para esto, ten por seguro que esta será tu misión cuando
Alex sea mayor.–Lo haré lo mejor que pueda– aceptó el kazajo seriamente.
Ella se despidió con una sonrisa, y un momento después llegaron los ancianos, los cuales llevarían consigo al pequeño Aslan por esa noche, ya que la primera solía ser la peor.
–Pobrecillos, además a los dos al mismo tiempo, una dura noche te espera Yuratchka– dijo Víctor acariciando su cabello suavemente.
–Tu recuerdas más de mi primer celo que yo viejo, tan terrible fue?
–Tu celo fue duro si, en la noche llorabas con la voz de omega de una manera desgarradora, para mi fue un poco difícil, no soy tu padre biológico y en ese momento no era un alfa marcado, pero lo soporte, además Yuuri paso toda la noche en tu puerta por si algo pasaba.
El japonés se sonrojo, volviendo por un momento a ser un niño avergonzado.
–Ese era mi trabajo, yo era su nuevo protector.
–Eras mi nueva madre, solo dilo Yuuri, tu eres mi madre– soltó el rubio, no le gustaba que el moreno pusiera distancia, aun cuando él mismo renegaba a veces de sus padres adoptivos.
El nipón sonrió, abrazando al ruso menor con cariño, el cual no se negó para nada, recordar lo mucho que Yuuri lo había apoyado en su primer celo lo hizo recapacitar de repente que tan malo había sido con ellos, pero no tuvo mucho tiempo para pensar cuando de repente la alarma para buscar al menor de sus cachorros sonó.
Yuuri prometió que se encargaría de vigilar a los mayores en lo que la pareja buscaba al niño y le explicaba la situación, lo cual fue muy rápido, Ash estaba bastante acostumbrado a quedarse con sus abuelos. Así que en menos de dos horas el cachorro ya iba con sus abuelos al parque para tomar un helado previo a la cena.
Beka y Yuri solo cenaron un poco se pizza y se fueron a dormir a la sala, intentaron que los chicos coman, pero ninguno tenía interés en llenar su estómago.
Los sonidos empezaron a la madrugada, ambos lados parecían una tortura diferente. Yulia gruñia, a veces soltando uno que otro grito por la frustración y el dolor, a continuación los sonidos de su habitación cesaron, tapados por una almohada en su rostro. Albek lloraba y gemia, usando la voz de omega que ni sabía que poseía.
La noche fue larga.
El celo de la alfa término a los tres días, algo anormal y que necesito de una visita al médico, el cual explicó que se debía a que era el primero y por ello podía ser irregular. El de Albek llevó una semana completa, y agradeció a Dios que el suyo fuera cada tres meses y no mensual como el de su hermana, aunque después de su celo él pasaba por el período de menstruación correspondiente.
Otabek y Yuri solo estaban felices porque término, y Ash estaba feliz porque al fin podría contar que fue al parque de diversiones con los abuelos, logrando colarse en los autitos chocadores aún cuando no pasaba la edad.
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Diario de la familia Altin-Plisetski
AcakMuchas historias terminan con un bebé, la muestra más grande del amor que se tiene la pareja. Sin embargo la experiencia de ser padres por primera vez no se cuenta ni se muestra como es, se deja de lado como si lo más importante ya hubiera terminado...