—¿Dónde está el maldito anciano?— Masculló la pelinegra, yendo de habitación en habitación en busca de Merlón.
—Reza porque Merlón jamás te escuché decir eso.— Musitó Irina tranquilamente, caminando detrás de ella.— Pero, hace días que no vuelve, y se fue sin avisar.
—No soy estupida, Irina.— Masculló nuevamente, saliendo de otra habitación.— Se que sabes a dónde fue, pero también se que Merlón te prohíbe decirme las cosas.
Irina sonrió ligeramente, encogiéndose de hombros.
—Ya debe estar en camino.— Dijo, con una tranquilidad que fastidiaba a la chica.
—Hace seis días que se fue, ¿qué carajos es tan importarte como para que tarde tanto en regresar?— Grito, entrando a otra habitación, mientras Irina se quedaba en el pasillo.— Usualmente no dura ni un día sin dejarse ver, y ahora decide tomarse seis días de vacaciones.
—Son necesarias.— Respondió, justo cuando salía de la última habitación de casa de Merlón.
—No voy a siquiera intentar preguntártelo.— La señaló con un dedo, pasando por su lado, caminando a pasos apresurados a la cocina.— ¡Se que no dirás nada!
Irina soltó una carcajada, caminando tranquilamente detrás de ella, llegando a la cocina segundos después que Elizabeth. Se recargó sobre el marco de la puerta, con los brazos cruzados sobre su pecho y una sonrisa burlona.
La pelinegra abrió la boca para hablar, pero fue interrumpida por el sonido de la puerta abriéndose, y la cabellera de Merlón apareciendo por esta, con una mirada de cansancio.
—¡¿Dónde diablos estabas?!— Bramó cuando lo vió, acercándose al hombre a pasos apresurados.
—Gracias al cielo que haz regresado, estos seis días han sido un infierno.— Musito Irina a sus espaldas, caminando hacía el sofá para sentarse.
—Calla o te cortó los cabellos mientras duermes.— Amenazo. Ella tomó su cabello en sus manos inconscientemente, negando con la cabeza.— ¿Dónde estabas? ¿Por qué estuviste tantos días fuera? ¿Les señoras estaban tan buenas que te quedaste más tiempo a verlas en traje de baño?— Merlón soltó una carcajada.
—Tenía asuntos que resolver, Beth.— Respondió Merlón finalmente.— Ahora, preparad la casa y poneros guapas, tendremos una cena esta noche, y unos invitados.
Irina ladeó la cabeza, levantándose del sofá, caminando hacía su habitación.
—¿Acaso haz invitado al novio de Irina o por qué esa cara cuando se fue?— Preguntó, con un tono de broma.
—Tal vez.— Merlón se encogió de hombros.— Ahora ve a prepararte, Beth. Nos vemos a las ocho.
La chica hizo caso, yéndo de su lado sin decir nada más, partiendo hacía su vivienda. Estaba molesta, especialmente por los secretos de Merlón. Toda su vida los ha obligado a decirle todo lo que sabían y los ha privado de mantener secretos, y él, se desvive por ocultar los suyos.
Finalmente la hora había llegado. Partío de casa usando una falda holgada negra, con shorts debajo de ella, una blusa de tirantes y un suéter rosa sobre esta. Unas botas estilo militares finalizaban el outfit, donde aprovechó para guardar una pequeña daga.
Emprendío camino a casa de Merlón, la cual no quedaba lejos de la suya. Fue solo cuestión de minutos para llegar, entrando sin siquiera llamar a la puerta. No había nadie aún, así que caminó a la cocina, encontrándose con Irina. Vestía un vestido largo negro, unas sandalias color blancas y su cabello suelto.
—¿Espaguetis?— Cuestionó, parándose junto a ella.
—Comida es comida.— Irina se encogió de hombros.
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Wᴀʀʀɪᴏʀs || Kᴀʀᴍᴀʟᴀɴᴅ (EDITADA)
FanficLos defensores y guerreros de Karmaland tendrán que regresar a su hogar después de las amenazas que este ha sufrido. ¿Lograrán defender su hogar juntos? ¿O causarán la destrucción de este? 13/Febrero/2020