Capítulo 8.

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El reloj marcaba las 8 en punto cuando todos los guerreros se encontraban reunidos en el ayuntamiento. El silencio en las calles era aturdidor, ninguno estaba acostumbrado a ello.

—Vale, como he dicho antes, iremos en parejas, yendo hacia diferentes direcciones del pueblo.— Comenzó a hablar Samuel, una vez que todos estuvieron reunidos en un círculo.— Willy y yo iremos juntos, así que los demás formen sus parejas.

Inmediatamente comenzaron los balbuceos por parte de todos, mientras comenzaban a unirse con las personas que irían. Mangel y Manuel iban juntos, Rúben y Alex, Raúl y Luzu, y finalmente, David y Elizabeth.

—Tengan sus armas a la mano si sucede algo, sí ven a la gente fuera de sus casas, asegúrense de que entren nuevamente.— Siguió Samuel, una vez que todos estuvieron en parejas.— Nos reuniremos nuevamente cada hora, aquí mismo, así nos informamos de los que vemos alrededor. Sí algo llega a pasar antes de que se cumpla la hora, tienen sus teléfonos celulares, llámenos, y sino tienen tiempo de llamar, griten y estaremos ahí inmediatamente.

Todos asintieron con la cabeza, quedándose en silencio unos segundos, hasta que Luzu habló.

—Cuidaros las espaldas, chicos.— Pidió Borja, sonriendo sin mostrar los dientes.

—Bien, a trabajar.— Finalizó Samuel, mientras todos comenzaban a caminar en diferentes direcciones.

Raúl y Luzu fueron los últimos en irse del lugar, comenzando a caminar en dirección a la comisaría.

—¿Crees que esto acabe pronto?— Preguntó Raúl.

—¿Tienes prisa por irte?— Cuestionó Luzu, sonriendo ligeramente.

—No es eso...— Musitó, bajando la mirada.— No creo irme del pueblo esta vez.

Luzu asintió.

—Yo tampoco.— Confesó.— Lo hable con Lana, y ella está de acuerdo en quedarnos aquí.— Raúl asintió.— ¿Tú lo haz hablado con Sara?

—La verdad es que no.— Respondió.— De igual forma, si ella no quiere quedarse, no tengo problema.

—¿Dejarías ir a tu pareja por quedarte en el pueblo?— Cuestionó Luzu, con un tono de sorpresa.

—Por mi hermana.— Corrigió.

—Bueno, pero, ¿y sí Beth tampoco quiere quedarse?— Inquirio Luzu.

—Entonces supongo que me iré con ella.— Respondió con simpleza, encogiéndose de hombros.— Abandone a mi hermana una vez, Luzu. No pienso hacerlo de nuevo.

Ambos se sumieron nuevamente en el silencio, mientras proseguian a seguir caminando.

Por otro lado, Mangel y Manuel, caminaban por el pueblo conversando alegremente.

—¿Recuerdas este lugar?— Preguntó Manuel, señalando el parque que se encontraba a metros de ellos.

—No lo puedo olvidar.— Respondió Mangel, esbozando una sonrisa.— Entrenábamos aquí todos los días.

—Y fue aquí mismo donde Merlón te declaro oficialmente un guerrero.— Siguió Manuel, sonriendo abiertamente.

—Joder, cuantos años han pasado de eso.— Comentó Mamgel con un tono de melancolía.

—¿Aún te gusta el trabajo de ser guerrero?— Indago Manuel, siguiendo el paso de su compañero, alejándose de aquel parque.

—Aún.— Respondió Mangel, mostrándole una pequeña sonrisa.— Me hace sentir importante.

—Mangel, guerrero o no, eres importante, que te quede claro.— Remarcó Manuel, en un tono serio. Mangel solo le sonrió en respuesta.

Al otro lado de donde se encontraban ellos, Rúben y Alex caminaban en silencio.

Wᴀʀʀɪᴏʀs || Kᴀʀᴍᴀʟᴀɴᴅ (EDITADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora