Capítulo 14.

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—Vale, hay que ponernos en marcha.— Decretó Frank, caminando a la entrada del búnker.

—Un segundo, ¿de verdad no vamos a hablar de esto?— Interrumpió Rúben, haciendo que muchos detuvieran su paso y se giraran a mirarlo.

—No creo que sea el momento adecuado para...— Comenzó a hablar Manuel, pero fue interrumpido por la voz de Alex.

—¿Y cuándo será el momento?— Espetó Alex, para después guiar su mirada hacía Frank.— Han pasado ocho años desde la última vez que te vimos, sacaste tu culo de la ciudad sin aviso alguno, ¡y vienes a dar órdenes y planear todo como si aún supieras como trabajamos!

—Realmente ustedes me botaron.— Murmuró Frank, a lo que Luzu asintió discretamente, pero Alex pasó por alto total su comentario.

—¡No se si soy el único al que no se le ha olvidado lo que hiciste, pero no me parece justo que todos estemos actuando como si nada hubiera pasado!— La voz de Alex se había elevado más de lo normal, mientras los demás mantenían su mirada en el suelo, y algunos en el chico alterado frente a ellos.

—Alex, yo se que estás molesto, y la verdad es que todos lo estamos, pero no creo que debamos hablar de la situación justo ahora, la vida de nuestros amigos, y prácticamente la de todo el pueblo, está en nuestras manos ahora mismo.— Comenzó a hablar Samuel, una vez que Alex guardó silencio.

—¿Y por qué no, Samuel?— Ahora fue la voz de Rúben.— Estamos a punto de ir a una misión suicida donde tal vez no regresemos ni la mitad de nosotros, creo que deberíamos decir algo al respecto.

—¡Por amor a los Dioses!— La voz de Irina sobresaltó a todos, obligándolos a guiar su mirada hacía ella.— De verdad que todos vosotros necesitais crecer. Yo solo os digo una cosa, están perdiendo tiempo y a estas alturas nuestros amigos podrían estar muertos, y os juro por Dios que sino vuelven con Elizabeth viva, os asesinare uno a uno yo misma.

—Vale.— Murmuró Rúben, después de largos segundos de silencio.— Hablaremos de esto después.

Irina le dedicó una pequeña sonrisa al castaño al verlo rendirse ante su amenaza, le parecía tierno como aún Rúben se doblegaba ante ella. Después esa escena, ellos se apresuraban a salir del búnker y emprender su camino hacía Telmar.

El transcurso iba en silencio, con Frank y Samuel tomando la delantera, pero se podía sentir la tensión del ambiente a kilómetros de distancia.

Raúl y Borja venían al último de todos, caminando a unos metros de distancia de los demás.

—¿Crees que Merlon lo haya ido a buscar cuándo fue a buscarnos a nosotros?— Cuestionó Luzu, refieriendose a Frank.

—No estoy seguro, desde que se fue se convirtió prácticamente en un fantasma, le hubiera sido prácticamente imposible encontrarlo en tan poco tiempo.— Explicó con tranquilidad, aunque le costaba mucho intentar disimular la molestia que le causaba el repentino regresó de Frank.— Creo que Merlon nunca perdió comunicación con él.

—¿Crees que fue justo lo que le hicimos?— Cuestionó Luzu, después de largos segundos de silencio.

—No.— Respondió con dureza.— Creo que deberíamos haberlo matado.

—¡Raúl!— Reprendió Luzu con voz serena.

—Es la verdad, y no soy el único que lo cree.— Se defendió Raúl.— Nos traicionó, Luzu. Nos vendió y casi todos terminamos muertos, de no ser porque Mangel apareció.

—Bueno, no voy a discutir eso.— Replicó Luzu, encogiéndose ligeramente de hombros.— Pero creo que la razón porque lo hicimos es porque en ese entonces éramos diferentes, no nos haríamos lo que él nos hizo a nosotros.

Wᴀʀʀɪᴏʀs || Kᴀʀᴍᴀʟᴀɴᴅ (EDITADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora