Sai prefería la mayor parte del tiempo, tener misiones lejos de Konoha. De hecho, todas sus misiones eran lejos se Konoha. Así había sido durante los últimos 12 años y las cosas iban bien para él. Solo con el contacto de su ex- capitán Yamato. Hasta que una carta misteriosa, llegó a sus manos. Pudo rechazar la invitación, pero no era solo la invitación en si, era quién la había mandado y con qué propósito.
Suspiró con algo de frustración, su cara inexpresiva, le ayudaba a no demostrar lo que sentía y parecer un raro ante la mirada del resto de pasajeros. Los años, habían hecho que la tecnología aumentaría, por eso, el medio de transporte de la actualidad era el tren. Le gustaba no tener que estar corriendo de un lado a otro, además le acomodaba la rapidez de llegar.
Para su sorpresa, Gaara, se sentó como si nada en el asiento frente él. Cada habitante conocía al tipo de cabello rojo, era el Kage más joven y un tipo fuerte. Nunca se dijeron más de dos o tres palabras, pero era inusual verlo así como así. Tampoco venía junto a sus hermanos. Extraño.
—Disculpa. —dijo de pronto una voz, Sai miró extrañado al hombre. — ¿No está ocupado? ¿Cierto? —ante la pregunta negó. — Qué problemático es todo esto. —soltó de pronto.
Gaara se cruzó de brazos, apoyando su hombro en la ventana y mirando por esta. Sai no sabía cuántas posibilidades era que en un simple tren, ellos se juntarán. Al mismo tiempo, después de tanto años.
—¿A Konoha? —preguntó Sai. Con la duda demasiado atrapada en su garganta, ya imposible de contenerla.
—Sí. —afirmó Gaara, desviando su mirada verde del cristal. Quizás la última vez que se juntaron tendrían al menos unos diecinueve años. Ahora tenían rostros más...Sabios. — Invitación a los exámenes Chūnin. —informó.
Los ojos de los otros hombres también se agrandaron.
—Que coincidencia, yo también voy a lo mismo. —comentó Shikamaru. Algo interesado en la situación, pues, su postura de pronto fue recta.
Sai negó, llamando la atención de los otros dos.
—Esto es muy loco, pero yo también fui invitado.
Los tres se miraron unos momentos, en silencio, mientras se observaban con paciencia. Analizando. Gaara vestía su típica ropa, roja, tenía una expresión sería y un cabello rebelde, dado a los salvajes vientos del desierto. Traía con él una maleta. Shikamaru, tenía sobre su cabeza un tomate algo bajo, una expresión de flojera, y una barba extraña. Vestía ropas ajenas a las aldeas. Una chaqueta algo larga y una camiseta vieja. Mientras que Sai, parecía normal, con los mechones de su cabello algo largos, donde la bandana de Konoha, sostenía esos que querían pararse justo en frente de su rostro. Vestía ropa negra y lleva con él, solo un simple bolso.
—¿Fue Naruto? —preguntó Shikamaru.
—Sí, fue Naruto. —respondió Gaara.
—Naruto. —dijo al instante. Los tres hombres suspirarón. Pensando en las posibles explicaciones.
Gaara creyó que Naruto había invitado a los otros dos porque, uno fue su compañero y debía ser su mejor amigo y el otro, había sido compañero de equipo por un largo tiempo y habían construido una especie de amistad.
Shikamaru pensó que los otros habían sido invitados, porque uno era su mejor amigo, resultado de pasar por lo mismo y sobrevivir a una oscuridad triste. Y él otro, porque fue su compañero de equipo, parte importante de una relación que empezó mal y termino siendo una llena de compresión y amistad.
Sai creía que Shikamaru ocupaba el puesto de mejor amigo y debía estar con él en la etapa de lucha de una generación totalmente nueva, y que quizás necesitaba de su ayuda. Cómo también, que Gaara, era un amigo importante, con quién casi termina muriendo a entregar su vida total para salvar la otra.
Sí, ninguno creía, que ese “Postadata, te extraño”, con una doble intención y una clara muestra de una historia pasada muy intensa y algo corta, era en realidad algo que podía ser compartido. Ninguno de los tres soltó otra palabra. Perdidos en el reencuentro y en múltiples escenarios que podrían tener, al verse envueltos otra vez, con alguien a quien amaron con tal devoción y salvajismo.
Boruto estaba ansioso. Porque estaba seguro de que le próximo tren que se detuviera en la estación de Konoha, traería con el a los invitados. Claro, que mientras se paseaba por los pasillos de la estación y se distraía comiendo galletas, no pensó que los tres hombres bajarían uno al lado del otro. Por razones obvias, no tenía la certeza de saber cómo lucían el tal Sai y el tal Shikamaru, pero si, como lo hacía Gaara. Cabello rojo, mirada fría pero bondadosa. —si es que era posible— y una pequeña vasija amarrada a su cintura.
Demonios. Pensó, porque ¿Cuál podría ser el porcentaje exacto, para pensar que los exs de su papá, se conocían entre si y no se guardaban ningún reencor? No había ninguno.
Respiró todo el aire que pudo, se quitó algunas migas de su chaqueta y camino en dirección a ellos. Tres pájaros de un tiro, era una buena idea. A unos metros y sabía quién es su padre. La sonrisa le tirito un poco. Al no saber cómo lo sabría, si no sentía ninguna chispa.
—¡Hey! El Hokage me pidió que viniera a buscarlos. —saludó y dijo al instante. Tragó saliva, cuando los ojos estuvieron sobre él. — He. La verdad solo creo conocer al Kazekage.
—Soy Sai y él es Shikamaru Naara. —presentó. Boruto sonrió y una sonrisa fue lo que obtuvo de vuelta.
—¿Podrían seguirme a su lugar de alojamiento?
Los tres hombres le miraron extrañados.
—Creí que hablaría con Naruto de inmediato. —dijo Gaara.
—Él se encuentrá indispuesto. Por eso le mando a mí, además claro, que todo están muy ocupados y esta es mí misión. Espero no fallar en algo así, ¿No?
Boruto aseguro haber escuchado al hombre, llamado Shikamaru susurrar un «Que problemático». Salieron de la estación siguiendo al niño, como si ellos no conocieran esa aldea y no pudieran ir por su cuenta hacía una posada. Pero, si está era la misión de él, no querían arruinarla. Que eran simples humanos, no bestias sin corazón.
Solo que había algo raro, y al mismo tiempo, los tres lo pensaron. ¿No era acaso ese niño, aterradoramente igual a Naruto?—¿Quién eres tú? —preguntó, Shikamaru. De manera sería, mirando al niño. Quien los había llevado a una zona ya, bastante lejana de la parte central.
—Yo soy, Boruto Uzumaki. Hijo del séptimo Hokage.
Bueno, había palabras que si podían significar el terror de los hombres. Y esa oración había sido el de tres grandes.
N/A: En estos momentos estoy escribiendo el capítulo 5, ¡5! No sé qué rayos me pasó xD supongo que escribir sobre un Boruto en busca de su papá junto a los problemas que rodean la aldea y a los demás personajes, me intriga demasiado. Caray, me desconozco :o
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Mamma Mía.
FanfictionBoruto solo quiere conocer a su otro padre. Y solo tiene tres nombres, al verlos cree que podrá saber quién es. Sin embargo, es solo el inicio de un problema.