Capítulo 13.

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A Boruto se le hizo algo conocido el sujeto que estaba parado en la puerta de su casa. Tenía la sensación de que lo había visto en alguna parte.
Y estaba seguro que una cara como esa no podría olvidarse.
Sin embargo eso no importaba, lo que importaba era que ese sujeto conocía a su papá y que ese sujeto de igual forma estaba incomodando a su papá. El niño elevó hacia atrás su cabeza, mirando los ojos azules del mayor. Buscando alguna respuesta, luego volvió a mirar al hombre vestido de negro.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Naruto. Parecía haber reaccionado de su trance. Aunque el otro hombre estaba también en uno.

—Necesito hablar contigo. —dijo por fin. Enfocando su vista únicamente en Naruto.

—Pues yo no tengo nada que hablar contigo, idiota.

Aquellas últimas palabras hicieron a Boruto parpadear. Si su papá estaba enojado era porque la cosa era seria. Y realmente no había conocido —a parte de los asuntos de posibles guerras o problemas—, a alguien que hiciera enojar a su papá. Porque las veces que fingía comerse las verduras y era descubierto o cuando no hacía las tareas y se notaba, no contaban. Este era un enojo diferente. Jamás visto por sus doce años.

Y tenía lugar en la primera fila para verlo.

—Un momento. —susurró el niño, abriendo sus ojos por la sorpresa. — ¡Este tipo se parece al niño de la foto!

Sasuke frunció el ceño, mirando con confusión al niño. Naruto parecía igual que él.

—¿De qué foto hablas? —preguntó, ignorando totalmente al otro hombre. Quién pareció bufar. En la vida de alguien que es Hokage y tiene un hijo, las prioridades se deben ordenar.

—La foto del equipo 7. —respondió. De pronto comenzó a sentirse nervioso. — Reconocí al abuelo Kakashi. Y a la tía Sakura. Pero el niño con cara de amargado que te miraba no lo supe identificar. De seguro eres tú. —hizo un mohín hacía Sasuke. — Tienes cara de amargado también.

—Oye jovencito. Así no te eduque. Pero si, es cierto. —acordó mirando con una mueca similar a la de su hijo. — Espera. ¿Qué estabas haciendo tú, en mis cosas?

Boruto de pronto se puso algo pálido, quitándose de en medio, acercándose un poco al hombre de ropa negra, para mantenerse listo a una posible arrancada hacía la aldea.

—Queria buscar a mí padre. —sonrió.

—¡Tú! Hiciste que esos tres vinieran. Ni siquiera te pareces a Shikamaru, ni mucho menos a Gaara. Y ni hablar del baboso de Sai.

—Espera qué. —dijo por fin Sasuke.

Ambos rubios lo miraron, notando otra vez su presencia.

Ahí estaba

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Ahí estaba. Sasuke observando como Sakura se comía animadamente su plato de comida, lista para discutir con él todo lo que vio en su misión de inflitración. Y preparar una posible emboscada a la red que quería realizar una posible guerra armada. Pero su mente estaba procesando todo.

Boruto es el hijo de Naruto. Naruto no vive con el padre de Boruto, Boruto no conoce a su padre. Naruto estuvo con varía gente antes de él. Sorprendente.

Sakura era algo así como la tía de Boruto, Kakashi era el abuelo. Espera. Habían dicho que estaba casado con Iruka. Y tenían un hijo.
Definitivamente se perdió una vida entera.

—Viene a ver a Naruto. —soltó de pronto. Sakura estaba llevándose una cuchara de su sopita a la boca, quedando detenida.

—Ah si. Supuse eso. Y realmente no quería que te viera. —confesó. — Digamos que siempre traes problemas y cuando te fuiste lo dejaste bastante mal. —acusó.

Sasuke frunció el ceño. Eso le había molestado. Se levantó de lugar, diciendo que sabía exactamente lo que había echo y lo mucho que se arrepentía. La mujer simplemente lo dejo irse. Quizás era el momento de ambos arreglaran sus cosas. Pero temía por la reacción de Boruto. Sobre todo ante la primera etapa que iniciaba en unas horas ese día.

Caminó entre la gente alegre de la aldea, mirando el lugar. Buscando un posible acercamiento hacía el rubio.

—Naruto. Tenemos que hablar. —volvió a repetir lo que había dicho la tarde anterior. El rubio se dio la vuelta, con ojos entrecerrados.

—No quiero, De verás. —contestó. Caminando hacia un puesto de comida rápida.

—Si es por tu hijo Boruto. Déjame decirte que no importa. Puede ser tan idiota como tú pero, no hay problema. Podemos intentarlo. —pronunció las palabras que había ensayado camino a Konoha.

Naruto alzó una ceja. Tenía una comezón en el puño, que compartía con Kurama. Así que no sabía quién daría el golpe, él o el zorro.

—Mira imbécil. —susurró acercándose. Nadie había visto esa expresión en el Hokage. Así que los aldeanos comenzaron a rodear el lugar. — Te fuiste por doce años, doce malditos años. Y yo te busque para nada. ¡Y justo cuando te había entregado mí amor y mí todo! Eres un idiota, de veras.

—Te digo que lo siento. Y, estoy muy seguro que a más de alguno le diste más que tu corazón. ¿No? —soltó con acidez. Recordando los múltiples nombres soltados.

—A ti te entregué más de lo que tu tonta mente puede imaginar. Así que permiso. Tengo niños que inspeccionar y un hijo que apoyar.

El señor a cargo soltó una tos. Bastante incómodo. Sasuke decidió que también quería ver los exámenes de ese año.













N/A: Cuando escribo "aldeanos" me imagino los aldeanos de Minecraft ._.
Es que he estado jugando mucho eso también uwu.

Mamma Mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora