My Valentine [Especial]

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Ah el día de los enamorados. Nada mejor que ver cómo el tan cálido sentimiento llamado "Amor" se expandía aquel día a través de todo el mundo. Claro que no nos olvidaremos de la amistad.

Las chicas de Seisho ya tenían definido su panorama.

Karen, Hikari y Mahiru se irían al Acuario favorito de la segunda. Las otras dos chicas eran muy "flexibles" así que en realidad, no les importaba mucho el lugar en donde se celebrase su bella amistad.

¿Qué? ¿Creyeron que era otra cosa?

Bueno, no podemos decir lo mismo de Junna y Nana. Ambas tienen una química increíble y es por eso que este día lo celebrarían juntas, como pareja. Les bastaba con ir de compras y preparar unas deliciosas recetas de comida, para luego acostarse juntas y ver su Revue favorito "El fantasma de la Ópera".

Por último, Kaoruko y Futaba irían a Kyoto por el día, a celebrar igualmente su adorable amor, de la manera "tradicional" como le llaman ellas.

Ah pero... Nos estamos olvidando de dos personas muy importantes... Mm... ¡Ah! Claudine Saijo!

Si, ella no era admiradora de aquellas festividades. Le hacían recordar mucho a su ciudad natal y a todos sus seres queridos. Cómo los extrañaba, lo único que le gustaba de esa festividad eran las cajas de chocolate que le llegaban por parte de su madre y eso también la hacía sentir deprimida.

Por otro lado, Tendo Maya parecía no tener planes. Siempre recibía cajas de otras chicas de la escuela, era demasiado atrayente para la mayoría de sus "kouhais". Ah, ¿olvidé decir que dije "parecía"?. En realidad, por primera vez la alumna brillante había encontrado ese cálido sentimiento denominado "Amor", en quién menos esperaba.

Hoy esperaba por fin confesarle sus sentimientos a la única persona que había atraído su brillante alma desde el inicio. Saijo Claudine, una estrella de verdad, según ella.

La rubia había ido a practicar al salón. Parte de su rutina de cada día. En unos minutos más, se haría la entrega de regalos en el jardín de su escuela y eso era algo que Claudine no quería ver, porque tampoco había nadie que le quisiese dar semejantes obsequios. O al menos eso creía.

En verdad, esas personas sólo pierden su tiempo...— pensó mientras estiraba sus piernas —Y yo también. Hasta el día de hoy nunca antes alguien se me ha declarado... ¡Qué estupidez! Soy una alumna excelente como para no recibir aquellos chocolates y regalos— regañaba mientras iniciaba su danza.

Se entristecía al saber que semejante suceso aún no le había ocurrido. Pero, ella quería dejar de pensar en eso, sólo la desconcentraba.

—Debe ser lindo que alguien se te confiese...Huh, cómo desearía que me pasara...— oh mi querida Claudine, si tan sólo supieras que aquella pelicafé había logrado escucharte.

De repente, sintió un crujido en la puerta abriéndose. Ya había adivinado quién era.

—Tendo Maya—.

—Saijo Claudine—.

—Tsk—.

La francesa continuó practicando, hasta que sintió como la tomaban de la cintura.

—¿Me concedes esta pieza, Ma Claudine?— preguntó con ilusión la mayor mientras extendía su otra mano.

—Como quieras. Que exasperante—.

Y así, ambas trabajaron juntas en mejorar sus bailes y pasos.

Ya pasado un rato, sonó un timbre que indicaba la entrega de regalos.

One-shots [KuroxMaya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora