"Distancia social" pt.2

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Ya habían pasado 2 semanas desde la triste noticia, que había dejado a todas sus amigas demasiado desanimadas, especialmente a cierta francesa que no salía de su habitación desde entonces, solamente cuando quería ir al baño y de no ser así, se encerraba, lo que preocupaba aún más a su grupo de compañeras porque ni siquiera la veían comer.

Además, parecía que la situación en aquellas dos semanas había mejorado bastante, ya que ahora no estaban en cuarentena y las personas podían salir siempre y cuando pidieran un permiso dependiendo de la necesidad que tuvieran.

—Pobre Kuro-chan, desearía poder hacer algo por ella—comentó Karen cabizbaja mientras comía un pudin.

—Ni que lo digas, ahora mismo me recuerda a mis miserables días que pasaba en Inglaterra cuando había perdido mi brillo— continuó su amiga de la infancia que compartía el mismo sentimiento que la pelicafé.

—Chicas... Recuerden que podría oírnos— recordaba en un dulce susurro Mahiru para luego abrazar a ambas por detrás.

—Y para que acordarnos de cuando intentó ir al hospital... Suerte que la detuvimos a tiempo-— siguió la peliazul ignorando la advertencia de su amiga con una cara de consternación, que miraba a través de la ventana.

—Es suficiente. Decidimos que no hablaríamos más de esto, al menos si lo hacen, que sea en privado— Junna las regañó algo molesta de que sus amigas no pudiese notar el evidente y tenso ambiente—Mejor volvamos a hacer nuestras cosas, ya se dijo que no se podía hacer nada- se retiró del living con una taza de café, dejando a las adolescentes aún más intranquilas.

—Ugh.....¡Maldición!— todas las presentes miraron a la pelirosa sorprendidas que había golpeado la mesa con fuerza—¡No soporto esto! ¡Kuro no lo merece y tampoco Tendo! ¡Yo quiero—fue interrumpida por Nana, que la acarició en el hombro amablemente con una mirada de empatía.

—Sé que es tu mejor amiga y yo como la "madre" de Seisho debería poder entenderla y ayudarla pero...no puedo. Por eso pienso que la mejor opción es que "tomemos cartas en el asunto", si sabes a lo que me refiero ¿No?— la ojiamatista la miró algo confundida y la rubia se acercó a su oído para susurrarle —Ven al jardín en un rato más, creo que tengo una idea— ella asintió y las otras cuatro chicas quedaron curiosas de saber que se habían dicho pero prefirieron no intervenir..... Al menos la mayoría.

Por otro lado, cierta francesa se encontraba totalmente cubierta por las sábanas de su cama, al lado de ella habían cientos de pañuelos y lágrimas llenaban su rostro de mucha más tristeza.

Desde que se había enterado, intentó de todas las maneras entrar al hospital en el que la purasangre se encontraba pero el personal médico le advirtió que no era seguro dado que muchos pacientes enfermos del virus se encontraban allí y que nada le asegura que no podría contagiarse.

—Maya......Maya.......Vuelve pronto p-por favor— abrazó con fuerza su almohada esperando encontrar consuelo en esta, pero no fue efectivo y ella no quería el afecto de sus amigas porque sentía que la lastimaba más.

Se sentía demasiado inservible, que le dijeran cada día que no podía hacer nada al respecto la tenía harta, además de escuchar a cada hora como sus amigas hablaban de la condición de Maya.

Estaba por dormirse, cuando sintió un toque en la puerta.

—¿Estás segura de que es una buena idea?— preguntaba insegura la pelirosa, mientras sentía un poco de presión por parte de la rubia.

—Eres su mejor amiga, eres la que mejor la conoce, sin duda sabrás cómo hacerla sentir mejor—le respondió con confianza y una amigable sonrisa—Ahora ve y habla con ella.

One-shots [KuroxMaya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora