"Un pequeño movimiento"

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Era de noche y la mayoría de las chicas de Seisho ya habían ido a dormir a sus respectivas habitaciones.

Mañana era el día en que tendrían que realizar un examen muy difícil y siempre era recomendable para estas ocasiones que se descansara mucho la noche anterior.

Claro que, siempre existían excepciones y podría nombrar a Junna, pero Nana se enoja cuando se sobreexige, así que no, ella no es.

Claramente estamos hablando de Claudine y Maya Tendo. Ambas estaban en el Living estudiando ultra concentradas, aunque honestamente la rubia no podía enfocarse mucho, ya que sentía que su rival estaba cada vez más cerca de ella.

Se corrió un poco en el sillón y la contraria volvió a acercarse y así estuvieron por unos minutos hasta que la distancia se acortó entre las dos.

Que incómodo, me pregunto qué querrá que llama así mi atención— pensaba y en realidad, su comportamiento había sido realmente raro, en especial esos últimos días.

Un claro ejemplo era que seguía a todos lados disimuladamente a unos metros de distancia o también en clases, se daba vuelta sólo a observarla a ella (recordemos que está sentada adelante) y además, quería ensayar y practicar todas las veces junto a ella.

En serio, Claudine a cierto punto estaba algo insegura, no sabía realmente si le gustaba o no, en parte, le hacía feliz el ver que capturaba la atención de la purasangre pero... ¿No había sido siempre al revés? ¿En qué momento cambiaron los roles?

Finalmente, sintió como le tocaba su brazo suavemente, y eso realmente la molestó, estaba ya entendiendo al fin el último ítem que le costó tanto comprender.

—¿Ocurre algo, Tendo Maya?— la contraria la miró algo ¿Avergonzada? Quién sabe, la francesa no es adivina como para saber interpretar tanto su rostro y menos en situaciones como esta.

—Bueno, en realidad...— sintió como le tomaba su mano, mientras dejaba su cuaderno de estudios a un lado y acercaba su rostro a ella.

—¿Q-Qué?.... ¿Q-Qué haces?— la ojirosa estaba empezando a sonrojarse.

Intentó alejarse, pero ya no quedaba distancia y sintió como el peso de ella se le venía encima, algo que no le incomodó, pero la tomó por sorpresa.

—O-Oye... ¿Q-Qué ocurre? Has andado a-algo rara estos d-días y...— sintió como su dedo se posaba en sus labios.

—Parece que aún no sabes interpretar el ambiente, Saijo Claudine~— le quitó el libro de la mano y lo tiró al suelo mientras escuchaba un grito de la contraria.

—¡T-ten más cuidado!— su otra mano le inmovilizó el cuerpo, dejándola sin salida —S-Sí querías mi atención, no era necesario hacer esto...—

—No sólo quiero tu atención— hizo una pausa —También... Te quiero a tí~— la rubia la miró alterada y sintió una suave presión en sus labios.

Parecía que bailaban al compás. Claudine trataba de que se detuviera, pero no podía negarlo... Le gustaba. Y muy pronto ese beso pasó a uno con mucha más pasión si es lo que preguntan.

Empezaron a jugar con sus lenguas, como si se tratara de cualquier otra competencia que hayan tenido y finalmente Maya resultó vencedora.

—¡Mmmm!~— la ojiamatista continuaba mientras se deleitaba con el sabor que tenían los dulces labios de la francesa.

Se separaron un momento por falta de aire y se miraron a los ojos fijamente.

—S-Si atención e-era lo que querías, a-aquí la tienes... P-Pero... Para la próxima a-avisa si quieres un beso...—

—Ara... ¿Estoy escuchando mal? ¿Saijo Claudine por primera vez admite que algo le gusta?— la purasangre sonrió pícaramente.

—T-Te odio... I-Idiota— la rubia fue quien esta vez la besó y ambas supieron que querían estar juntas desde ese día.

—Hoy... Me gustaría dormir contigo~— pidió la pelicafé mientras hacía unos "ojitos" adorables, cosa que sabía que era una desventaja para la contraria.

—C-Como sea... Sólo espero que no vuelvas a m-molestarme de esta manera— Maya sonrió y la abrazó con alegría.

El día del examen...

Todas las alumnas estaban algo nerviosas, mientras se sentaban en sus respectivos puestos.

La rubia había dormido muy bien anoche, debía admitirlo, la compañía de su ahora "novia" no había sido tan mala después de todo, aunque como ya sabemos, le iba a costar admitirlo.

Finalmente, la profesora dió las indicaciones y mientras eso sucedía, recordó unas palabras que Maya le había susurrado antes de entrar a clase.

Revisa tu estuche, dejé un regalito para tí—

Hizo caso a lo dicho y para su sorpresa encontró una pequeña nota y su goma de borrar con unas letras.

—Que rayos...—

Abrió el papelito, para luego leer "Sé que has estudiado mucho y que anoche te desconcentré, así que esto es un pequeño comodín para ayudarte, Je t'aime, Saijo Claudine~". Revisó la goma y contenía la respuesta de la última pregunta en la que tanto se había calentado la cabeza.

Que mujer más... Pero aún así, gracias... Te amo mucho, Tendo Maya—

Y realmente le ayudó, pues ambas chicas obtuvieron la puntuación máxima.

One-shots [KuroxMaya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora