EL CHICO DE MIS SUEÑOS /EMILIACO/

CAPÍTULO N°3

             EMILIO

Después de la entrevista que tuvo, regreso a casa a estar con su niña.

Bajo de su auto con un regalo que sabia que le hiba a gustar mucho, abrio la puerta principal y desde ya llamo a Elizabeth con gritos.

— ¡Elizabrth! Papá ya llego porque no vienes a darle un abrazo — Gritaba Subiendo las escaleras.

— Ya voy — Respondió desde el jardin.

Entro Corriendo a la casa y esperó a su papá en la sala.

— Aquí estas amor ¿Que tanto hacias alli Afuera? — Pregunto señalando al jardín.

— Pancho estaba sembrando jirasoles — dijo emocionada — Tu me dijiste que a papá Joaco le gustaban mucho.

— Es cierto — finjio una sonrisa — Que te parece si vamos a sembrar un jirasol para papi Joaco.

La pequeña salto de la emocion, Emilio la cargo y la llevo hacia el jardín. El jardinero le enseño como sembrar un jirasol, después de terminar jugaron un buen rato.

— Ya me canse papi — Hablaba agitada — Necesitó agua.

— Vamos por unos refrescos.

Ambos corrieron a la casa y él timbre sonó. La empleada fue abrir mientras ellos morían de risa.

— Emilio se encuentra en casa — Preguntó Jesé

 — Si señorita están en la sala tomando refresco.

— Bien — se acómodo él cabello y sonrio — Ayudame con los regalos para Elizabeth.

Emilio mientras le explicaba a Elizabeth sobre como ciudar al jirasol que hace minutos atras habían sembrado.

— Oye pa — dijo sería — Ammmm es cierto lo que dice mi nana.

— Que te ha dicho.

— Que te casaras con Jesé, ella sera mi madrastra.

Estaba nervioso no sabia como explicarle a su hija, las palabras estaban en la punta de su lengua pero no salían. No quería confundir a su hija, a veces la nana era como que un poco chismosa pero una gran mujer y Elizabeth la amaba mucho.

No respondio a su pregunta y se levantó a dejar los bazos a la cocina.

— Entonces es cierto, sabes que no me molesta. Solo que tengo miedo de que olvides a papi Joaco — Se acomodó — Mira  papá alli viene Jesé.

— Hola mi niña — La saludó con un bezo en la frente.

— Hola — Sonrio y le devolvió él saludo — Esos regalos son para mi.

— Si — Los entregó — Abrelos todos esperó te gusten.

Abrio la primera bolsa.

— Chocolates — Dijo desanimda — Cuando vas a entender que no me gustan los chocolates Jesé.

— Son para tu padre — Respondió.