Capítulo 13

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Para ElsaGarcia, que no se me vuelva loca! :) :) :)

Capitulo 13
El verano había llegado una vez más, las cajas y las maletas apiladas en el centro del salón le dieron una sensación de melancolía. Miró ese apartamento donde había sido feliz desde el primer momento en que puso un pie en el y soltó un emocionado Adiós.
Quién sea que viniera ahora sentiría que entre esas paredes Betty había vivido momentos tan importantes? Sentirían el amor que ella dejaba impregnado en las habitaciones y la alegría que compartió en los rincones?
Dejó una llave en la mesa y reviso una vez más su cartera. Se dio la vuelta y la puerta se cerró dejando atrás una etapa tan importante de su vida.
En el taxi mientras miraba por la ventana fue recordando cada calle y lugar de esta maravillosa ciudad y se despidió de ella. Sin duda volvería, pero ella ya sería otra y los sentimientos no serían los mismos.
En el avión escribió un SMS antes de tener que apagar el teléfono.
" Esta noche voy a necesitar que me consueles como siempre, te necesito y lo sabes. Lo sabes y te gusta. Te gusta y lo esperas, y yo que solo me siento viva en tus brazos... somos tal para cual"
Antes de presionar el botón de apagado un pitido la detuvo. Su respuesta.
" No es que lo sepa, me guste y lo espere, es que yo también lo necesito para vivir. Mi amor, si tú no estuvieras en mi vida, entonces no merecería la pena vivir. Te amo y te espero."
Tres horas y media después el avión hacia su aterrizaje en su nuevo hogar. Y Betty se sorprendió, mientras pasaba por las puertas de salida observo a la gente de todas las edades, razas y sexos y tuvo la misma sensación que cuando llegó a Málaga. Una vez más se sintió como en casa.
Un hombre, para ella el más hermoso del mundo, la esperaba tras las barandas de seguridad. Con sus Jean desgastados, su polo blanco y sus zapatillas un poco maltrechas. Tenía en su cara la bienvenida más fabulosa del mundo, su increíble sonrisa.
Betty se tiro en sus brazos y sintió la vida volver a ella. Su olor, su calor, su cuerpo contra el suyo... estaba entumecida, todos estos meses lejos de él estuvo entumecida. Ahora la vida sólo era brillante junto a él.
Se miraron cómplices a los ojos, y de repente fue como si no hubieran estado ni un minuto lejos uno del otro.
Cuántas personas en el mundo tenían la suerte de encontrar a su otra mitad y poder mantenerla para siempre con ellas?
Armando entrelazo sus dedos en los suyos y agarró la maleta. Sus hoyuelos permanentes en sus mejillas. Betty estiró su mano y hundió su índice en ellos.
Cómo le gustaba ese hombre!
- Estas lista para tu nueva vida?
- Mi amor, llevo lista desde Navidad.
- Entonces vamos, te prometo que no dejaré que te arrepientas.
Y tranquilos los dos salieron del aeropuerto sintiéndose como si el mundo fuera solo de ellos.
*** *** *** ***
No podía decir que todo era perfecto, al menos la parte que no involucraba a Armando, no lo era.
Su trabajo estaba siendo más duro de lo que esperaba, el idioma seguía siendo un problema, sus compañeros eran serios y distantes y aunque ninguno de ellos la había tratado mal y siempre eran educados Betty se sentía intrusa entre ellos.
Por supuesto sus amigos habían quedado en otro país y aquí solo estaba ella y Armando.
Él se desvivía por complacerla, la iba a buscar para que no almorzara sola, siempre estaba proponiendo planes para salir los fines de semana, seguía muy involucrado ayudándola con el idioma y la llevaba a cada fiesta o reunión de amigos y vecinos que se presentara con el único fin de que ella conociera gente.
Era tan dulce y solicito.
Ahora Betty podía apreciar el verdadero esfuerzo y todo lo que debe haber sufrido él por estar en una ciudad solo, sin conocer el idioma y haber conseguido todo lo que tenía.
Un sábado él había ido a la oficina a buscar unos papeles que necesitaba para adelantar un poco de trabajo. Betty le dio un beso y se quedó limpiando el apartamento.
Encima del armario había una pequeña caja oculta a la vista, y si no hubiera sido porque necesitaba como sea colocar unas cosas que no tenían lugar nunca la hubiese encontrado.
Dentro pastilleros con Prozac, Luvox, Paxil todos con el nombre de Armando. Busco en Internet y se le encogió el corazón. Todos eran medicamentos antidepresivos muy fuertes y que solo se daban con receta médica.
- Ay mi amor...
Cuando Armando le había dicho que había estado deprimido Betty pensó que hablaba de una forma metafórica, nunca se imagino que era tan cierto como que tenía que tomar medicación.
Las personas decían cosas como esas "oh estoy deprimido, mi país no ganó el mundial de fútbol" pero nadie decía "oh estoy deprimido, mi médico me recetó Prozac dos veces al día"
Se fue a la cama, y se acostó, se imagino cientos de días y noches en las que él pasó sobre esas mismas sábanas sufriendo y atormentado por sus demonios. Que tan triste estaba? Hasta que punto llegó su soledad? Pensó en hacerse daño?
Ella conocía cada centímetro de su piel y no tenía ninguna marca que le sugiriera cortes. Pero había muchas formas de hacerse daño... ella lo sabía.
No podía soportar pensar en su dolor. Lo amaba tanto que no quería que sufriera, su dolor le dolía más a ella que a él. Y aunque él ahora no paraba de sonreír y de hacerle saber lo feliz que era, aún así no podía evitar llorar por el pasado.
Tiro las pastillas por el inodoro y mientras las veía desaparecer se juro que nunca más, bajo ningún término, volvería a permitir que él fuera un solo minuto más, infeliz.
Así se le fuera la vida en ello, Armando sonreiría siempre, y sería amado cada día, cada minuto.
Él entro a la casa, con una bolsa con comida y los ojos brillantes.
- Mi amor, he traído la comida - dijo y Betty supo que algo se traía entre manos.
- Ah si? Y que es?
- Algo por lo que matarías! - y saco un happy meal de la bolsa.
- Eres un hombre horrible! Nunca debería haberte contado eso!
- Amor no tienes porque tener vergüenza, quien no se ha peleado alguna vez con un niño de 8 años por un happy meal de Shrek?
- Armando, no me lo recuerdes más por favor! Ese pobre niño... si vieras como lloraba...
Armando empezó a mover la caja frente a él y puso gesto suplicante.
- Por favor señora, por favor, llévese la cajita, pero no me pegue...
Betty le agarró el brazo y lo mordió fuertemente.
- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah BRUJA! Tú eres, eres...
- El qué?
- Un monstruo, no sólo comes niños si no que ahora comes hombres.
- Solo a los que tienen una capa de grasa, como una foca.
- Me estas llamando gordo? te vas a enterar! No huyas cobarde! Yo estaré gordo, pero tú con esas patas de gallina pareces la novia de Popeye!
Betty corrió por toda las casa, mientras Armando no paraba de golpearse con todas las sillas y las mesas persiguiéndola.
Se reían como dos locos... si, hacerlo feliz sería una tarea que cumpliría gustosa.
*** *** *** ***
No habían podido ir a Colombia en agosto como Betty le había dicho a su madre. Pero quizás en Navidades si...
Se miró al espejo y sonrió complacida, el disfraz estaba perfecto, a nadie le quedaba mejor que a ella.
La empresa de Armando estaba de aniversario y para celebrarlo daban una gran fiesta donde los empleados podían ir con sus familiares y amigos. Habían contratado la recepción en un hermoso castillo en Dresde, a dos horas de Berlín. Por lo que al acabar la fiesta ella y Armando pasarían el fin de semana en Dresde y harían turismo en esa hermosa ciudad con muchos más castillos de cuentos de hadas.
Él ya estaba allí esperándola, Betty había tenido que trabajar y saldría un poco más tarde, por lo que quedaron de encontrarse en la fiesta.
Llevaron a votación entre los empleados cual sería la temática de la fiesta y ganó el disfraz. Por lo que todos irían disfrazados. Ella le compró a su novio un traje de policía alemán, era en azul marino y Betty le había pedido que se lo probará para ver si la talla era la correcta, cuando salió del cuarto con el uniforme a Betty le dieron palpitaciones, sin decir una palabra se le había tirado encima y lo había obligado a hacerle el amor con el disfraz puesto y diciéndole cosas como "yo le enseñaré a respetar la ley" o "veo que le ha tomado cariño a mi porra"
Ahora de solo acordarse lo sexy que se veía con el uniforme sentía como se le humedecía la entrepierna.
Llegando a la ciudad siguió las indicaciones cuidadosamente dadas por su novio y fácilmente llegó a la fiesta. El castillo era hermoso, y estaba iluminado con cientos de luces que cambiaban de color al son de la música. Los jardines tan cuidados y preparados para la ocasión, donde los árboles frutales se mezclaban con las mesas de aperitivos y pequeñas barras donde servían jarras de cerveza de medio litro y cócteles tropicales de colores chillones.
Se fue abriendo paso entre Cenicientas, Sherlock Holmes, Gatubelas y Supermanes. Entonces lo vio, con una botella de cerveza en la mano y balanceando la porra con la otra, se reía a carcajadas por lo que una mujer bajita y petacona le decía. A su lado el insoportable de Rodolfo vestido como Indiana Jones. Suspiro resignada, y ella que pensaba que Mario Calderón era un patán!
Se fue acercando lentamente y de pronto sintió miedo, ahora pensaba que el disfraz que eligió no era tan buena idea, se lo puso pensando que Armando ser reiría y se pasarían la noche recordando viejos tiempos, pero ahora se sintió estúpida, en verdad vestida así solo lo avergonzaría, como tantas veces lo había hecho en el pasado.
Decidió darse la vuelta y volver al auto, llamarlo desde ahí y decirle que tardaría un rato más en llegar y buscar cualquier bazar y comprarse lo primero que viera.
Pero Rodolfo la estaba mirando con desagrado en la cara y dándole un codazo a Armando le dijo indiscretamente:
- Pero que esperpento es ese? Que vieja más fea!!!
Armando se dio la vuelta rápidamente y por unos segundos su cara se quedó congelada en una expresión de incredulidad, entonces soltó una carcajada que se escucho incluso por encima de la música, se agarró el estómago y se inclino con la mano en sus rodillas, riendo hasta las lágrimas.
Betty sonrió, la cosa salió bien.
- Ay... ay Dios mío... jajaja mi amor jajaja... no puedo hablar...
Betty se acerco y vio como Rodolfo miraba con incredulidad a Armando y se apartaba de Betty aún sin reconocerla.
- Conoces a esta... mujer, Armando?
- Si, y tú también... ay jaja, mi amor que te has hecho?
Betty sonrió mostrando la prótesis en su boca y con voz de ganso le dijo:
- Ay doctor ojojojojoj pero si yo no me he hecho nada, yo soy así ojojojo...
Armando la beso, ante la cara de asco de Rodolfo. Quien diablos era esa mujer?
Llevaba unas ropas antiguas de colores que no deberían existir y por lo menos dos tallas más grandes, en la frente un horrible y asqueroso pegote de pelo brillante y duro de tanto gel, unos aparatos en la boca del siglo pasado, y unas enormes gafas marrones que le cubrían la mitad de la cara.
Armando la abrazo contra su pecho y Rodolfo sonrió, si él estaba con esta cosa fea, donde estaba esa hermosa mujercita que tenía de novia?
- Y donde has dejado a tu sexy novia Armando?
- Dejado? En ningún lado, ella está aquí.
- Ah sí, donde?
- Frente tuyo.
Rodolfo miró más de cerca a la fea y entonces cayó, ¡Era Betty!
- Ah Betty, perdona es que no te reconocí, de que se supone que vas disfrazada?
- De alguien muy popular en Colombia, de Betty... la fea!
Ella y Armando comenzaron a reírse y se miraban como si fuera la mejor broma del mundo.
Betty beso a Armando y se fue a por una bebida. Rodolfo la miró por atrás y no pareció mejorar.
- Hermano que le pasó? Como deja a su novia salir vestida así! Está horrible!
A Armando se le paso la diversión y miro muy serio a Rodolfo, no le gusto nada lo que había dicho.
- Primero y principal que yo NO le impido a mi novia vestirse y salir como quiera, soy su pareja no su dueño y segundo no vuelvas a referirte a ella en ese término.
- Pero hermano! Como quiere que me refiera entonces? Mírela!
- Puedes llamarla por su nombre, Beatriz. Y aunque no lo creas a mi me gusta como va vestida, le tengo mucho amor a su disfraz, para mi representa lo más puro de esta vida, es sagrado.
- Pero que habla hermano?
- Ahora mismo, allí parada esta, mi pasado, mi presente y mi futuro, todo en la misma mujer. Que más perfecto puede haber en esta vida?
Y dejándolo con la boca abierta se fue a buscar a su novia.
Rodolfo se quedó solo y exclamó :
- Que más perfecto? Su novia vestida en cuero por ejemplo!

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