Capítulo 9

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Cuando despertó el sol ya estaba llegando al fin de su ciclo por hoy. Se giro y por la rendija de sus ojos hinchados vio que eran las 17:47 de la tarde.

Tenía la lengua pegada al paladar y una sed dolorosa. Sus músculos estaban rígidos.

Intentó levantarse y la arcada vino violenta. Se tumbó como pudo y se sintió enferma, envenenada…

Esperó unos minutos y volvió a intentar levantarse… su estómago se agitó y el sabor del vodka le subió rápidamente por la garganta y la hizo enfermar.

Llegó al baño y se dejó hasta la última gota de bilis. Cuando acabó pensó que estaba purgada de todo el alcohol que su cuerpo no había sido capaz de digerir.

La cabeza le iba a estallar y solo deseaba agua en su boca y en su cuerpo.

Tardo un rato en darse cuenta que estaba en la casa de Álvaro y se asustó. No quiso, aún, pensar en por qué estaba ahí y simplemente busco su ropa y se encerró en el baño, se ducho primero con agua caliente para abrir los poros y sacar todo el alcohol restante de su cuerpo y luego con agua fría para terminar de despertar cada célula de su piel y sentidos.

Se vistió y se lavo la boca, entonces se miró al espejo y no se reconoció.

Ahí estaba una mujer deshecha, con los ojos hundidos y profundas ojeras, tenía los labios cuarteados y un color grisáceo en su tés. Su mirada estaba apagada, todo en ella estaba apagado… no tenía ánimos, se sentía despojada, deprimida, y sola, muy sola.

Volvió a pensar en la noche anterior y el por qué de su aventura de autodestrucción. Armando había estado a punto de casarse y ella no pudo digerirlo.

Ahora después de pasar por unas cuantas horas auto compadeciéndose y renegando de su pasado sabía lo que tenía que hacer.

Su enfado había pasado y el sentimiento de traición también. Sólo quería verlo y que él le explicará todo y si ella detectaba la más mínima señal de que Armando aún seguía queriendo a esa misteriosa mujer, entonces Betty cerraría este capítulo de su vida y se olvidaría de Armando Mendoza para siempre.

Si esto entre ellos iba a funcionar no aceptaría por nada que vinieran con equipaje del pasado y fantasmas de ex parejas. No volvería a repetir por nada del mundo lo que pasó hace 5 años, no podía haber más Marcela Valencia, ni Miguel, ni celos de amigos… nada. Sólo ellos dos con el corazón en la mano.

Cuando salió del baño escucho ruidos en la cocina. Álvaro estaba preparando un té.

- Hola guapa, quieres un té?

- No… gracias, yo-

- Te has duchado? Ya te sientes mejor?

- Si, yo ya me siento un poco mejor, escucha Alva-

- Te apetece comer algo? Quieres que te prepare una sopa de ramen?

- No, no quiero nada, quiero hablar conti-

- Quieres que salgamos a dar una vuelta? Te sentará bien.

- Álvaro por favor déjame habl-

- Betty quieres-

- QUE NO QUIERO NADA JODER! SOLO QUIERO HABLAR!... será que me dejas?

Álvaro se quedó de piedra ante su reacción, no podía entender a esta Betty, ella nunca le había hablado mal, y mucho menos gritado, donde estaba esa chica tan dulce que tanto quería?

Pensó que esta no era ya más Betty y se enfureció porque de alguna manera él sabia que todo había cambiado desde que ese "amigo" había aparecido… lo odiaba.

Un tiempo después. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora