Capítulo 40

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Ya estamos en el día de la boda, ha pasado mucho en los pocos días que pasaron.

Empecemos por que, ¡Ya es hoy la boda!, Estoy muy nerviosa, pero eso es algo que les contaré después.

Amy y Beverly están muy emocionadas obviamente más Beverly y al igual que yo, nerviosa, el por qué es muy obvio, estaba a punto de casarse, estaba a punto de tomar la mejor decisión que cambiara su vida para siempre, con el hombre al que ama.

Estamos aún en la casa, la cual es un auténtico desastre por qué ayer se celebró la despedida, una fiesta un poco normal con locura alcohol y tonterías pero eso no es lo importante, en la habitación de Beverly está la maquillista y estilista, y una que otra persona ayudando a ésta, está Amy y mi persona ayudando a Beverly a verse perfecta para este día tan especial para ella.

Nosotras ya estábamos listas, bien peinadas y de hecho con el mismo peinado, al igual que el mismo color de vestido, azul el color favorito de Beverly, volviendo al tema, estamos ayudando a Beverly, ya que ella es la más importante.

Contrato una estilista y maquillista profesional, su cabello esta hermoso es más que obvio después de casi 5 horas ahí, era lo mínimo que esperaba, su maquillaje ni hablar, era perfecto sin llegar a ser exagerado, simplemente se veía espectacular, y no es por presumir pero nosotras no estábamos nada mal.

Le ayudamos a ponerse el vestido, el cual le quedó perfecto, procedimos a ponernos sentimentales.

J: Te ves hermosa Beverly — dije con ojos llorosos.

A: Estas espectacular — dijo Amy más animada que sentimental.

B: Muchas gracias amigas —dijo mientras nos daba un abrazo y sacaba unas lágrimas— pero ustedes no están nada mal — dijo secándose sus lágrimas.

J: Gracias, pero dejemos la nostalgia para después, hay que cuidar nuestro muy costoso maquillaje — dije riendo, a lo cual ambas rieron.

Volviendo a mí, y el por qué de mi nerviosismo les voy a explicar a continuación...

Estos días he vuelto a verlo, ya saben, el amor de mi vida.
Lo ví en dos ocasiones, las mismas no fueron las mejores comparadas con el otro día en aquella playa, pero tampoco tan malas, como hace algún tiempo dije, era feliz con solo mirarlo.

La primera vez me invitó a una heladería, para poder conocer al fin al gran heredero de Downey, llegue al lugar, en el cual quedamos de encontrarnos y ahí estaba en una mesa en la acera, mientras en sus piernas tenía a su hijo, a Indio.

Me acerqué y lo salude, primero le di un beso en la mejilla al Papá y luego procedí a darle uno a el bebito, lo observé, era muy hermoso, llegaría a decir que se parece a él, pero obviamente no es su hijo biológico.

Claro como todo bebé, es hermoso lo tomé y lo cargue, ya estaba muy grande y lindo, de inmediato me sonrió, al parecer le agradé, igual que a su padre.

J: Estas tan hermoso como tú papi — dije jugando con él, mientras comíamos un helado.

Él padre de Indio me miró con su cara de galán y yo sonreí.

Indio era muy hermoso, en todos los aspectos, no quise tocar ningún tema sobre la adopción, tal vez sea un tema sensible.

Y luego de dormir a Indio en mis brazos, continuamos a platicar muy agusto, luego de un momento salimos de ahí.
El hombre se veía bien, y con un bebé en brazos se miraba sexy y tierno, era una mezcla perfecta.

La segunda vez que nos vimos fue en un parque, el iba con una carreola en la cual iba Indio, y una pañalera en su hombro, su ropa casual, sus lentes de sol, estaba demasiado guapo, aunque lo era con cualquier ropa en su hermoso cuerpo, las madre de los pequeños en el parque sólo lo miraban, sin duda alguna, ver a un hombre con su hijo así, además de que está exageradamente hermoso, cualquiera quisiera ser la madrastra de el pobre de Indio.

Llegó a la banca donde estaba, nos saludamos, luego salude a Indio, el cual siempre parece feliz de verme, o simplemente siempre es feliz, digo quien no sería feliz con un Robert a tu lado.

Hablamos mucho como siempre, con la persona correcta no es el lugar, ni las palabras, simplemente la conversación fluía como agua.

Luego de tomar el suficiente valor, le dije, le dije si quería acompañarme a la boda de Beverly, rápidamente y muy emocionado acepto mi invitación.

Le pregunté que haría con Indio, y me dijo que tenía personas de suma confianza con las cuales podría dejarlo.

Estábamos sumamente emocionados los dos, hablamos de el lugar la hora y la fecha, quedamos de acuerdo y ese era el motivo de mi nerviosismo.

Ya se que no me voy a casar con él, pero igual es demasiado nerviosismo.

Después de tanto tiempo, estaré en la boda de una de mis mejores amigas, y si eso no es suficiente, estaré acompañada de nadie más que él amor de mi muy complicada vida.

Aunque para serles sincera estuve un poco decepcionada, después de tanto tiempo, él esta soltero y no muestra interés de pedirme una relación, sin pensarlo aceptaría,  pero sin duda alguna estaba olvidando algo.

En unas semanas o menos tendré que irme de nuevo de allí.
Y no se lo he dicho, no se que este sucediendo, como dije mi vida es complicada, después de todo esto de la boda, pensaré muy bien las cosas y como decirle que me iré de nuevo, ahora necesito disfrutar el momento, ser feliz con mis amigas, disfrutar de la felicidad de Beverly, disfrutar de la fiesta y de la mejor compañía que puede existir.

Ya me lo imagino, como siempre precioso, con uno de sus tantos trajes que se ven divinos en él, con alguno de sus tantos zapatos de vestir.
Con un reloj en su elegante mano, hasta en mis pensamientos es hermoso el hombre.

Subimos a la limusina, ayudamos a que el gran vestido de Beverly no fuera impedimento para entrar a la misma.

Ya estábamos en la limusina, de camino a el lugar donde será la ceremonia.

Beverly se ve muy emocionada, al igual que Amy, y ni hablar de mí.

Al fin llegamos al lugar y bajamos en compañía de Beverly.

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¿Que esperan que pase en este capítulo?
Espero les guste, ya se viene el fin del fic, no olviden votar y comentar.
¡Saludos!

Amor Salvaje •Robert Downey Jr•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora