Capítulo 37

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Al parecer el lugar es un poco alejado ya que nos tardamos mucho tiempo, más sin embargo ya estaba ahí, puntual como acostumbraba a llegar a "citas" con él.
El lugar no era igual a los lugares a los que frecuentamos en el pasado, el lugar se observaba un poco normal, comparado con los lugares que recuerdo, pero no me importa el lugar mientras él este en este lugar para mi será el mejor lugar del mundo.
Se me hace un poco extraño que no haya gente en la entrada, me detengo un momento para asimilar lo que iba a suceder, volvería a ver el hombre que amé, amo y amaré.

Seguí con mi trayectoria, el lugar estaba desolado, como si no hubiese absolutamente nadie.

Ni siquiera había un recepcionista, sólo una persona que cuidaba la entrada la cual sólo me dió una notita similar a la de mi bolso.
La tomé y me dirigí a ver qué indicaba la misma.

"Me alegra que llegarás, te estoy esperando, apresúrate..."

Estaba haciendo todo tan misterioso y me encantaba, se tomó todo el tiempo de organizar esto.

Entré al lugar el cual si, estaba completamente solo, entré, tratando de encontrarlo, pero no todo estaba vacío, las mesas vacías, nadie, ni un sonido en el pequeño lugar, no sabía que hacer.

De pronto veo que tiene una especie de jardín, me acerco ahí, para ver si lo encontraba, mis ojos no lo encontraron, opte por salir para ver si lo podía observar, obviamente estaba ahí, ¿O qué tramaba?

Salí al jardín, me detuve a observar lo hermoso que era el mismo, sumándole el maravilloso atardecer que el cielo nos estaba brindando, los rayos del sol ya no eran normales eran naranjas, precioso el lugar, tenía árboles flores, hermoso.

Luego de recordar para que salí seguí con mi búsqueda...

R: ¿Hermoso, cierto? — escuché que dijeron detrás mía y si, era él, conocia su grave y sexy voz.

Estaba detrás de mí, no lo observe por estar contemplando el precioso lugar, me quedé atónita, no conteste, ni siquiera me voltee, ¿Estaba preparada para verlo de nuevo?

Sin más, después de tomar valor y dan un suspiro voltee.

Ahí estaba el hombre de mi vida.
Estaba parado a la par de una mesa muy elegante, lo cual era lo de menos.

Estaba ahí, vestido como lo recordaba con uno de sus tantos trajes, con una sonrisa, la cual soñe tantas veces, tenía en sus manos un ramo de rosas, y traía puestos los lentes que le dí para su cumpleaños, claro que los recordaba yo los busqué entre tantos.

Me quedé sin habla, sin movimientos viéndolo.

R: Te extrañé mucho Jasmine — dijo, rompiendo el silencio que nos rodeo por varios minutos.

J: Yo.. yo.. también — dije tartamudeando, estaba nerviosa y feliz.

Se acercó a mí, estaba atónita sin realizar ningún movimiento.

Al acercarse sentí de nuevo el olor que desde el primer día me encantó, ese olor que me volvía loca, lo amaba, rápidamente mi corazón comenzó a latir más rápido de la felicidad y nerviosismo.

Cuando volví a mi, él me estaba dando las rosas.
A duras penas me moví para recibirlas.

Al fin pude moverme, lo primero que hice fue lanzarme a él para abrazarlo.

El me recibió amoroso, fue el mejor abrazo de mi vida, sentí como nuestros cuerpos se juntaron, recosté mi rostro en su hombro, sentí de cerca ese olor el cual no parecía provenir de una colonia, parecía que su cuerpo la erradicaba, lo cual no sería tan loco, el hombre era perfecto.

Lo apreté, en serio lo amaba, en serio lo extrañé, en serio me rompió el corazón todo lo sucedido.
Parece que él también me extrañó me apretó fuerte mientras con su nariz olia mi cabello.

R: Nunca olvidé el olor de tu cabello — susurró en mi oído.

J: Y yo nunca lo olvidé a usted — le susurré de igual manera.

Nos separamos y me tomé el tiempo de oler las rosas, me encantaban.

Subí la vista de nuevo, ahí estaba de nuevo con su sonrisa.
Me tomé el tiempo para apreciarlo como siempre lo hacía.
Sus pupilas se veían aún más brillantes, el color café se sus ojos parecían hablar, y decirme que me amaban.
Su sonrisa estaba adornada por su barba, la cual amo ver en su perfecto rostro, mientras su sonrisa crea una especie de curvas en su cara, amaba esos rasgos que sólo él podía tener, las arruguitas de sus ojos eran hermosas, lo que en cualquier otro ser humano sería horrible o una imperfección, él las usaba como uno de sus atractivos.

Las gafas que cubrían su mirada color nuez, eran las que yo le obsequie, y justo como lo imaginé el día que las compre, así se miraba incluso mejor, su cabello muy bien peinado como me encantaba verlo, su cabello del mismo color que sus ojos, con una que otra evidencia del paso de los años, lo cual hacia que este luciera mejor, su ropa como de costumbre muy elegante con su corbata característica.
Al igual que sus zapatos deportivos, amo su estilo.

No tengo idea de cuánto tiempo me quedé hipnotizada, así que procedí a tomar la palabra.

J: Están hermosas Robert, Gracias — dije ahora viendo las rosas.

R: No tanto como tú — dijo y ahora era él el que me apreciaba.

Luego de hablar de nuestros aspectos al fin me invitó a sentarnos en la mesa en la cual él estaba hace unos minutos.

El sol ya había desaparecido, mas sin embargo habían luces de árbol en árbol, eran muy bonitas, daban un toque romántico a el momento.

Ordenamos a el único mesero que salió al jardín, me miró y me lanzó una sonrisa muy alegre.

Luego de eso empezaron las preguntas.

R: ¿Cómo has estado? — pregunto muy serio.
No le diría la verdad, supongo.

J: Muy bien, es muy difícil irte de tu ciudad a un lugar nuevo, pero lo he sabido controlar, además de el trabajo tan agotador — dije sin más.

Hablamos mucho tiempo sobre mí, le conté todo omitiendo una que otra cosa.

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Al fin se reencontraron que emoción, en el transcurso del día subiré el siguiente capítulo, recuerden comentar y votar.
¡Saludos y feliz San Valentín!

Amor Salvaje •Robert Downey Jr•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora