Amor Salvaje •Robert Downey Jr•

Capitulo 26

Ya ha pasado una semana, la peor semana de toda mi existencia, mi madre y Michael tratan de animarme, pero no puedo hacerlo.

Hemos salido todos los días, salimos a comer, a tomar un café, a caminar por las maravillosas calles de Nueva York.

La gente camina por la calle, se me hace tan increíble pensar, por qué habiendo tantas personas en este país, no sólo en el país en el continente además de todo el planeta.
Yo tenía que enamorarme de uno el cual es prohibido, y para mi desgracia ahora el estaba casado y con un hijo y en este momento esta a unos miles de Kilómetros lejos de él.

Entramos a un café, ordenamos y nos sentamos a observar los grandes edificios que embellecen el lugar.

Mamá: ¡Esto es increíble!, Nunca creí que fuera tan hermoso. – dijo, ya que por nuestra posición económica no podíamos salir de California, pero ahora mi madre y yo empezamos a progresar.

J: Ni yo lo pensé. – dije desanimada.

Michael: ¿Pues que creen?, ¡Aqui están! – dice sonriendo, había olvidado que Michael no era nada feo, pero no comparado con.... Él.

Reímos con mi madre "felices", bueno tal vez ella si lo estaba.

Llegaron nuestras tazas de café y lo tomamos mientras ellos platicaban de cosas que se me hacían aburridas, y poco interesantes yo veía el lugar detenidamente tratando de no pensar en lo mismo de siempre.
Sólo logré oír que empezarían a buscar un apartamento, y que al parecer la casa de California ya tenia un comprador, me dolió oír eso, pero ya nada podía hacer más daño de el que mi corazón sintió ayer.

Pagamos la cuenta y salimos de ahí, tomamos otro taxi, y sentí como la mirada de Michael se dirigió a mi.

Michael: ¿Que te pasa Jasmine?, Toda la semana has estado triste llorando, y no me digas que extrañas California por qué es obvio que no es así, ¿extrañas a alguien? – dijo, un tanto molesto.

J: ¿Y si fuera así cuál sería el problema?, Es increíble que ni tu "novio" – dije haciendo las comillas con las manos – te crea.

J: ¿Estas seguro que quieres hablar de esto en este taxi? – dije, pero no hablamos muy fuerte, íbamos en los asientos de atrás.

El sólo hizo una mueca de desagrado y justo a tiempo llegamos al lugar al cual nos encaminabamos.
Agradecí el haber llegado, ya que no queria discutir con Michael.
Bajamos y es muy alto el edificio, muy hermoso desde afuera, no me imagino cómo estará de adentro, pensé.

Entramos y si, como imaginé, estaba mejor que afuera, muy elegante muy sofisticado.
Me encantó.

Luego de cruzar unas palabras con la persona en el lobby nos muestran un apartamento el doble o más de grande, a diferencia de en el que estábamos viviendo por ahora.

Tenía 4 habitaciones subiendo las escaleras, en el piso principal había una sala muy grande y todo era vidrio, podías ver toda la ciudad desde la comodidad de tu sala, además de una cocina muy amplia y elegante, las habitaciones ni hablar, espaciosas y muy acogedoras, era el lugar ideal y al parecer a Michael y a mi madre les resultó igual de hermoso que a mi. Por qué en realidad si estaba muy bien.

Salimos del lugar, no sin antes pedir un número de celular o un correo electrónico.
El cual nos dieron sin ningún problema.

Llegamos a casa estaba cansada, lancé mi bolso en el sillón y deje los zapatos en el suelo sólo para lanzarme encima de los mismos.

Mamá: ¿Que les pareció el apartamento?
– pregunto mamá.

Michael: Pues a mi me encantó, si por mi fuera ya estuviera viviendo allí. – dijo bromeando y mi madre río yo solo los ví como sonreían.

J: Pues a mi me encantó, es muy amplio, muy bonito, me encantaría vivir en ese apartamento. – dije entusiasmada.

Sin darme cuenta, ya estaba olvidando un poco las cosas.
~

Narra Robert

Ha pasado una semana desde que mi niña se fue, y estoy mal.

Desde que se fue ya no soy el mismo, se llevó parte de mi con ella, antes era un hombre infeliz pero la tenía a ella, y ahora soy un hombre infeliz y ella no está a mi lado, no se que haré sin ella en mi vida, ella hacia que mi vida tuviera sentido, con sólo una sonrisa de su cara me hacía feliz, ella me trataba mejor que cualquier otra mujer que he conocido.

Todos los días al llegar, sólo espero verla de nuevo en su escritorio con su café al lado, mientras me da una sonrisa de la cual me había enamorado, pero nunca sucede mi tonto cerebro espera algún día suceda, tuve que contratar a una amiga de Jennifer cómo mi secretaria, no se que hizo pero las personas que llegaban eran muy inexpertas no me quedo otra alternativa que contratarla, sólo lo hizo para tenerme controlado, ella era como su espía y yo el espiado.
Pero la chica se veía muy amable, no me dejaré llevar por la apariencia, quisera que mi Jasmine fuera la que me estuviera vigilando.

Ya no podía con Jennifer, era la mujer más celosa y enojada del mundo, siempre eran peleas o gritos con ella.
Trataba de cuidarla con su embarazo, contraté una sirvienta de nuevo, al ver aquella chica con el uniforme solo la vi a ella, a Jasmine, la veía en todos lados...

Odiaba estar en mi casa, sólo lo hago por mi hijo, el no tuvo la culpa de que sea un imbécil, yo lo amaré al fin y acabo es mi primogénito, mi sangre, el hijo que tanto desee, hubiera deseado más que su madre fuera Jasmine yo el padre, y ser una familia feliz.

Esta semana he pasado mucho tiempo en mi estudio, de hecho lo estaba en este momento, con mis botellas de whisky al lado, pensando sólo en alguien en ella.
Con las gafas entre mis manos.

Cerré los ojos y recordé su precioso rostro, su cuerpo, su inteligencia, su inocencia, su sonrisa, su cabello negro que era más suave que una rosa.

Recorde el primer día que salimos, el día que fuimos al bar y luego de probar un poco de alcohol, se lanzó a cantarme aquella canción, recordé como su suave voz entonaba la letra de tan preciosa melodía, y sólo iba dedicada a alguien, a mi.
Al hombre que se enamoró de ella, el hombre que sólo quería tener sexo con ella y se enamoró perdidamente.

Una lágrima solitaria cae por mi mejilla, tomo un buen sorbo de el vaso, para tratar de olvidarlo todo, lo cual parece imposible.

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– Eres tú....
Eres tú
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Es lo que suena en mi cabeza una y otra vez, yo era la persona la cual ella quería, y lo arruine todo.
Soy un imbécil, por qué tuve que hacer eso.
Yo la amo, pero parece que todo tendrá que quedarse en el recuerdo de el amor de mi vida.
Nunca mi corazón había sentido este dolor, nunca había amado de esta forma.

Recuerdo el sabor de sus labios en mi boca, ese sabor a cereza que emergía de sus labios rosados y preciosos.

Recuerdo las veces que hicimos el amor, otra lágrima cae por mi cara,  recuerdo como ella me besaba apasionadamente, como beso casa parte de mí con su boca.

Ella era la mujer de mi vida, y por estúpido la perdí.

Di otro trago a aquel Whisky y seguí recordando todo lo vivido con ella.

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Otro capítulo, espero les guste.
Saludos a todos.