Capitulo 2: Escapar

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El sol comienza a aparecer y sé que es la señal de salir de aquí e ir a por Josh. Sin hacer ruido comienzo a vestirme con la ropa que me dio Esther (una gorra negra, un pasamontañas gris y un chándal del mismo color), la amiga de Josh. Al principio pensaba que era una simple enfermera del hospital mandada a la mansión de Trebor, pero anoche,  unos cuantos minutos después de que Josh se fuera, entró para darme la ropa que él le había pedido; y me dijo que era una de los mayores manifestantes contra Trebor.

Según me contó, entre la población de Ayaros había un increíble número de paisanos que quería revelarse contra él. Y Josh era el portavoz.

Ayaros apoyaba ciegamente a Josh, y aunque no entendía que ayudaran a que su “líder” escapara de aquí, agradecía enormemente eso.

Anoche, tras una larga conversación con Josh conseguí que aceptara venir conmigo, y aunque se opuso durante un largo tiempo, conseguí que lo jurara. El plan era el siguiente:

1) Poner la almohada bajo las sábanas de mi habitación para que en el turno de las 07:15, cuando uno de los guardias pase y la vea, piense que soy yo.

2) Ir corriendo hacia la habitación contigua y sacar a Josh silenciosamente (pero aquí viene lo difícil ya que con la silla de ruedas costará el doble)

3) Huir hacia la puerta del jardín (mientras los demás están en la reunión), dónde nos espera Gemma para ir al lago. Y así, salir de Ayaros.

Tal como lo habíamos planeado, pongo la almohada y rápidamente escapo de mi habitación hacía la de Josh y una vez sentado en su silla de ruedas murmura:

-¿Estás segura de esto?

-¿De qué? –pregunto desconcertada.

-De huir conmigo –aprieta sus dientes y veo frustración en su mirada- soy un lastre en esta puta silla de ruedas. Nos van a pillar.

-Vamos no seas pesimista –intento animarlo- sabes que todos confían en ti. Te necesitan.

-Nadie me necesita –murmura él.

-Todos necesitamos a alguien y mi vida sin ti no tiene sentido, así que yo te necesito – y para enfatizar mis palabras le besó. Un beso fugaz pero lleno de amor.

Con los ojos llenos de lágrimas me sonríe y asiente, abriendo la puerta.

Agarro los mangos de su silla de ruedas y comienzo a avanzar a un paso rápido –por mí correría por estos largos pasillos como alma que lleva el diablo, pero según Josh, llamaríamos aún más la atención-. Cuando estamos a punto de llegar al jardín, una alarma comienza a sonar a nuestro alrededor con un ruido ensordecedor propio del fin del mundo, mientras que las blancas luces dan paso a un rojo intenso, un rojo casi granate... un rojo sangre. El sonido se detiene para dar un mensaje con la voz de una pausada mujer:

“Atención, se han escapado dos prófugos de Jeff Anilah, repito, se han escapado dos prófugos. Uno es una mujer y el otro es un hombre en silla de ruedas. Se obliga capturarlos.”

Todo comienza a ser un caos. La gente que hay alrededor –en general soldados- se percata de que nosotros somos los prófugos de los que habla la mujer, y comienza a dar la voz de alarma.

No hace falta pensarlo, para saber que es momento de comenzar a correr hacia el jardín. Cuando los rayos de luz del sol comienzan a abrirse paso entre el fuerte rojo que nos ciega, sé que estamos cerca del jardín. Pero esto no iba a ser tan fácil, Trebor no permitiría que escapásemos así como así, Trebor quiere sangre, y no le importa el modo. Cuando quiero darme cuenta, un grupo de soldados acorralan la zona.

I Need You -2° parte de Blood MagicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora