No te separes de mi (TERMINADO)

Cap 29

THOMAS

Ahí estaba yo, llevando a cuestas a una preciosa mujer desangrada. Sabía que estábamos cerca de su casa porque nos lo indicaron perfectamente en el documento que firmamos antes de acceder a este trabajo.

Lo peor era que le estaba cogiendo cariño, mucho cariño.

Al rato, estábamos enfrente de su casa. La puerta estaba cerrada con llave y yo tenía las manos ocupadas así que, con sumo cuidado, la dejé en el suelo y con un golpe seco al pomo pude abrirla fácilmente. La volví a sostener entre mis brazos y la metí en su casa.

Me sentía perdido. La deposité encima de la camilla que tenía en su casa y intenté salvarla la vida.

Con unas tijeras, la rajé el pantalón y después, la extraí la bala que tenía en su interior con unas pinzas, la sangre chorreaba de su muslo y caía al suelo. 
Con desorden, encontré una aguja y un hilo, y cuando conseguí enebrarlo, introducí el utensilio metálico en su piel. Con una venda blanca, envolví su precioso muslo y la dejé descansar.

Me senté en una silla que había al lado de la camilla y me quedé observandola. Antes de que se desmayase, me dijo que no me separase de ella. Se me rompió el corazón, es tan tierna, se la ve tan débil. Lo peor será cuando realmente sepa quien somos, quien soy. 

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Abro los ojos, y miro el reloj, son las 10:13 de la mañana del día 24 de Abril.
Anoche me quedé dormido en la silla de la enfermería, junto a Lena. La miro y tocó su pequeña mano. Su cara es relajada, pero cansada del esfuerzo de ayer. La venda que le puse sigue intacta, pero estoy preocupado, espero que no se le infecte la herida. 

Lo mejor que puedo hacer es trasladarla a su cama, así que salgo de la enfermería y busco la que sería su habitación. En el pasillo que conecta la entrada con el patio trasero está repleto de puertas. Abro una a una hasta encontrar la que supuestamente era la suya.