2.

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El omega arrugó la cara y siseó bajo y afligido, con los dientes expuestos y murmulló somnoliento, rasgando su cintura donde los vendajes se habían apretado.

Jimin lo tomó de la muñeca alzándola a la altura de sus ojos sin soltar el cuchillo como prevención y frunció el ceño cuando encontró una fea cicatriz en lugar de la marca de pertenencia.

Por lo general los omegas del pueblo siempre llevaban la marca del clan o del alfa al que pertenecían pero este omega, pero este.. Se la había arrancado con los dientes.

La tormenta aulló afuera sacudiendo las ventadas, los ojos de omega se abrieron como los párpados de una muñeca. Su nariz se arrugó y sus labios se curvaron al notar el arma contra su piel y quién la manejaba. Débil, levanto su brazo libre temblado para alcanzar la cara de Jimin, con los dedos extendidos, pero se derrumbó antes de que pudiera hacer algo. Estaba deshidratado, por la pérdida de sangre y sudor, y al sentir su zona resbaladiza de donde emanaba toda su atractiva dolencia, lo hizo demasiado débil para intentar escapar, eso y el mal movimiento que habría hecho que Jimin le cortara la muñeca.

— ¿Dónde está tu compañero? — preguntó Jimin áspero y teñido con algo brutal que burbujeaba bajo la superficie que apenas mantenía bajo control. No tenía paciencia para la curiosidad o ser ignorado. El omega no volvió verlo otra vez, esta vez su mirada pasó de largo, sus iris se movían temblorosos, moviéndose hacia las ventanas mientras vibraban con fuerza antes de mirar hacia la cama del alfa. — ¿Dónde está tu compañero? — Repitió, con la daga perforando a un lado de su brazo, cerca de la preciosa vena para recordarle su situación. El omega observó las pequeñas gotas rojas que se derramaron sobre su cuchillo y la aura cautivadora regresó.

Jimin usó su vista periférica para verlo mover sus piernas y doblar las rodillas, de alguna manera estos movimientos hicieron que el olor se hinchara como incienso.

— Justo aquí — respondió con una voz suave y una sonrisa maliciosa se extendió por sus labios, pero Jimin estaba lejos de divertirse.

— ¿Por qué no estás en la capital? — gruñó y el omega solo mostró sus dientes en una sonrisa achinando sus ojos — ¿Que haces aquí? ¿Quién te trajo? ¿Por qué te quitaste la jodida marca? Si no estás emparejado, ¿de dónde sacaste esa ropa?

Inesperadamente el comportamiento del omega cambio repentinamente, su mirada era oscura y feroz. Jimin podía admitir que era inquietante, pero solo lo puso más a la defensiva.

Los omegas normalmente no eran así.

Alfa inteligente.. — arrulló, tensándose — No puedo responder si me duele el cuerpo, tengo sed..

— Estás hablando muy bien en este momento — Soltó enfureció. El omega dejó caer una de sus rodillas vislumbrando su zona roja y pegajosa, tambaleando la mente de Jimin y formando baba en su boca.

Por eso era la gran demanda de omegas, podías comprar uno a un bajo costo y luego era tuyo...

— Estoy débil — se quejó falsamente con sus ojos brilloso mientras el aliento de Jimin se hacía pesado — Haré lo que me digas, si me sueltas. Solo déjame beber

— Debería matarte — escupió Jimin enfurecido porque del omega pensaba que podría negociar, presionó más el cuchillo y eso finalmente hizo que el omega frunciera el ceño y se estremeciera — Te matare y no sería para nada diferente que cualquiera que sea el animal que tenía en mente atacar, así que no intentes nada gracioso. ¿Entiendes?

ɴᴏ ᴍᴇ ᴍᴜᴇʀᴅᴀꜱ || ᴊɪᴍꜱᴜ  [ OMEGAVERSE +21 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora