17.Menudo día.

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-¿Qué te parece este vestido? -Me decía Carla. -Te hace gorda. -Le respondía riendome.

-No mientas, te mueres de envidia. -Dijo sonriendo. -Me has pillado. -Decía mientras me apoyaba en el cristal del espejo.

-Bueno espera que voy a apagarlo. -Recogió el vestido y se fué al mostrador y yo mientras tanto seguía en el probador mirándome en el espejo.

-¡Manos arriba! ¡Esto es un atraco! ¡Qué nadie se mueva o le disparo! -Gritó un hombre que iba vestido con un chandal de color azul marino y con un pasamontañas.

Me dio un vuelco al corazón no pude evitar sacar la cabeza del probador y fué cuando le ví y él me vió, no dudó en sacarme del probador.

-¡Quitate el vestido! -Me gritaba y de los nervios me quedé paralizada. -¡Qué te lo quites! -Chillaba más alto mientras me apuntaba con la pistola. 

-¡Dejala en paz! -Gritaba Carla. -¡Tu te callas! -Le dió una patada y Carla se revolvió en el suelo. 

-¡Y tu te vienes conmigo! -Me agarró y me llevó hacia él mientras me apuntaba con la pistola.

-¡Noo! -Gritó Carla. -¡QUÉ TE CALLES! -Se escucharon disparos que fueron dirigidos hacia Carla.

-¡Carla! -Grité con todas mis fuerzas mientras lloraba con mucha intensidad. Aquel hombre no dudó en pegarme un golpe con su pistola.

-¡Carla! -Volví a gritar y me desperté en el sofá.

-¿Qué te pasa Lara? -Acudió mi padre corriendo hacia mi. No le contesté y di un abrazo.

-Tranquila, ha sido una pesadilla. -Me acarició la cabeza con suavidad.

Al cabo de unos segundos me aparté de mi padre y me sequé las lagrimas con las que lloré en el sueño por la muerte de aquella chica.

-¿Estás mejor? -Me preguntó. -Sí. -Le respondía. -¿Qué hora és? -Pregunté mientras me levantaba del sofá. Todavía no sabía que hacía aquí durmiendo pero no quería llegar tarde al instituto.

-Las 7. Siempre sueles despertaste sobre esta hora. -Empezó a reirse. -No sé ni para que te pones el despertador. -concluyó. 

-Por que no suelo tener pesadillas. -Contesté molesta. -Pero bueno, ya que me he despertado pronto aprovecho para ducharme que ayer por la noche no me dió tiempo ya que ni me acuerdo de por qué me quedé dormida aquí. -Le dije a mi padre esperando una respuesta. 

-Diselo luego a tu madre, yo me tengo que ir a trabajar. -No me quiso contestar y me dió un beso. 

-Que tengas un buen día. -Cogió las llaves y cerró la puerta. -Eso espero. -respondí para mí misma.

Después de ducharme me empezé a secar el pelo mientras escuchaba "me andmybrokenheart" No podía estar mal del todo ya que no me había dado tiempo a llegar a tener bastante aprecio a Alex, habíamos pasado casi dos días y en eso ya nos habíamos liado así que esto era un, si te he visto, no me acuerdo.

Al cabo de unos segundos ya estaba casi preparada, solo faltaba desayunar y no había demasiada hambre, tenía el estomago cerrado así que me cogería dinero para comprarme algo en la cafetería, espero que me diera tiempo para cuando saliera.

*Se escuchó el sonido del telefonillo*

-¿Si? -Contesté. -El cartero. -Me respondieron del otro lado. No le dije nada y le abrí la puerta.

Todas las mañanas ese dichoso cartero a la misma hora llamaba, ya podría llamar a otro piso. Lo de pensar la hora me hizo de mirarla. 8:10, ya era la hora de salir, cogí la mochila y las llaves y salí.

Felices sueños, LaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora