25. Cambios

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Solté la piedra al suelo con la que acaba de golpear a Ángel mientras Alex se retorcía para quitárselo de encima. Poco segundos después Alex empezó a levantarse lentamente hasta conseguir sentarse, tosía mucho y se le veía con muy mala cara.

-¿Alex estás bien? -Muy preocupada me agache al frío suelo al lado de él. -Iván. -Dijo sin preocuparse por él cuando yo me giré para observar a Iván.

-¡Iván! -Grité desesperada mientras le tambaleaba. Tardó unos movimientos más hasta que empezó a despertarse. -¡Gracias a dios, que susto! -Lloraba de emoción por poder abrazarle y por el susto que me había dado. -Lara. -Me recibió el abrazo. -¿Estás bien? -Me preguntó -Yo bien pero ¿Y tú? -Me separé de él para poder mirarle a la cara. -Tambien . -Sonrió. Escuché de nuevo toser Alex y me di cuenta que él no podía muy bien.

-Alex. -Susurré mientras le abrazaba. -¿Esta bien? -Pregunté. -Sí tranquila pero, vámonos de aquí antes de que se despierte. -Concluyó intentando levantarse y se quejó. -Creo que al caerme me he hice daño en el tobillo. -Torcí el labio. -Te ayudo.

Le  levanté y después a Iván que no le hacía mucha falta. Antes de andar me quedé dos segundos observando a Ángel que permanecía en el suelo inconsciente de aquel tremendo golpe que le di, a pesar de lo que me había hecho esperaba que no le hubiera hecho tanto daño, finalmente entre Iván y yo ayudamos a Alex a andar y logramos salir de aquel parque oscuro.

10 Días después.

-Lara tienes que ir al instituto, sabes que dentro de poco seran los examenes finales. -Hablaba tumbado Alex en la cama esperando que le posara la bandeja en su regazo. -Lo sé, Lorena me está mandando los deberes por correo. -Me sentaba en el borde mientras hablaba sin importancia.

-Pues no te he visto abrir ningun libro. -Acusó cortando un trozo de pescado. -Eso es por que no me hace falta. -Me llevé un mechón del pelo a la oreja. -Sabes que no. -Me puse un poco nerviosa. 

En realidad no hice caso a ningún libro, a ningún correo, a ninguna persona, a nadie que no fuera Alex, Iván y Lorena. Era en las únicas personas que podía confiar y no tenía interes en salir de la casa de Alex hasta que no se pusiera bien del tobillo, después de los finales buscaría algún trabajo para poder vivir en algún piso de alquiler con Lorena ya que tenía dieciocho años y ya podía encargame de mi misma a pesar de lo ocurrido hace poco. Mis padres se pusieron al tanto de lo que me ocurrió ya que Alex me obligó a decirselo pero, me negué a volver a casa y a decirles donde estaba, lo único que hize fue hacer la maleta y llevarme lo más imprescindible.

Por otro lado, aquello que me ocurrió con Ángel hizo que cambiara en mi forma de pensar sobre aquella Lara que hace tiempo comenté con Iván, pienso que todo lo que ocurrió fue mi culpa y me molesta tener que haber interferido de por medio a Iván y Alex por ello, estoy en su casa cuidando de él y a pesar de que intente estar no a la defensiva o borde con él, él sabe que después de lo ocurrido he cambiado y le preocupa un poco.

Aun que haya dejado de tener un poco de miedo me niego rotundamente a dar un paso a la calle o algo que no sea la casa de Alex, tampoco me fió cuando tengo que abrir la puerta a alguien tanto, que hasta una vez sin darme cuenta no dejé entrar a la madre de Alex que venía a ver como estaba él y yo.

-¿Este fin de semana es cuando te quitan la venda? -Desvié el tema. -Sí. -Asintió tragando. -Pero Lara, no me cambies de tema, sabes que vas a tener que salir a hacer los examenes aun que sea y a pesar de que yo tambien esté preocupado no puedes quedarte aquí metida, sería como encerrarte a ti misma. -Me hacía entrar en razón pero aun así no me atrevía. -Lo se pero, comprendeme pienso que a la mínima que toque un pie a la calle va a aparecer Ángel perdón, Rubén y va a volverme a encerrar. -Hablaba molesta.

Felices sueños, LaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora