CARLA
La mujer se aproxima, sonríendo, como siempre. No me intimida. Si fuera inteligente no habría atacado tan cruelmente a Isma y a Olga. Nos ha puesto a todos en su contra. Indiferente, subo el brazo, demostrándole que yo también podía moverme y tomo un sorbo de granizado.
Su rostro pasa de la sorpresa a la ira en cuestión de segundos. Alguien suelta una risita nerviosa. Puede que Génesis. Se acerca cada vez más. Me escudriña buscando mi miedo. Pero no lo encuentra y se enfurece más.
-Espíritu del Acero Helado-dice entre dientes- hielo irrompible, arma creadora, madre de todas las demás. Eres vientos de invierno que cantan en el aire congelado. ¡Desata la Danza de Espadas!
El aire a mi alrededor parece congelarse de verdad. Qué original. Siento como que me vuelvo hielo, y que me resquebrajo poco a poco. Pero no tengo miedo. Grietas innumerables recorren mi cuerpo y finalmente, con un crujido desgarrador, me desmorono.
Abro los ojos. Llevo un traje ajustado de color blanco, desde el cuello hasta pies, enfundadas en unas botas altas negras. Por encima, una cazadora de cuero. Una especie de correas grises cruzan mi torso y rodean la parte de arriba de mis piernas. Siento las dos katanas sin verlas. Están cruzadas a mi espalda. Desenvaino una de ellas y contemplo mi reflejo en el extraño metal azulado. Sonrío.
LARA
Impresionante. Carla y Luis parecen sacados de un mundo fantástico, peligroso y excitante. Cada uno está concentrado en sus nuevos poderes. Aliviada, veo como las heridas de Isma se curan poco a poco.
Parece que ahora me toca a mi. Mientras la mujer se acerca, aún algo enfadada, pienso en que me convertiré. Tengo el presentimiento de que me gustará.
Miro a la mujer a los ojos y con una ligera inclinación de cabeza y una sonrisa, la invito a empezar. Quiero mi poder lo antes posible para que no se repita lo de Olga e Isma
-Espíritu de la Protección, que cargas sobre tus hombros con la responsibilidad de los guardianes, que cuidaste de todo aquello que merecía la pena. Bastión resplandeciente del Bien. ¡Invoco al Escudo del Conocimiento!
La luz me envuelve. Algo cálido recorre todo mi cuerpo. Me siento fuerte, me siento bien. Oigo truenos, oigo viento, oigo el mar, y la música... Todo es hermoso...
Sin poder esperar, abro los ojos.
Estoy envuelta en una armadura resplandeciente, plateada y con motivos azules. Un yelmo alado me ciñe la frente y las sienes. Las grandes hombreras con símbolos mágicos y relucientes, las protecciones metálicas que cubren todo mi cuerpo. Brillan. Toda la armadura brilla. Parezco resplandecer. En los brazos llevo dos grandes guanteletes de metal azul oscuro. Parezco capaz de matar a alguien de un puñetazo. El derecho parece ligeramente diferente, tiene gravado en el medio el símbolo de una lechuza de grandes ojos hechos de dos gemas del color del mar. Me veo reflejada en ellos. Me gusta lo que veo.
EIRE
Lara parece encantada con su nuevo poder. Igual que los demás. Quiero mi poder ya. Desde que me transformé, algo oscuro tira de mi. Estoy permanentemente acuciada por la necesidad de hacer algo. Algo peligroso. ¿Pero el qué?. Mientras la mujer repite el proceso, me siento a punto de estallar. Quiero liberarme.
-Espíritu de la Furia, aquel que fue sellado y vuelto a sellar, que es ahora liberado como consecuencia de la guerra. El aire huele a acero y sangre. ¡Rompe las cadenas de una paz falsa y haz que la Guerrera Implacable se una a la batalla!
No veo nada, pero escucho. Estoy rodeada por... guerra. A mi alrededor solo escucho golpes de espada, gritos, fuego, el silbido de las flechas y el aúllar del viento. Todo mi cuerpo tiembla de emoción. QUIERO LUCHAR. MOSTRADME LA BATALLA. Grito sin pronunciar sonido alguno mientras el ruído se va apagando poco a poco... creo escuchar un aleteo y un rugido sobrecogedor...
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11ESPÍRITUS
FantasyPasó de repente. Sin previo aviso. Una noche, el cielo se llenó de estrellas fugaces. Cayeron sobre la tierra y trajeron las bendiciones de los Espíritus. Chicos y chicas de todo el mundo empiezan a transformarse y a desarrollar poderes más allá del...