Poco menos de una hora para la llegada de los demonios...
-¿Marta sigue hablando con ellos?
-Si... tendrán que discutir estrategias de combate... supongo.-Luis se apoya con la espalda en el tronco de un árbol y se deja deslizar lentamente hasta el suelo. Pone las manos detrás de la cabeza y cierra los ojos.
-¿Cómo te puedes poner a dormir aquí? Los bichos esos vendrán en una hora.-Janet le patea ligeramente el pie, pero el chico ni se inmuta.
-Hmmm... quizás deberíamos no se, ¿intentar hablar con el resto de los chicos que están aquí?
-Si, vale, espera. Porque éste es el mejor lugar para hacer amigos, ¿no?-Como para subrayar sus palabras, los ojos dorados de Eva recorren con desconfianza a la aglomeración de personas reunidas en el claro. Porque hay bastantes.
Casi todos ellos ya están transformados. Sus edades parecen oscilar entre los 13 y 16 años, aunque los chicos jurarían ver a algunos niños pequeños correteando entre los mayores. Están reunidos en grupos dispersos, aislados, pero parece que algunos se conocen entre ellos. Sus conversaciones convierten el bosque en una cacofonía de gritos y murmullos adolescentes, pero que no alteran la armonía del lugar
La verdad es que algunos de los chicos tienen un aspecto bastante intimidante. Carla ve varias guadañas y espadas giagantescas, como la de Eire. También parece haber muchos magos, e incluso gente con armas de fuego! Se deja escuchar algún que otro instrumento musical. Janet (debido a su interés por la música) se fija especialmente en una chica que se encuentra sentada sola en una de las ramas bajas de un roble, de larga melena castaña clara recogida en una sola trenza. Va ataviada con ropas de cuero coloreado y entre sus manos hay un laúd que emite una melodía alegre.
-¿Qué piensa hacer esa chica con un laúd? ¿Destrozárselo en la cabeza a un demonio?-pregunta Isma.
-He leído sobre eso. Será un Bardo.-dice Luis sin abrir los ojos.
-¿Bardo? ¿Pero esos no componían música en la Edad Media?-pregunta Génesis.
-Son una especia de luchadores especializados en magia musical. Normalmente potencian los ataques de los integrantes de su grupo, pero también pueden defenderse por sí mismos.
-Me habría gustado ser un bardo...-dice con un mohín Janet.
-Tú eres casi casi Katniss Everdeen, así que no te quejes.-la broma de Lara hace que algunos de los chicos de alrededor se rían. Algunos.
-Chicos. ¿Me disculpais un momento?-Sara tiene la vista fija en la otra punta del claro. La verdad es que llevaba pasmada un buen rato. La chica sale corriendo.
-¿Qué le habrá picado a ésta?-pregunta Eva.
-Vaya... conque intentando ligar a estas horas...-dice Eire de forma casi inaudible y riendo entre dientes.-Pues yo me voy a conocer a alguno de los de allí.-La espadachina señala hacia un grupo de chicos ataviados con pesadas armaduras, abolladas y cubiertas de polvo. Todos ellos parecen muy fuertes. Portan mandobles y hachas de gran tamaño. Y no dan la sensación de ser amistosos...
-A mi no me parecen muy de fiar...-dice Olga. Pero Eire ya se dirige resueltemente hacia ellos.
-Bueno...-Janet mira al resto de sus compañeros. Eva tiene la vista clavada en Sara, que parece estar conversando con un chico de túnica blanca. Luis está relajadísimo. Olga parece más pálida de lo normal y se abraza a si misma. Janet no entiende su brusco cambio de comportamiento. Miriam se ha sentado en el suelo junto a Luis y Lara dá golpecitos en el suelo con el pie.
-Ei.-Janet se sobresalta. No se ha dado cuenta de que Isma se había puesto detrás suya.-¿Vamos a hablar con la del laúd? Me aburro.
Janet se lo piensa un poco, pero viendo el panorama, al final acepta y se dirige con Ismael hacia el viejo roble.
-Bueno... así que solo quedamos...-Lara no llega a terminar la frase, pues uno de los chicos se dirige hacia ellos. Tendría un aspecto de adolescente normal (sudadera negra, chaleco azul y vaqueros) si no fuera por las cadenas negras que se enroscan en sus muñecas, formando dos gruesos cúmulos oscuros, a diferencia de las de Carla. Conforme se va acercando, las chicas ven que no es muy alto, pero si ancho de hombros, con un rostro pálido de rasgos marcados y ojos marrones. Lleva el pelo tapado por un gorro gris.
Se queda parado delante de ellos, con expresión algo confusa, como si no supiera muy bien qué decir. Ante las miradas atónitas de todos, se arrodilla delante de Luis y escruta su rostro de forma pensativa. Finalmente, le dá un golpecito entre las cejas con el dedo índice. Luis abre los ojos rápidamente y por su expresión, parece prepararse para volatilizar a alguien, pero al ver al chico, pasa del enfado a la incredulidad en un segundo.
-¡David! Tío. ¿Qué coño haces aquí?
-Menos mal.-dice el chico, aliviado-Con lo que has cambiado, no estaba seguro de que fueras tú.
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11ESPÍRITUS
FantasyPasó de repente. Sin previo aviso. Una noche, el cielo se llenó de estrellas fugaces. Cayeron sobre la tierra y trajeron las bendiciones de los Espíritus. Chicos y chicas de todo el mundo empiezan a transformarse y a desarrollar poderes más allá del...