Cambios en la dirección

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18-6-2014 a las 12:00 AM

Súbitamente, todas las pantallas del mundo volvieron a fundirse en negro. Móbiles, televisores, tablets y ordenadores dejaron de trabajar durante cinco angustiosos segundos. El mundo entero contuvo al aliento, a la espera de horribles presagios sobre la guerra. El tiempo pareció detenerse y los Espíritus se agitaron.

Entonces, un rostro apareció en la pantalla. Dos ojos del azul más helado contemplaron impasibles a toda la población de la Tierra. Una larguísima melena dorada enmarcaba un rostro alargado, de mandíbula dura y labios finos y crueles. La piel era igual de blanca que el mármol, excepto por una plateada cicatriz que cruzaba el puente de una rectísima nariz de derecha a izquierda. El hombre, o mejor dicho, el Ángel, parecía llevar una reluciente armadura blanca.

Y Miguel habló.

Ese mismo día, 1 hora después:

Conversación Whatsapp:

-Eva: Lo intuía

-Luis: Estaba clarísimo. ¿Cómo si no iban a controlarnos a todos?

-Carla: Habrá que andarse con ojo.

-Luis: Si, porque eso de las Patrullas Blancas me suena a totalitarismo

-Sara: Ya saltó el intelectual, llámalo que estamos jodidos

-Génesis: Bueno, de momento no ha pasado nada...

-Eva: ¿¿¿CÓMOS LLAMAS NADA A QUE LOS ÁNGELES INTERVENGAN EN TODOS LOS GOVIERNOS DEL MUNDO Y SE PONGAN A PATRULLAR POR LAS CALLES INSTAURANDO LA LEY MARCIAL???

-Génesis:.......

-Isma: Sara tiene razón. Estamos jodidos.

-Janet: -.-'

-Eire: Al menos Miguel estaba buenísimo.

-Janet: Dios, apareces después de un mes sin hablar y lo primero que dices es eso??

-Isma: LOL XD XD

-Eva: Relaja Eire

-Luis: Es la guerra.

Al mismo tiempo...

MARTA

-Los ángeles se distribuiran en función de la población de la zona y de los efectivos disponibles. El ejército de la Tierra se mantendrá al margen a no ser que les pidamos que intervengan. Ahora lo único que necesitamos es encontrar a todos los humanos ligados a Espíritus.

La atmósfera no podía ser más fría. La sala de reuniones, "prestada" por una empresa francesa, es asfixiante. El aire ejecutivo, las sillas incómodas y la actitud hermética de todo el mundo me pone de los nervios. Los Arcángeles nos hemos vuelto a reunir tras el anuncio de Miguel. ¿Si esto es lo correcto... por qué me siento tan incómoda con esta situación?

-Miguel.-clava en mi sus duros ojos azules y siento el poder que emana de ellos. Los demás parecen un poco sorprendidos al verme intervenir. Imprimo toda la fuerza posible en mis palabras- ¿De verdad podemos permitirnos el lujo de destinar tantos efectivos a patrullar y realizar partidas de búsqueda?

Silencio total en la sala. Menos mal que no está Raguel para verlo. ¿Dónde estará?

Miguel sigue sin decir nada. Está a punto de abrir la boca cuando Remiel interrumpe:

-Vamos, vamos Gabrielle.-Remiel tiene el aspecto de un adolescente desenfadado. El pelo revuelto de color arena y los ojos verdes y traviesos, acompañados de una sonrisa pícara en medio de un rostro lleno de pecas, te pueden causar la errónea impresión de que es  inofensivo. Además es el único que no viste para pelear. Lleva unos pantalones anchos y una sudadera naranja, y sus delgados brazos están llenos de pulseras de colores. Ha estado junto a Miguel como su "perro guardián" durante mucho tiempo. Y no es precisamente un santo.-Necesitamos el mayor número de humanos con poderes posibles.-me guiña un ojo desde el otro lado de la mesa.-Los Ángeles no podemos hacerlo todo solos.

-Estais exponiendo a chicos de 15 años a demasiados riesgos. ¿Sabeis las bajas que ha habido en tan solo una semana?-Remiel consigue que me indigne con facilidad. Y parece que el resto no va a intervenir en la discusión, aunque creo que Miguel entrecierra un poco los ojos mientras hablo.

Remiel tuerce la sonrisa y me mira directamente a los ojos. Destilan peligro.

-¿Y sabes cuantos ángeles habrían muerto en esas batallas?

Antes de que tenga tiempo de pensar en nada, me encuentro a dos centímetros del rostro de Remiel, con las alas desplegadas y la lanza en ristre. Sariel y Miguel se hechan un poco hacia atrás y oigo a Remeniel conteniendo la respiración. La perenne sonrisa de Remiel me pone enferma. Susurro con rabia:

-Cómo vuelvas a decir algo así, juro que... 

-¿Qué vas a hacerme, Gabrielle?-susurra a su vez con voz dulce y cara de culpa.-Pensé que no querías que a otras personas les pasara lo mismo que a tus padres...-El resto de los Arcángeles se levantan en el acto.

Algo estalla dentro de mí y se me nubla la vista al tiempo que levanto la lanza.

-¡Malnacido!

Antes de que pueda asestar el golpe y borrar esa maldita expresión de la cara de Remiel, Rafael se sitúa delante mía a la velocidad del rayo con su báculo en alto. Unos ojos marrones, inteligentes y serenos me miran a través de las gafas de montura metálica.

-Este no es el modo, Gabrielle.-dice de forma tranquila.

Su mirada me confirma que he hecho una estupidez. Mierda... No debería dejar que me enfurecieran con tanta facilidad. He quedado en evidencia delante del resto de Arcángeles. Así no podré defender a los chicos.

 Pero no pienso olvidar esto.

Bajo lentamente la lanza al tiempo que repliego las alas. Oigo algún que  otro suspiro de alivio. De repente, la voz de Rafael restalla como un látigo:

-Remiel. Fuera.

El Árcangel primero mira a Miguel, pero éste sigue impasible. Remiel se levanta con parsimonia y se dirige lentamente hacia la puerta. Todos lo siguen con la mirada. Antes de salir, se gira y me mira con su cínica y prepotente sonrisa, a la vez que entrecierra los ojos:

-No habrías podido.

Y desaparece.

La noche del día después:

Es de noche. Aunque en Aenlinabhad siempre lo es. Los chicos han sido despertados por sus tarjetas de teletransporte, que habían empezado a brillar con fuerza, al tiempo que sus móviles se encendían y enseñaban un mensaje de aviso y llamada.

MISIÓN EN CURSO: ATAQUE DEMOCÍACO LOCALIZADO

Eran las 3:13 AM, y todos ya se encontran en Aenlinabhad. Algunos ya transformados, otros en pijama. Marta se encuentra ante ellos lista para la pelea. Esta vez ella irá con ellos. Respira hondo y abre el portal de teleportación que los llevará a las costas portuguesas.

-Un gran contingente de demonios acuáticos han sido envocados cerca de una playa próxima a la ciudad de Lisboa.

Los chicos se preparan para partir y no dicen nada. No les han explicado mucho. Tendrán que trabajar con otros como ellos, adolescentes con poderes que también habrán desaparecido en la noche para luchar. Algunos de ellos comprenden que si no pelean, morirá más gente.

-No cometais imprudencias.-les advierte el Arcángel.-Es muy posible que un señor demoníaco de alto nivel haya aparecido en la zona.

Y un escalofrío recorre el cuerpo de los 11 chicos. Olga ya ha empezado a temblar. Pues tendrá que volver a utilizar su poder. Y no se ve capaz de controlarse. Mira las espaldas de sus compañeros mientras van pasando por el portal. Se queda sola. Es la última. Por primera vez en muchos años, reza.

Pero va con ellos.

11ESPÍRITUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora