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Namjoon se presionó el puente de la nariz completamente estresado, sentía que la cabeza le iba a explotar y aún le faltaba hacer el balance general. Se dejó caer en el respaldo del sillón y cerró sus ojos, prometiéndose a sí mismo solo dormir cinco minutos, pero ese tiempo se cuadruplicó y había despertado asustado, con el corazón latiendo muy fuerte en su interior.
Prendió la pantalla de su móvil y notó la hora. Se sentía cansado y quería ir a casa, tirarse en su cama y dormir. No había cenado, de hecho, había estado metido entre números y papeleo, por eso su cerebro no le había dejado siquiera recordarle que su estómago necesitaba algo de comer. Y cayendo en cuenta de eso, fue cuando su estómago gruñó.
Se retorció en su asiento y dejó reposar el mentón sobre la madera. A las once de la noche no encontraría muchos lugares abiertos, a excepción de los puestos callejeros y sentía que moriría de hambre. Se levantó rápidamente y decidió dejar el papeleo para el día siguiente, apagó su computador y tomó su móvil, saliendo de su oficina muy pronto.
Las luces aún estaban encendidas, pero a medida que avanzaba iba apagándose una por una. La mayoría de veces era así, él se quedaba hasta tarde para terminar su trabajo, pero hoy especialmente no había podido concentrarse bien, y eso lo llevó a estar hasta altas horas de la noche.
Se despidió del vigilante y salió de la empresa, su pequeña empresa que crecía. Caminó hasta la plaza y buscó algún local abierto, encontrando uno de comida rápida.
Se apresuró a ir hasta allí y pidió una hamburguesa más una porción de papas, se moría de ganas por morderla, pero su casa quedaba a unas cuantas cuadras y quería comerla en la comodidad de su cama.
En medio del camino sintió el movimiento en su pantalón, apresurándose, sacó su móvil y descolgó, soltando un suspiro cansino.
—¿Aún sigues en la empresa? —La voz era baja y ronca, pensó que él no estaría solo.
Se aclaró la garganta y apresuró su paso, sintiendo el frío chocar contra su cuerpo de manera brusca.
—Voy de camino a casa.
—Mhm... Está bien, ten cuidado.
Namjoon se mordió el labio inferior y detuvo sus pasos.
—Tae... —El nombrado hizo un ruido—. ¿Podrías dejar de ser tan frío conmigo?
No hubo una respuesta durante largos segundos. Namjoon comenzó a desesperarse. Taehyung no estaba siendo justo con su actitud de mierda durante los anteriores tres días luego de que él decidiera acabar esa relación. Su amigo se estaba comportando como un niño caprichoso.
Namjoon escuchó un suspiro lento y pausado.
—Lo siento, estoy un poco estresado.
El menor comenzó a caminar nuevamente, guiándose por la luz de las farolas.
—¿Entonces no es por lo nuestro?
—Si quieres... hablamos mañana, deberías de descansar.
Namjoon asintió y colgó. Miró el cielo estrellado y luego se escondió bajo su traje, intentando darse calor ahora que se encontraba solo en medio de la oscura y fría noche.
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