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── Veinticuatro

Tres golpes se escucharon tras la puerta mientras Namjoon se ahogaba en lo profundo de sus sentimientos. ¿Qué sentía exactamente? No lo sabía y eso lo estaba volviendo loco. Desde el momento en que Taehyung había comenzado a hablar sobre sus sentimientos, había comenzado a sentirse perdido y desorientado, por lo que no estaba preparado para su confesión.

Claramente se sentía molesto, y a la vez, se sentía como un adolescente enamorado por primera vez, con un sentimiento tan vivaz que le provocaba miedo.

— Namjoon, abre por favor — hubo una pausa lenta —. Somos adultos, podemos manejar esto.

El menor inspiró, intentando calmar el dolor en su interior. Se levantó con pesadez y abrió la puerta, quedándose ambos con los ojos fijos en el otro. Namjoon dio un paso atrás.

— No fue una buena manera de comenzar el día — admitió el castaño, soltando una sonrisa amarga —. Mierda, cuando Jin se entere...

Taehyung apretujó los labios, sintiendo como su corazón dolía con cada latir.

— No tiene por qué saberlo — tomó aire —. Si quieres seguir con él, solo déjalo así.

El menor no supo que decir o hacer, pero el rostro desecho de Taehyung lo tenía contra la pared. Lo que siempre había querido lo tenía frente a él, una vida junto a la persona que en verdad amaba.

¿Qué debía de hacer?

— Tomate tu tiempo.

— ¿Qué es lo que quieres decir? — preguntó Namjoon, en un susurro temeroso.

Taehyung permaneció firme.

— Quiero estar contigo, quiero formar una familia, tener un hogar. Joder, quiero compartirlo todo contigo — hizo una pausa, continuando antes de que Namjoon pudiera decir algo más —. Y si, fui un idiota por no habértelo dicho antes, pero no sabía de esto que sentía, y cada vez que te veía con Jin... Te juro que me estaba pudriendo por dentro. Solo quiero que pienses en esto que te estoy diciendo, Namjoon.

— No sé qué debería de decir, Taehyung. Ni siquiera puedo moverme.

Taehyung sonrió, se acercó al menor, posó ambas palmas de las manos en sus mejillas rojizas y luego lo besó, queriendo hundirse en el exquisito sabor del amor.

Namjoon se sintió perdido, como si estuviera en un sueño del cual no quería despertarse nunca jamás, pero cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que la realidad era muy distinta, porque allí estaba el hombre que había amado y a unos kilómetros estaba el hombre que lo había aceptado desde el primer momento, el hombre que le había jurado enamorarlo, y sin embargo, sentía que se desvivía por el que lo besaba allí mismo. Estaba tan desorientado.