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── Veintiuno

— Últimamente no logro conciliar el sueño.

— Yo tampoco.

Taehyung le sonrió dulcemente, revolviendo su café con una cucharita.

— Quizás deberías de hablar. Como adultos — puntualizó.

Namjoon tomó de su café, después de haber soplado un poco para evitar quemarse.

— Deberíamos.

— Si. Y también decir lo que sentimos en realidad.

— ¡Ah!

El mayor dejó la taza sobre la mesa y giró para a Namjoon, quién hacia gestos raros mientras intentaba verse la punta de la lengua.

— ¿Qué haces?

— Me quemé, ¿no ves?

Taehyung sonrió.

— Pensé que me estabas coqueteando.

El menor le pegó en el brazo, retrayendo su lengua para mojarla con su saliva, sintiendo cosquillas en la punta.

— Nada de eso — dijo, tomando su taza por la orejita para luego caminar hasta su oficina, siendo seguido por su amigo —, todo va bien con Jin.

El pelinegro bufó, cerrando la puerta tras de sí.

— ¿Entonces cuando las cosas vayan mal vendrás a coquetearme?

— Dijiste que hablaríamos como adultos — contraatacó el menor.

— Si, eso es lo que hago, Namjoon.

Taehyung tomó asiento frente al escritorio del castaño, cruzando sus piernas mientras mantenía una mirada atenta.

— Ya que nos empeñamos en pelear como niños pequeños cuando se trata de nosotros... te diré que estoy siendo engañado.

Namjoon sintió el valor caliente en su rostro, mientras mantenía la taza a la altura de su boca.

— ¿Qué?

— Si, creo que Joy tiene otro.

— ¿Y ya se comprometieron?

— Ya veo que hace mucho no hablamos.

El castaño se dejó caer en el respaldar de la silla.

— Lo siento.

— Está bien — Taehyung hizo una pausa, tomando un poco de café antes de proseguir —. No se lo propuse, no creo que sea la indicada.

— ¿Ah?

El pelinegro se alzó de hombros.

— Ella es demasiado perfecta para mí, ni siquiera creo que esté enamorada.

— ¿Se debe ser imperfecto para amar a alguien?

— Si, significa que eres tú. Yo creo que soy perfecto, pero ya me has pateado varias veces, así que soy imperfectamente perfecto.

Namjoon bebió en silencio su café, mirando un poco de polvo mojado del café negro en el fondo.

— ¿Por qué hoy pareces tan... romántico?

— Como te dije, no he podido dormir bien. Descubrí que se debe a que estoy enamorado de alguien.

El menor se mordió el labio inferior con fuerza, queriendo desvanecerse en el tiempo.

— ¿Y, quién es?

Taehyung sonrió, negando lentamente.

— ­No te lo diré. Aún no.