Samuel y Ruben han ido a los mismos colegios desde que aprendieron a caminar. Lo raro es que nunca se habían topado, no hasta el pequeño incidente en su tercer año de bachillerato.
Ruben tira la comida de Samuel por accidente y se ofrece a recompen...
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Dos días habían pasado desde la muerte de Miguel: un amigo muy preciado y hermano honorable. Para la mayoría todo se sentía irreal. En especial para los mas cercanos a Miguel.
-¿Estás listo? -pregunto Samuel, quién se encontraba acomodando la corbata de Ruben, a su mejor amigo.
Borja asintió. Y salió de la sala de estar, donde sus compañeros se estaban terminando de arreglar para el entierro que tomaría lugar ese día.
-Bien... Ya esta -Samuel aliso el saco de su amado compañero y le tomo de la mano- Vamos.
-¡Espera! A-Aún no... -Ruben, por fin, habló por primera vez en toda la mañana.
Ambos se quedaron en silencio.
Samuel no atinaba a decir algo. No sabía cómo hacer sentir mejor a el contrario. Ya se había quedado sin opciones, lo había intentado todo. Sabía que no podía presionar a Ruben, no podía obligarlo a salir de su cuarto si él no se sentía listo, pero no soportaba verle triste.
-Yo... Quería agradecerte -una pequeña sonrisa se formó en los labios de Ruben mientras hablaba- Fuiste el único que se quedo a mi lado, incluso cuando te golpee te quedaste conmigo, y se que soy insoportable cuando estoy así -Ruben desvió la mirada hasta la mano del otro chico, donde tenía unos cuantos rasguños- Por cierto, perdón por eso, fue un accidente, estaba... Bueno, tu sabes... y también perdón por no haber estado para ti en estos últimos días... Pero... Gracias, gracias por no rendirte y tratar, porque mucha gente me habría dejado en el primer día -bromeó, intentando recuperar el mismo vigor que solía mostrar.
Tal vez Samuel debía decirle a su compañero que en esos dos días en los que no había asistido a la escuela si paso algo. Tal vez debía decirle que las burlas y el abuso por parte de sus compañeros había vuelto. Pero no creía que ese fuera el momento indicado. No quería sonar egoísta. Él pensaba que era algo pequeño, que se resolvería solo.
-No tienes que disculparte, entiendo perfectamente lo que es perder a alguien que amas, y Ruben, es normal. Cada quien lo supera de distinta forma, y si aún no estas listo -Samuel tomo entre sus manos el mentón de Ruben, haciendo que este le mirara- Lo entenderé perfectamente, porque se que esto no es fácil, y no debes sentirte forzado a sonreír o fingir que estas bien...
-Samu... -Ruben quería decirle lo importante que era para él, quería decirle que le amaba, pero no pudo, porque Samuel se adelanto y unió sus labios.
Tal vez fue un corto beso, uno lleno de tantos sentimientos, y para Ruben eso basto. Basto para volverlo loco, para que quisiera continuar, para que quisiera volver a besar esos rojizos y finos labios del contrario y no parar.
-Te acompañare en esto Ruben, te acompañare en todo, sea bueno o malo -susurró Samuel, separándose lentamente de Ruben. Para Samuel, esas habían sido las palabras mas puras que había dicho en tanto tiempo, creía firmemente en lo que decía- Y no quiero nada a cambio, el estar contigo siempre me bastó...