Samuel y Ruben han ido a los mismos colegios desde que aprendieron a caminar. Lo raro es que nunca se habían topado, no hasta el pequeño incidente en su tercer año de bachillerato.
Ruben tira la comida de Samuel por accidente y se ofrece a recompen...
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Raul, Raul es increíble. Es un sueño hecho realidad. Una pizca de esperanza en el mundo. Un chico lleno de amor y dones que ofrecer.
Ese era Raul. Talentoso, gracioso, humilde. Ese era del chico que me había enamorado. Y ahora me estaba planteando, ¿era yo suficiente para él? ¿Qué tal si un día encontraba a alguien más?
-Luzu, ¡Luzu! Joder, cariño, ¿me escuchaste?- los orbes cafés me miraban expectantes.
Raul me había invitado a tomar un café con él ese día, y ahí estaba, pero para ser sinceros, no tenía tantas ganas. Ultimamente no podía dormir bien, y ahora estaba preocupado por Samuel.
-¿Ah? Si, si, si, pues, ¿por quién me tomas?- dije sonriendo. Él rodó los ojos y sonrió.
-Entonces dime, ¿qué opinas?- dijo dandole un sorbo a su café. O bien la podía cagar o podía decir la verdad. Suspiré.
-Perdón Raul, no te... no te escuche, en realidad estaba pensando en otra cosa- sonrió y acarició mi mano.
-Eso ya lo sabía, quería ver cuanto aguantabas antes de aceptarlo- besó la dorsal de mi mano, al tenerlo frente a mí podía apreciar todas sus facciones perfectamente, le sonreí mientras sentía mis mejillas arder- ¿Me dirás que te tiene tan preocupado?
-Ya sabes... el colegio- mentí. Tal vez no era bueno en ocultar ciertas cosas, pero cuando se trataba de mí, podía decir que estaba bien mientras me moría por dentro. Era uno de mis talentos- Veo muy estresado a Sam últimamente, especialmente con lo que acaba de pasar hoy...
-Mhm....Luzu, debes preocuparte por ti mismo -reí ante aquel comentario. Hace mucho que no pensaba en mí- Dime, ¿qué pasa en realidad? Y quiero la verdad.
-¿Por qué no hemos hecho la relación oficial? Quiero decir, me gusta que estemos así, pero, ¿qué si a alguien mas le interesas? ¿qué puedo hacer yo entonces? -me miro boquiabierto. Cerró su boca y la volvió a abrir, buscando palabras que decir.
Jamás nos habíamos sentido con la necesidad de decir al mundo "Oigan, ¡que estamos saliendo!" pero me sentía débil al pensar que... Hay gente mejor que yo y que soy tan fácil de reemplazar.
Le tomó unos minutos poder volver a hablar, su mirada era sincera y me sonreía a pesar de todo.
-Puedo hacerlo aquí y ahora, puedo hacerlo en el colegio o en tu casa, puedo susurrarle o gritárselo al mundo, solo dime como, cuando y donde... y lo haré -suspire aliviado. Esa era una cosa con la que había estado cargando- Solo espero Luzu, que no pienses que eres menos. Porque si es así, te juró que no importa cuanto cueste, me graduaré para ser tú psicólogo personal, porque en verdad necesitas uno, precioso.
Solté una pequeña risita y asentí tristemente. En realidad, Raul me conocía muy bien. Había sido mi roca de apoyo en tiempos difíciles. Por eso le amaba. Él no me veía como los demás, él sabía mis debilidades y aún así me amaba. Conocía mis inseguridades y me ayudaba a superarlas.
Hay un dicho que mi madre siempre repetía: No ames a alguien más si no puedes amarte a ti mismo. Me tomó dieciocho años entender a que se refería. Raul me ayudo a descifrarlo.
Jamás me forzó a hacer algo que no quería. Para ser honesto, fue muy paciente conmigo. No lo merezco.
-Cariño... ¿estas bien? -su voz me sacó de mis pensamientos- Volviste a perderte en tu mundo -sonreí apenado- Luzu... ¿enserió crees que te cambiaría por alguien más?
-No lo sé Raul, ¿qué pensarías tú si todos los que conoces han tenido malas relaciones? -Raul se paro de su lugar y se puso frente mía.
-¿Quieres pruebas? -negué con la cabeza, él, no muy convencido, tomo mi rostro entre sus manos y me besó...
Frente a todo el mundo, él me besó. Al principio intente detenerlo, pero paso poco tiempo para que me rindiese y le siguiese el juego. Cuando nos separamos, me di cuenta de todas las miradas. Bajé la mirada con las mejillas totalmente coloradas.
En ese café usualmente iban varios de mis compañeros de clase, era un lugar muy concurrido por los jóvenes de nuestro bachillerato, de seguro mañana todos estarán hablando de esto...
Raul tenía una sonrisa en su rostro, parecía no importarle el hecho de que todos nos miraban.
-Raul... Todos nos están... -le dije un tanto incómodo- ¿Podemos irnos?
Suspiro, me miró decepcionado y asintió. Tomó sus cosas y fue hasta la puerta, yo imité su acción. Pronto ya nos encontrábamos en el estacionamiento, al entrar al auto, lo encendí pero no me moví.
-Borja, se te hará tarde -era notable que estaba molesto, lo entendía, yo le había dicho que hiciéramos nuestra relación publica, él solo intentaba mostrarme que me quería pero...
-No estaba preparado, Raul, me tomó por sorpresa, ¿okey? ¿Qué querías que hiciera?- se encogió de hombros y suspiro- Lo lamento... agh... Siempre lo arruino, ¿no?
-No, Luzu, no, esta bien... Solo vámonos, ¿quieres?- seguía sin moverme, no quería que acabara así- ¡Joder Borja! que esta bien...
-¡Pero no lo esta Raul! -alcé la voz, él se quedo callado- No lo esta... a lo que me refiero es... -hice una mueca y me rasqué la nuca- Perdón, debí haber reaccionado diferente. Me es complicado... Tú lo sabes. Pero eso no significa que no te ame, te amo Raul...
-Yo también te amo Luzu, más que a nadie en este mundo. Por eso lo hice- susurré un débil "lo se" y rompí en llanto. Me abrazó.
Tenerlo era increíble. Era todo lo que quería. Todo lo que había soñado. El calor que emanaba era suficiente para calmarme, le amaba y yo sabía que eso era mutuo. Pero, ¿y si la magia se acababa? Como le había pasado a Sam o a Alex... O a mi madre.
No. Raul no era así. Si algo había aprendido era que Raul no se podía comparar con los otros chicos. Sabía que si le entregaba mi corazón, él jamás lo dañaría. E inclusive si esto acabase mal, él seguiría cuidándome. Porque aparte de ser novios, éramos amigos. Y eso no cambiaría.
Alcé mi cabeza, estábamos a la misma altura. Me regalo una sonrisa, limpió las lagrimas que seguían en mis mejillas. Me besó, esta vez, comenzando a repartir besos en todo mi cuerpo, desde mi rostro, hasta mi torso. Mientras que yo, le seguía el juego.
Le amaba, y esta no era la primera vez que me entregaba a él.
Sabía que ese chico valía la pena porque ese chico... Ese chico me había salvado.
AHHHHH AMO LUZUPLAY (Lo digo por si no había quedado claro xd)
Estos dos me llenan no solo de amor pero de esperanzas UwU Un día encontraremos a nuestro Auron o Luzu... espero xd <3
