Samuel y Ruben han ido a los mismos colegios desde que aprendieron a caminar. Lo raro es que nunca se habían topado, no hasta el pequeño incidente en su tercer año de bachillerato.
Ruben tira la comida de Samuel por accidente y se ofrece a recompen...
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Nunca espere ver a Alex llorar por mí, pero al sentir todo ese calor y amor que él y los demás me brindaban, no pude pensar mucho en eso.
Me reconfortaba el hecho de saber que aún era importante, en algún sentido. Que me hubiesen visitado fue una sorpresa total, pero lo necesitaba. No sé que soy capaz de hacer cuando estoy solo. Solo espero que a Borja no le moleste.
No sé cuanto tiempo pasó cuando Ruben finalmente rompió el cómodo silencio.
-¿Mejor?- preguntó separándose del grupo.
-Mejor- susurré. Sonrió. Alex y Miguel se separaron segundos después- Gracias, yo.... Joder que vergüenza- dije tapándome la cara, Alex me dio una palmada en la espalda.
-No hombre, esta bien. Para eso estamos los amigos- ¿amigos? Había dicho "amigos." Me giré hacía él.
-¿A-amigos?- pregunté a Alex, una sonrisa se dibujó en mi rostro cuando este asintió.
-Somos amigos, ¿a que sí chicos?- voltee a ver a Ruben y Miguel, ambos asintieron vigorosamente.
No me importo otra cosa, me lancé sobre Alex y le abrace más fuerte.
-Gracias, gracias, gracias, en verdad, gracias por darme una segunda oportunidad, prometo que no te fallaré- Alex me apartó, mirándome serio.
-No Samuel, tienes que entender esto: tú jamás me fallaste -suspire, ¿porqué no lo podía admitir?- Fue mi decisión, un error que cometí, de lo que siempre me arrepentiré será de haberlos dejado, tú no tienes nada que ver, ¿entiendes?- le dirigió una mirada a Ruben- Nos importas. Estamos aquí porque nos preocupas.
-Estaré bien... solo fue un día pesado, se los juró, esto no me suele pasar y- se oyó un gran estrepitoso ruido afuera, todos volteamos a ver que pasaba.
-Eso es mentira, mentira, y te voy a dar razones irrefutables para comprobarlo- dijo Luzu entrando por la puerta como toda una diva con Raul por detrás. No pude evitar reír. Borja era, sin duda, único.
-¡Luzu!- corrí a saludarle. Para mí, Borja era todo y más, siempre me había protegido. Y desearía pagárselo algún día- Hola- saludé tímidamente a Raul, este hizo un gesto con su cabeza en forma de saludo.
-Ostras, ¿qué haces aquí calvo?- Ruben se había acercado también a saludar a Raul.
-¿Se conocen?- preguntó Luzu a Raul algo sorprendido, él asintió.
-¿Cómo has estado?- Raul preguntó Ruben. Ambos parecían llevarse muy bien.
En poco tiempo el ambiente era menos pesado y había más convivencia. Sonreí. Nos pasamos la tarde entera hablando.
Alex le pidió en cierto momento a Luzu acompañarlo, me imaginó que quería arreglar las cosas. Cuando volvieron, ambos estaban con los ojos levemente irritados y sonrisas en su rostro. Lloraron, eso era indiscutible, más habían logrado reconciliarse.
