Capítulo 8

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Dormí poco, por lo que, para cuando llamaron a la habitación en la mañana, me sentía cansado, pero no quería quedarme acostado. Trat era un lindo lugar, así que planeaba salir a explorarlo.

—¿Te encuentras mejor? —Me preguntó Mike en cuanto abrí la puerta.

—Sí, mi malestar se ha ido —Dejé la puerta abierta y me giré para tomar mi bolso, dónde llevaba bloqueador, agua, una barrita energética, así como otras cosas.

—¿Planeas salir? —señaló mi bolso.

—Bueno... sí, no quiero quedarme aquí encerrado. Estamos en una hermosa ciudad y quiero ver sus playas —Tomé mi pequeño sombrero blanco.

—Pero no puedo acompañarte, tengo una reunión en una hora.

—No necesito que me acompañes —Fruncí el ceño.

—¿Planeas andar solo? No puedes.

Solté un suspiro molesto.

—¿Por qué no podría?

—Eres mi esposo Gun, las personas lo saben. No es seguro que salgas solo.

Rodé los ojos.

—No empieces con eso Mike, no todo el mundo me conoce. Eres un alcalde, no el presidente —Me di cuenta como mis palabras lastimaron su orgullo al apretar su mandíbula, sentí 30% de culpa, pero el otro 70% estaba tan hartó de él que lo disfrutó —Lo siento por mis palabras, pero quiero ir a dar un paseo.

Cerró los ojos un momento y asintió renuente.

—Bien.

—De acuerdo —Pasé a su lado, pero me detuvo al tomar mi brazo.

—¿Estás molesto? —susurró cerca de mi oído.

—Mike, dormí poco, quiero salir a despejarme y relajarme. Solo es eso. Ahora bajemos a desayunar.

Sentí su mano en mi mejilla y mi corazón se aceleró, no en el buen sentido, sino en el querer huir.

—Mike... —susurré suplicante y puede que él lo confundiera con deseo en vez de repulsión.

—Te necesito cariño, te necesito tanto —Besó mi mejilla y poco a poco giro mi rostro para mirar mis ojos. Quería cerrarlos, quería alejarme, pero no lo hice —Haré lo que tú quieras, pero no te enojes conmigo —Me miró unos segundos como pidiendo permiso, pero al faltar uno, lo tomo como aceptación y me besó. Fue despacio y seductor, fue un beso necesitado. Lo deje hacerlo, lo deje besarme y le correspondí. ¿Era incorrecto? ¿Por qué lo era? ¿Por qué se sentía que estaba más allá de mí? Como si fuese un maldito hijo de puta traidor.

Se alejó después de unos segundos.

—Lo necesitaba, perdón —Poso su frente en la mía y sentí mis manos hormiguear, era la necesidad de alejarlo, así que lo hice.

—No lo hagas de nuevo —Lo miré directo a los ojos —No sin mi consentimiento.

—Bien —asintió y camino a la puerta, pero se detuvo antes de salir para dejarme ir primero.

Sentí su evidente efusividad en su cercanía. Era como si ese beso hubiese fortalecido su esperanza de recuperar lo que teníamos. Me odié... me odié por lo que tuve que dejar hacerlo para llenar su confianza. Se sentía tan incorrecto.

El restaurante del hotel se encontraba en el primer nivel, por lo que, estaba abierto a todo público. Miré a varias personas con sus desayunos en las mesas y sentí la necesidad de buscar a Off en ellas, pero no lo encontré. Eso me alivió.

Prohibido amar | OffGun | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora