Capítulo 13

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Capítulo 13

Parpadeé con energía unas cuantas veces seguidas y sacudí ligeramente la cabeza para poder acostumbrarme al súbito cambio de luz que había sufrido al entrar en la taberna. Podía oír ruido de conversaciones, lo que me indicaba que había más clientes aparte de nosotros, pero no se vivía el gran jaleo de la típica taberna de ciudad o pueblo humilde, sino que todo parecía bastante tranquilo. 


Cuando por fin pude distinguir lo que había a mi alrededor, lo primero que vi, delante de mi, fue a dos chicas abrazando muy calurosamente a los juglares. Una de ellas salió un momento de la sala, mientras la otra continuaba con los saludos y las felicitaciones:


-¡Mis niños, mis chicos, qué digo, mis hombres! A mi hermana y a mí casi nos da algo cuando oímos que habíais ganado por segundo año... ¡Estamos contentísimas! no querríamos a nadie más aquí esta noche, ya sabéis... ¿Y la chica? ¿Dónde está esa mujer seductora y hecha a sí misma, esa que os ha hecho ganar?


-Pues... aquí la tienes...-Joseph me señaló tímidamente.


-¡Queriiiida, qué alegría verte por segundo año... oh, espera... ¡Pero si esta no es...!


-No, no es la del año pasado- se apresuró a decir Kamal- de esa no sabemos nada.


-Esta es Nadia- completó Dante, alegremente como siempre.


-¡Una dama nueva! Eso es muy inusual por aquí, habrá que mimarla mucho...-se acercó a mí y me abrazó, gesto que me molestó, porque no estaba acostumbrada a que los desconocidos se tomaran aquellas confianzas- Encantada cielo, soy Panta, la dueña de esta taberna tan bonita.


Sonreía radiante. Yo le devolví una especie de sonrisa incómoda. Era muy alta, y tenía cuerpo de mujer a pesar de que parecía una adolescente joven. Tenía el pelo muy negro y liso, y para mi sorpresa corto, a la altura del cuello. Era muy extraño ver a una chica con el pelo corto, pero lo cierto era que le sentaba estupendo, cayendo a los lados de su rostro, y destacando su piel pálida y sus ojos oscuros y enormes. Sin embargo, aunque a primera vista me pareció muy guapa, su atuendo era bastante escandaloso para mi gusto. Llevaba una falda oscura de una tela que no supe identificar, larga en principio pero con una abertura que dejaba ver prácticamente toda su pierna izquierda. La camisa de verano blanca escotada y el corsé negro bien ceñido no la ayudaban nada a ocultar su anatomía. Más bien la marcaban, haciéndola atractiva y, a mis ojos, provocadora.


Panta seguía hablando. Tenía una voz musical.


-Ya verás lo bien que te lo vas a pasar hoy, te vamos a tratar como una reina... esa chica es mi hermana, ella también es dueña de la taberna, ¡No te muevas y espera un segundo, que te la voy a presentar! ¡Suri!


No me dio tiempo a decirle que no pensaba moverme puesto que no conocía el sitio, ya que Panta se movió ligera y danzante hacia la chica que antes había abrazado a los juglares. Estaba atendiendo a un hombre y una mujer que parecían mayores y muy serios, vestidos con largas túnicas de diferentes tonos de verde y extravagantes sombreros.. Me fijé en que casi todos los clientes iban vestidos de verde y llevaban complejos tocados en la cabeza. Me pareció curioso, aunque no le di importancia.


Sin embargo, en cuanto se acercó y se presentó con un abrazo igual que su hermana, me pregunté cómo demonios podía no haberme fijado en ella antes.

''El romance de Nadia''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora