Daud estaba en sus aposentos leyendo un libro cuando comienza a toser fuerte y vé que en las páginas del mismo hay unas pequeñas gotas de sangre. De inmediato se preocupó, y mandó a llamar su médico personal.
-¿Me llamó majestad?- preguntó el médico cuando estuvo ante el Sultán
-sí Efendi, lo que pasa es que...- dice Daud pero no termina de hablar porque vuelve a tener toz, se cubre con la mano y cuando se la quita ve que hay sangre -por esto te mandé llamar- le muestra la mano
-dejeme revisarlo majestad- comienza a revisar al Sultán y termina en unos 15 minutos -no es bueno lo que le voy a decir-
-¿Qué cosa Efendi?-
-me temo que la enfermedad que tuvo cuando se enfrentó a los persas ha empeorado su salud-
-¿Cómo es posible? Eso pasó hace 6 años y me tomé la medicación que me resetaste-
-al parecer la enfermedad es mas fuerte de lo que creiamos, encontró una forma de ocultarse y de resistirse a la medicación-
-¿Qué se puede hacer?-
-le daré esto- le da al Sultán un pequeño frasco que habia sacado de su maletín
-¿Y qué es?-
-esta medicina es un poco mas potente que la que estaba tomando, debe poner tres gotas en sus bebidas de la cena. Debe ayudarle a mejorar-
-eso espero-
Pasó un tiempo desde que Daud estaba tomando la medicina y parecía haber mejorado, pero un día por la mañana, cuando se estaba levantando, volvió a tener esa tos fuerte, pero esta vez, le salió mas sangre y comenzó a sentirse débil.
-ağas- dijo Daud con algo de dificultad y casi inaudible, pero los guardias lograron escucharlo y entrar
-majestad- dijo uno de los guardias
-llamen al...al médico ahora-
El médico llegó a los aposentos del Sultán tan pronto lo llamaron.
-esto no puede ser- dijo el médico -usted debia estar bien para este punto- comenzó a revisar al Sultán y luego el frasco con la medicina que le habia recetado -no puede ser-
-¿Qué pasa?-
-esto no es la medicina que le receté-