A pesar de que Hadassa ya se había recuperado, aún tenía una irritación en toda la espalda que le molestaba un poco probocandole picazón y cada cierto tiempo, una de las medicas que antendian a las mujeres, le untaba un ungüento para que la irritación y la picazón diminuyeran.
-listo su alteza- dice la medica cuando terminó de ponerle el ungüento y de envolver el torso de Hadassa con un vendaje -recuerde todas las indicaciones que le he dicho-
-lo sé- dice Hadassa
-y le tengo 2 noticias-
-¿Cuáles?-
-que esta ya va a ser la última vez que le pondré el ungüento-
-¿Cuál es la otra?-
-que, apesar de que ya no tenga la irritación, tendrá una marca notoria en la espalda-
-¿Qué tanto?-
-le cubrirá casi toda la espalda, así como parte de los hombros y parecerá un rayo-
-bien, ya puedes irte-
-gracias su alteza- dice haciendo una reverencia con la mano extendida en el pecho y luego se va
Hadassa se quedó pensando en lo que le había dicho la medica mientras se vestía ¿Sería que cuando regresara al mundo terrenal, Mohamed la iba a dejar de querer cuando viera la cicatriz que la irritación le dejó? Pero de inmediato dejó de pensar en eso, porque le pareció absurdo, pues, si a Mohamed no le importó que ella fuera parte Ifrit y que fuera chiíta, poco le iba a importar que ella tuviera una cicatriz.
Justo cuando terminó de ponerse la última prenda, su madre y su hermano entraron a la carpa.
-¿Qué pasa?- les preguntó Hadassa, pues le parecía raro que ambos entraran al mismo tiempo
-solo queríamos ver como estabas- dijo Bayaceto
-y también para algo a lo que nos llamó tu abuelo el rey Amin V- dijo Mihrimah
-¿Para qué nos habrá llamado?- pregunta Hadassa
-esa misma pregunta me la estoy haciendo- dice Bayaceto -no sé porqué o para que nos llamó, pero tenemos que ir ya-
Entonces Hadassa junto con su hermano y su madre salieron de la carpa para ir a la entrada del campamento en donde se encontraba el rey de los Ifrits junto con 10 soldados de su ejército.
-su majestad- dijeron Hadassa, Bayaceto y Mihrimah haciendo una reverencia con la mano en el pecho
-me alegra que estén aquí- dice el rey Amin V
-perdone mi curiosidad su majestad, pero ¿Para que nos llamó a los 3?- preguntó Hadassa
-ya lo verán- responde Amin -por ahora, solo siganme-