Mohamed ya no encontraba consuelo después de la muerte de su hijo Ibrahim (de la cual habían pasado ya 3 años) veia como poco a poco la posibilidad de que la dinastía Otomana desapareciera con él.
Nunca volvió a llamar a otra mujer a sus aposentos, ni su madre se atrevía a enviarle concubinas, pensaban que había una maldición en la familia que hacia que los hijos del Sultán tuvieran una muerte prematura, así que no querían volver a sufrir el deceso de otro príncipe.
En cuanto a la muchacha que era la madre del Şehzade Ibrahim, se le había perdonado la vida, pero fue expulsada del palacio y la casaron con un mercader de Estambul que recientemente había enviudado.
Mohamed pasaba la mayor parte de su tiempo concentrado en los asuntos del estado y conquistando nuevos territorios en el norte de África y en una ocasión trató de conquistar la isla griega de Rodas, pero esto terminó en un total fracaso y esto frustró mucho al Sultán.
-adelante- dice Mohamed de mala gana cuando tocan la puerta de sus aposentos, su actitud se debia a que acababa de regresar de su fracaso en Rodas
-su majestad- dice Murad Paşha entrando y haciendo una reverencia
-¿Qué es lo que quieres?-
-vera majestad- se asegura de que los guardias no estén escuchando para poder hablar de manera informal con su mejor amigo -Mohamed, se que en estos momentos te debes estar sintiendo frustrado por nuestro fracaso en Rodas-
-pues claro que lo estoy Murad, si hubiéramos tenido éxito en esa conquista, nuestro Imperio Otomano estuviera compitiendo en el comercio con Venecia y Génova-
-eso lo sé, pero creo que de este fracaso puedes aprender algo-
-¿Cómo que?-
-que no siempre vas a ganar, que esta derrota puede que no sea la última que tendrás-
-tienes razón Murad, no siempre saldré victorioso, no soy perfecto, solo Alá lo es-
-es verdad Mohamed-
-sí- derrepente se empieza a sentir débil y comienza a toser
-Mohamed ¿Estás bien?-
-no- vuelve a toser, pero mas fuerte -llama al médico- camina lentamente hacia su cama para sentarse
-está bien-
El médico estaba desde hacia 2 horas revisando al Sultán en sus aposentos, varios de los cercanos a Mohamed estaban expectantes a lo que el doctor tenía que decir.
-espero que lo que tenga mi hermano sea algo pasajero- comenta Handan
-pienso lo mismo hermana- afirma Selma -nuestro hermano aún es un hombre joven con un gran futuro por delante-