Capítulo 1

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Estamos juntando nuestras cosas en la playa, está empezando a llover. El viento se lleva la lona que estaba doblando, así que corro (como puedo) tras ella. La alcanzo, y empiezo a doblarla mientras camino, el viento la agita frente a mi cara, y me hace difícil ver por dónde estoy caminando. Siento que choco contra alguien.

-Lo... lo siento -digo, mirando hacia abajo, mientras sujeto con fuerza la lona.

-¡¿Sophia?! -Dice el extraño, mientras me sujeta los brazos.

Levanto la cabeza, lo miro a los ojos, y me doy cuenta de que no es ningún extraño: es el mismísimo Martin Dominguez. Él, mariano, y yo, éramos los mejores amigos, es más, me trataban como si fuera su hermanita. Con mariano teníamos una relación más básica, más que nada de acciones: compartíamos travesuras (además de las que hacíamos él, su hermano y yo), nos escapábamos, y claro, después hacíamos todo lo que haría una pareja de la edad que teníamos; con Martin, teníamos otro tipo de relación: nos contábamos todo (con mariano también, pero no de forma tan... profunda) él siempre supo todo de mi, y yo todo de él, siempre estuvo ahí apoyándome, porque siempre supo al %100, y con lujo de detalle, todo lo que me pasaba.

No puedo creer que después de todo este tiempo, estemos juntos otra vez.

Instantáneamente, nos abrazamos.

-No puedo creer que encontré a mi hermanita -me dice con una gran sonrisa, mientras me suelta solo para poder mirarme - Mariano se va a morir.

-¿Dónde está?

-Emm...-se lleva una mano a la cabeza, y mira hacia atrás, en busca de su hermano.

Su rostro se desfigura un poco, y luego el mío cuando me doy cuenta de lo que vio: Mariano esta unos metros más atrás nuestro, hablando (a una distancia demasiada pequeña) con una rubia de cuerpo escultural. ¿Y que esperaba? Soy una idiota.

-No pasa nada -le digo a Martin- no tengo por qué molestarme.

-Él te extraña - me dice, con ese tono de confidencialidad, mientras deja caer la mano que tenia apoyada en la nuca- no deja de hablar de vos, de que se siente culpable, que te ama, es más...

-No sigas -lo interrumpo- no hace falta que mientas. De todas formas no se puede hacer nada sobre lo que ya pasó- contengo las lagrimas, ¿Qué se supone que haga?, lo único que puedo hacer es cambiar de tema- ¿Podríamos vernos otro día? Mis padres y yo vamos a estar aquí hasta que termine el verano.

-Nosotros volvemos a San Isidro hoy a la noche.

Escucho que mi papá me está llamando, y veo a mi mamá buscándome.

-Lo siento, tengo que irme.

Nos abrazamos, y vuelvo corriendo hasta donde están mis padres.

Ellos no vieron nada, no saben nada, y no van a saber nada.

------------NARRA MARIANO------------

-¿Te dije lo de Sophia?-me pregunta Martin, apenas escucho el nombre de ella, me caigo de la cama- pará boludo, si te morís ahora no vas a saber.

-¿Qué pasó con Sophia?-prácticamente le grito- ¿Está bien?

-Sí, ella está bien, muy bien -dice mi hermano, y consigo tranquilizarme un poco- está hermosa.

Y claro que es hermosa, pelotudo. No hay ni con quien compararla, no la veo hace años, pero sé que la mires por donde la mires, es perfecta. Su forma de ser, su cuerpo, su pelo, su sonrisa, sus pecas, sus ojos... esos ojos verdes tan grandes e imponentes, era imposible no mirarlos, y aún más cuando se fijaban en mí, la forma en la que ella me miraba... Dios, parezco un tarado. Ella se olvidó de mí, ya está.

-¿Por qué lo decís? ¿La viste? -lo agarro de los brazos y lo sacudo para que me responda, él se ríe- ¡HABLÁ!

-La vi hoy en la playa, mientras "hablabas" - hace las comillas con los dedos- con esa rubia, no se lo tomó muy bien.

Mierda. La única oportunidad de ver a la chica que amo una vez más, y la desperdicio por otra sin importancia.

-¿Por lo menos te fue bien con la rubia? -dice Martin, y me doy cuenta que lo hace a modo de burla. La vio cuando me dio una bofetada y se fue, es más, se rió en mi cara.

-Algo voy a hacer...

-¿Con la rubia?

Le tiro un almohadón que tenía a mano. Obviamente me refería a Sophia. No puedo dejar así las cosas, tengo que hablar con ella otra vez, necesito verla. Ni siquiera sé si le importo, o si lo hago de esa forma, pero vale la pena averiguarlo. La amo tanto...

¿Pensará en mí?

Sophia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora