Capítulo 11

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Estoy en la clínica, conectada a varias maquinas. Cuando empiezo a desesperarme, me doy cuenta que Martin está parado junto a mi cama, con los brazos cruzados y los ojos rojos. Dibuja una pequeña sonrisa al notar que desperté.

-¿Cuánto....?

-Casi un mes-dice, anticipándose a mí pregunta.

Su mirada indica que algo está mal.

-¿El bebé?

-Tuvieron que parar el embarazo -dice Martin, bajando la mirada.

-¿Mariano permitió eso? Nunca dejaría que eso pase.

-Si no lo hacían, tenias un %90 de probabilidades de morirte.

-¿Él que dijo?

-No pudo decir nada.

-¿Qué me estas ocultando?

-Primero vas a tener que recuperarte.

¿Cómo se supone que haga eso?

-¿Mariano donde está?

Cuando miro a los ojos a Martin, entiendo todo. No es que algo anda mal, es que TODO lo está.

-Todavía no se despertó.

-Yo pude hacerlo, dos veces- intento convencernos de que hay una chance, desesperada- lleva el mismo tiempo inconsciente que yo, él también puede.

-No fue el mismo impacto para ninguno de los tres -afirma Martin- vos la sacaste más barata, dicen que te tomaste este tiempo para despertar como consecuencia del accidente anterior, sino no hubiera pasado mucho.

-¿Mi prima?

-No tenía cinturón, salió prácticamente volando del auto -dice Martin- el impacto contra el piso la hubiera lastimado solo un poco, pero el parabrisas le corto la yugular cuando lo atravesó.

Sacude la cabeza, y entiendo que acabo de perder a mi primita. Ella era mi responsabilidad, de no ser por mí, esto no le hubiera pasado a ella. Maté a mi prima, también a mi bebé; podría haberlo matado a Mariano, y tal vez en un tiempo se concrete. Todo es mi culpa.

Martin me abraza mientras lloro.

Durante las próximas horas, insisto tanto que consigo autorización para ver a Mariano. Martin me lleva en una silla de ruedas, y siento que esto es demasiado drástico, más o menos podría caminar. Llegamos a la habitación donde está Mariano. Martin me acerca a la cama donde yace inerte el amor de mi vida, y nos deja.

Una vez que Martin deja la habitación, cuidadosamente me levanto de la silla (debo admitir que con mucho esfuerzo), y me siento en el borde de la cama. Apoyo con delicadeza mi mano en su mejilla.

-Todo estará bien -intento convencerme, mientras le susurro otra gran mentira.

Una de las muchas maquinas a las que está conectado, indica que se acelera su ritmo cardiaco, cada vez mas. El miedo me paraliza, y no puedo hacer nada, si quiera llamar a un medico. Entonces su corazón deja de latir.

-Vamos, no me dejes - ruego, sin obtener respuesta- Mariano.

Absolutamente nada.

-Mariano, por favor- lo sacudo- Mariano

------------X----------NARRA MARTIN-----------X-------------

El día del accidente, yo estaba con Mati en un recital, y de ahí nos fuimos a una fiesta. No me enteré de lo que pasó hasta el día siguiente por la mañana; luego de dos horas y media de viaje hasta la clínica, pude encontrar a mi hermano sentado en la sala de espera, con un yeso en la pierna, y varias gazas y vendajes. Me contó lo que había pasado. Sophia no se despertaba.

Ya paso un día y medio, casi dos. Mariano todavía no cerró un ojo. Pasa todo el tiempo posible en la habitación de Sophia, y cuando el horario de visitas se lo impide, pasa a la sala de espera. Mandé a mi hermano a comprarse un café, tomó sus muletas, y se fue a buscarlo, no sin antes decirme que mire a Sophia por él.

Entro con cuidado a la habitación, es la primera vez que la voy a ver desde el accidente. Tiene varios golpes y cortes por todos lados. Luego de un rato, me siento junto a su cama. Al rato, empieza a moverse, emite un ruido, no logro entender lo que balbucea.

-M... mmariano

Una y otra vez nombra a mi hermano, y se la ve más agitada. Le mando un mensaje a Mariano pidiéndole que venga YA, cuando me pregunta que pasa, mi única respuesta es "Sophia".

A los pocos minutos, se abre la puerta, y ahí está Mariano, agitado, con las muletas, y el café volcado sobre la ropa. Sonríe, porque ve a Sophia abrir los ojos, ella esboza una sonrisa al verlo.

Me doy cuenta de que sobro en el momento, así que los dejo solos.

----------x----------NARRAS VOS---------x-----------

Cuando logro entender que todo fue un sueño, ya estoy llorando en brazos de Mariano.

Me besa y me repite una y otra vez que me ama, y que no va a volver a dejarme ir.

-¿El bebé?

-Los médicos dijeron que está bien- seca mis lágrimas- pero que vas a tener que reposar un poco y evitar los disgustos -sonríe- y creo que también los autos- dice riéndose- Tu familia está afuera en la sala de espera -Agrega, mientras se levanta- voy a avisarles que ya te despertaste.

A los pocos minutos entran mis tíos, los mellizos, Mili, y atrás Micol con Sol a upa. Junto a ellos, un médico, que parece de esos de las propagandas.

El médico me hace unos chequeos básicos, y antes de irse me dice:

-Por suerte, el accidente no afectó tu embarazo - sonríe, mientras yo hago lo opuesto- Sólo vas a tener que reposar un poco, e intentar evitar los disgustos y esfuerzos; con eso vas a poder tener a tu bebé sin ningún problema mayor.

Los rostros de mis tíos se desfiguran, mis primos más pequeños se emocionan, y mis dos primas mayores (faltando Macarena que sigue de viaje), Mariano y yo, no sabemos a dónde meternos.

-No... no sabía que -dice el doctor- Disculpas

-Ya está -Dice Tía Anna con firmeza- Ahora quiero hablar con mi sobrina... A solas.

Y, mirándome como si estuvieran mandándome a la cámara de gas, todos dejan la habitación.

Sophia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora