Capitulo 15:

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-No aguanto mas - sollocé al teléfono.

-Venite ya - la voz de Mariano no mostraba señal de duda- no puedo tenerte así.

-No entendés, ellos quieren que...

-Perdimos mucho tiempo a cuestas de lo que ellos querían - Mariano intentaba no sonar tan desesperado como estaba- por favor...

-Algo intentaré - le prometí- me tengo que ir, te amo.

Mis padres no estaban, asi que arme mis maletas, y luego de escribir "no me busquen" en una hoja de papel que habia sobre la mesa del living, me fui. Gracias a dios, consegui voletos para media hora despues de que hubiera llegado al aeropuerto. Antes de abordar llame a Mariano, pero no contestaba. Lo replantee por unos minutos, y me di cuenta, no necesitaba que mi novio me viera asi, necesitaba a un amigo.

Y apenas pongo un pie en Argentina, veo a Martin, corro hacia el, y cuando me abraza, vuelvo a sentirme en casa. Empiezo a llorar. Martin me pide que le cuente que era lo que paso, asi que no me queda otra que hacerlo.

Como hacia mucho calor, una familia "amiga" nos invito a mis padres y a mi a pasar el dia en su casa, que tenia una pileta enorme (nosotros tambien tenemos una, pero la idea era sociabilizar), como ahora empieza a notarse mi secreto, finji no sentirme bien, salvandome de ir. Me llevaron hasta lo de Sam para que me hiciera un checkeo por si llegaba a estar enferma, obviamente todo contra mi voluntad. Apenas cerro la puerta del consultorio, se puso a hablarme de cualquier cosa, sabiendo que no estaba enferma ni nada por el estilo.

Y entonces me beso, y empezo a tocarme.

Tengo que detener mi relato porque vuelvo a llorar.

No fue nada mas que eso, pero estaba muy asustada. Me fui corriendo. Hice las maletas, me fui.

-Y aqui estamos -concluyo.

Martin vuelve a abrazarme, y nos vamos.

Tomamos un taxi, el camino al principio es parecido al que va hacia casa, pero luego varia, y empiezo a ponerme nerviosa porque no se a donde vamos.

Bajamos frente a una casa hermosa, siento un deja vu. Martin,me dirije hacia la entrada, y abre la puerta.

Adentro se encuentran todos mis seres queridos. La casa esta llena de carteles de bienvenida y guirnaldas. Como de costumbre, lloro. Busco a Mariano entre la gente, y cuando lo encuentro, corro hacia el.

Despues de la pequeña eternidad que duro nuestro reencuentro, nos apartamos unos metros de los demas.

-¿Que es todo esto?- pregunto aun sin entender nada.

La casa es una de las que no llegamos a ver totalmente cuando averiguamos antes de que me valla. Teniamos pensado mudarnos, pero no teniamos nada concreto. Al parecer, mis padres enviaron dinero (claramente sin que yo supiera) que fue de mucha ayuda: Mariano y yo teniamos unos ahorros apartados para esto, pero no nos alcanzaba para esta casa, habiamos encontrado otra mas accesible, pero acordamos esperar a que yo volviera para ver que hariamos. Pero no.

La bienvenida fue hermosa, pero realmente no le preste atencion, tenia la mente en otro lado.

Al dia siguiente fui a almorzar a lo de mis tios, aprovechando la ocasion de que aun se encontraban todos mis primos ahi. Quise hablarle a Micol, pero ella no emitio sonido alguno durante todo el dia, simplemente se aislo, con Milagros a su lado, que intentaba animarla.

A la tarde Mariano se fue, porque tenia que ensayar para el proximo show. Durante la cena, solo hablaron los ajenos al drama cotidiano ( mis primos mayores), los demas mantuvimos la cabeza baja. Micol se levanto de la mesa, y tras ella Milagros, muy preocupada. No las segui por cuestion de cordialidad. Me quede a dormir ahi por esa noche.

Nos juntamos con Micol, Milagros, y Macarena en mi antiguo cuarto, y tuvimos otra de nuestras noches de chicas. Por un momento parecio que todo era como antes. Llego el momento en el que hablamos de mi, de mariano, y de mi bebe, entonces Micol rompio en llanto sobre el regazo de Milagros, y luego de un rato, no tuvo otra que confesar.

Sophia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora