Capítulo 5

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Llego a casa a eso de las nueve de la noche, mojada (ya había parado de llover hacia un rato, pero las cuadras que caminamos bajo la lluvia bastaron para empaparme), con mariano. Tocamos el timbre. El me da un beso rápido y se va.

Me abre mi tío, y le doy una explicación (un poco más decente que la realidad) de por qué llego sola, a esa hora, y en este estado. Me aparecen de la nada mis dos primas, y me dirigen a mi habitación.

-¿No entendés que estas embarazada? -Dice Macarena- tenés que empezar a cuidarte un poco.

Hago un gesto de "como sea".

-¿Cómo se tomó Mariano la noticia?-pregunta Milagros.

-No... - farfullo- no le pude decir, Mili.

-¿Cómo no vas a decirle que estas esperando un hijo suyo?- dice Macarena en un tono bastante fuerte- El tiene derecho a saberlo, y tu hijo tiene derecho a un padre.

-Maca... -empiezo a formular, pero no se qué decirle.

Finge que no existo, genial.

A la hora de la cena, me siento demasiado mal, y me levanto para ir a encerrarme a mi cuarto.

Al día siguiente, me despierto temprano, todos lo hacemos. Me paso la mañana viendo como mis dos primos corretean en el patio trasero, mientras juego con mi prima más chica, Sol.

Debería ir acostumbrándome, pienso.

Me llega un mensaje al celular, es de Mariano.

" En veinte minutos paso x tu casa a buscarte

quiero mostrarte algo"

Me arreglo tan rápido como puedo, y voy a esperar junto a la puerta.

Cuando llega, nos tomamos de la mano, y caminamos esas diez cuadras que nos separan de su casa. Hace siglos que no voy.

Me dice que sus padres salieron con unos amigos, y que había ensayo.

-¿Ensayo?-pregunto, no lo entiendo- ¿Qué ensayas?

-Pensé que te había contado-dice, con esa sonrisa suya, tan hermosa- tengo una banda, con mi hermano y un amigo, Freak Out.

-¿Voy a poder escucharlos?

-Esa es parte de la idea.

Entramos a una de las habitaciones de la casa, y me encuentro con Martin, y un chico, que no conozco. Martin apenas me ve, me abraza. Saludo al otro chico, él se presenta, y me dice que se llama Matias.

-Me llamo Sophia -le digo.

Matias mira a Mariano.

-Sí -dice Martin, como respondiendo a una pregunta tácita formulada por Matias- es ella.

No entiendo nada.

-¿Querés que te traiga algo para tomar?- me pregunta Mariano, hace mucho calor y muero de sed, asiento con la cabeza.

-Yo estoy bien, gracias -bromea Martin.

Mariano sale de la habitación, cerrando la puerta

-Mariano habla TODO el tiempo de vos-dice Matias.

-¿Y yo, que vivo con él? -Se queja Martin- está infumable.

Me sonrojo.

Mariano viene con un vaso de agua, y me lo entrega cuidadosamente.

-Emm, yo... -balbucea Mariano- te... quería que...

-Mariano quiere que escuches la canción que te escribió cuando volviste a Buenos Aires-dice Martin- después del accidente.

No sé que debería hacer o decir.

Tocan una canción realmente hermosa, que lleva mi nombre. No puedo evitar llorar, y besar a Mariano apenas terminan la canción.

-Si quieren pueden irse, -dice Martin- no pasa nada.

-Estuvimos ensayando desde ayer a la noche- agrega Matias- está bien parar un rato.

Mariano se saca de encima la guitarra, me toma de la mano, y me lleva a su cuarto; cierra la puerta.

-La canción es hermosa -le digo.

-Gracias... -dice, con un tono algo raro.

-¿Qué pasa?

Se sienta en su cama, y yo me recuesto junto a él, usándolo un poco de soporte.

-Es que... -dice Mariano- no sé. Te extrañé mucho. La última vez que te vi, no habías cumplido los catorce-suspira- no puedo seguir mirándote de la misma forma que antes.

-Entonces no lo hagas.

Mete la mano por debajo de la almohada, y saca un papel. No es un papel, es una fotografía.

-Mirá -dice, enseñándomela- es del último día que nos vimos.

-No... -digo- no me acuerdo. Hay recuerdos que no pude recuperar...

-Ese día fue el accidente- dice, sin siquiera mirarme a los ojos.

Gira hacia mí, y lo miro a los ojos.

Y repentinamente, puedo recordar lo que pasó

Sophia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora