Capítulo 3

127 7 1
                                    

----------NARRAS VOS---------

Me despierto... no sé donde estoy. Supongo que debo seguir en la casa de esta chica, Dani, y esto, debe ser su cuarto. Tiene muchos posters, la mayoría de One Direction, y también varias fotos pegadas entre ellos.

Apenas puedo recordar fragmentos sueltos de anoche, y me duele la cabeza al insistir. Serán cuando mucho las nueve de la mañana. Hago el mayor de los esfuerzos, y consigo levantarme. Me doy cuenta que estoy desnuda, y rápidamente busco mi ropa. Una vez que me visto e intento acomodar un poco mi pelo, salgo de la habitación. En la casa no queda ni un %10 de la gente que había anoche... y tampoco hay ningún rastro de mariano.

-Se ve que la pasaron bien con mariano... -dice Milagros, sobresaltándome.

Macarena aparece tan repentinamente como su hermana, y le da un codazo, a modo de "ubicate".

-Hablando en serio- dice Macarena, alzando las cejas- ¿Qué pasó anoche?

-No... -digo, intentando recordar- no sé.

-Vamos -exclama la mayor de mis primas.

-¿Qué quieres que te diga?- Prácticamente le grito, y veo que Milagros se ríe de mi "quieres", ya que tengo dificultades para volver a adaptarme al español, y ni hablar al español "argento"-No me acuerdo nada. Alguien que se despertó sin saber ni quién era, no jode con estas cosas.

Pasa Dani, con una botella de fernet en una mano, y una taza de café en la otra, tambaleando un poco. Mis primas y yo soltamos una risita. Dani gira y se dirige a nosotras, bueno, a mí:

-¡¿Y?! -Dice, rodeando mi cuello con su brazo izquierdo, dejando la botella abierta de fernet a centímetros de mi nariz- ¿Cómo pasó la noche mi pareja favorita?

-¿Qué? No sé de qué hablas. (Luego de que digo esto, Milagros vuelve a reírse de mis expresiones).

-Pasaste toda la noche con mariano en mi cuarto.

-No, yo lo recordaría -digo, agarrándome la cabeza- ¿Él donde está?

-Se fue apurado, tenía un ensayo.

-Debería recordar algo... ¿tomé algo?

Las tres se ríen como si hubiera hecho la pregunta más estúpida de todas.

-Tendrías que preguntar qué NO tomaste.

Luego de unas tazas de café (que fueron realmente necesarias), todos se empiezan a ir, así que mis primas y yo hacemos lo mismo.

Apenas volvemos a casa, siento la necesidad de hablar con Mariano. Abro mi laptop, y le mando un mensaje a facebook. Un simple "Hola", no me animé a mas. Que estúpida soy.

Nada.

Luego de una hora de mirar como estúpida la pantalla, me enojo y cierro la ventana de chat. Me siento en el borde de la cama, como cuando era niña. Vomito. Soy tan estúpida que cuando tomé no pensé en los efectos colaterales: por ejemplo, la puta resaca.

Me ducho, lloro sin motivo alguno, y me dirijo a mi cama. No me siento bien, pero, debe ser normal. Las nauseas siguen, y luego de unos cuantos viajes al baño, me traigo un balde a mi cuarto, para no tener que levantarme cada vez que quiera vomitar. Paso así el resto del día. Cada media hora (cuando mucho), entra alguno de mis primos o Tío Lucas a mi habitación, para ver si necesito algo, o hacerme compañía; Tía Anna pasa cada 5 minutos.

Reviso el facebook desde mi celular, y mariano sigue sin responder. Tiro el teléfono sobre mi mesa de luz. Me duermo, me despierto varias veces para vomitar. Así paso los siguientes cinco o seis días.

-Hey Sophie - dice Macarena con suavidad, mientras entra cuidadosamente a mi cuarto, detrás de ella Milagros, veo a Micol atrás de la puerta, pero sus hermanas hacen un gesto para que se valla- tenemos una pregunta para hacerte.

-¿Qué?- digo mientras me siento en la cama.

-¿No pensaste en... -dice Milagros, con timidez- en que podrías estar embarazada? Digo, viendo los hechos...

-¡NO!

-¿Segura? -pregunta Macarena.

-Bueno, no tan segura -digo- pero...

-No -interrumpe la mayor de mis primas- si tenemos esa duda, mejor hay que sacárnosla.

-Pero...

-Sin peros.

Macarena se va, y Milagros se queda conmigo. Después de unos cuarenta minutos, vuelve con la cajita que contiene el test de embarazo. Luego de otra media hora de trabajo psicológico de mis primas para-conmigo, logran convencerme de hacerlo. Sigo los pasos.

Miro de reojo el resultado, y sí, voy a tener un bebé, un bebé de Mariano.

Sophia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora