Prólogo

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Voy a navegar en tu universo

Sus pies golpeteaban contra el pavimento constantemente, siguiendo el pegadizo ritmo de la canción que se reproducía en su teléfono y la cual era capaz de sólo escuchar él gracias a sus auriculares en los oídos. Su cabeza también se había dejado llevar por la música y se movía de arriba abajo como si estuviese asintiendo. La canción era realmente buena. Un compañero del trabajo con buenos gustos musicales se la había recomendado hace un par de días y desde entonces simplemente no era capaz de dejar de escucharla. Era tan buena que la tenia de alarma con la intención de odiarla un poco, sin embargo, las cosas no funcionaron. La canción sólo hacía que se despertara con más ánimo.

La canción se reproducía por segunda vez y él gustoso esperaba sentado en la parada a que el autobús se dignara a llegar. No había prisa. Además la canción era tan buena que se le olvidaba que el reloj seguía corriendo, marcando como cada minuto pasaba.

Un minuto después, vio una cuadra a lo lejos al esperado autobús. Se puso en pie y se acercó con pasos cortos hacia la orilla de la acera. Su cabeza aún se movía al compás de la canción cuando volteó su mirada al frente, justo al otro lado de la calle. Y sólo dejó de escuchar el ritmo de la música cuando se vio envuelto en algo parecido al paraíso.

Del otro lado de la calle, un chico se apresuraba, dando grandes zancadas. Era un poco más bajo que él, con cabello negro y ojos pequeños. En su mano derecha cargaba un par de libros. Su cabello jugaba con el viento y su radiante belleza sólo lo hacía verse casi en cámara lenta con un Hoseok que por poco suelta la baba y la deja correr por su barbilla. Su mirada se posó en la ajena percatándose de como esos pequeños ojos se agrandaban ligeramente mirándolo. Entonces, se percató de que el chico corría hacia él.

Viene hacia mí.

Sus ojos no dejaban de estar maravillados y de agrandarse aún más cuando el chico cruzó finalmente la calle y se acercó lentamente a él. Hoseok estaba a punto de decir algo tonto cuando observó como el chico pasaba de él, sin siquiera mirarle y luego subió con apuro al autobús que sin esperarlo ya se encontraba frente a él. Por eso corría.

Sonrió mientras subía al autobús tras el chico de piel pálida, esperando volver a verle pronto, porque sin duda, ese chico le había cautivado.

Mi abrigo en el frío, mi paraguas en la lluvia(Yoonseok/Sope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora