Extra 7

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–Rápido, Gi. –Grita animado Hoseok.

Las piernas del peli rojo bailan a un ritmo que Yoongi no es capaz de oír. Sus caderas se mueven de un lado a otro y su rostro está adornado por una hermosa y gran sonrisa. Su mirada no se quita del agua azul que está por lo menos, a seis metros de distancia.

– ¿Ya estás listo? –Voltea hacia él para preguntarle. Sus hombros suben y bajan por la emoción y sus manos en puños siguen el compás.

–Espera un poco más. – Responde Yoongi, quién está untando su segunda capa de bloqueador sobre su blanca piel. El sol no le agrada y teme que la próxima vez que se vea al espejo no se reconozca por el bronceo.

– ¡Pero ya es la tercera vez que te untas bloqueador! –Chilla Hoseok, quien ahora parece menos animado. Ha vuelto a tomar asiento al lado del peli azul, en una de las sillas reclinables de pasta blanca.

–Segunda. –Corrige el mayor mientras pasa algo de bloqueador por sus blancas y flacuchas piernas.

–Da igual, te estás tardando mucho.

–Hobi, –Alza la vista hacia el más alto–el mar no se irá a ningún lado, puedes esperar un poco más. –El mencionado se cruza de brazos algo aburrido. Su ánimo parece haberse esfumado. Sus labios abultados lo delatan. –Ven aquí, úntame bloqueador en la espalda, por favor. – Hoseok obedece desganado luego de una corta pelea de miradas, la cual Yoongi ganó. –Gracias, cariño.

Al terminar, Hoseok vuelve a sentarse en la silla. Su ceño fruncido y sus labios abultados no han cambiado de forma en esos minutos. Yoongi por otro lado, busca en una de las bolsas que trajeron un gorro de pescador negro y se lo pone sobre la cabeza, luego, toma los lentes de sol que han estado reposando a un lado de él y los pone sobre el puente de su nariz, cubriendo sus ojos.

Cuando se siente realmente preparado, se pone en pie y camina unos pocos centímetros fuera de la pequeña choza de palmas que había estado brindándole sombra. Hoseok lo mira algo animado.

– ¡Espérame, Yoongi!

Camina los pasos suficientes para llegar hasta el peli azul y apenas lo alcanza se guinda en el brazo de este. Ambos caminan rápidamente por la arena caliente y se zambullen en el agua fresca.

–Wahh, se siente genial. – Dice Hoseok a lo alto mientras sus manos y pies se mueven dentro del agua. Yoongi asiente dándole la razón.

Con suerte, ese día muy pocos visitantes se encontraban en la playa. Sólo unos pocos, como ellos, se atrevían a entrar al mar, mientras otros menos se quedaban tomando fresco bajo las chozas.

Hoseok se ve feliz, y su felicidad lo contagia. Nadan juntos más profundo, donde menos gente está. Hoseok hunde su cabeza bajo en agua para mojar sus cabellos pero al salir su melena roja se pega a su rostro, impidiéndole ver. Yoongi, quien ha estado todo este tiempo cerca de él, trata de ayudarlo moviendo con sus manos los cabellos hacia los lados. Luego, el peli rojo los acomoda mejor hacia atrás, dejando ver su frente. Ambos ríen cuando vuelven a cruzar miradas. Yoongi aprovecha la cercanía para robarle un beso casto pero Hoseok lo aparta apenas sus labios chocan.

–Hay mucha gente. –Susurra en su oído para luego mirar a su alrededor. Yoongi le sigue.

En realidad, no hay tanta gente como Hoseok cree, pero siguen siendo suficientes ojos los que miran. Cualquiera de ellos puede llegar a juzgarlos. A Yoongi eso nunca le ha importado. Él vive su vida a su manera. Pero sabe cuánto le hiere a Hoseok que lo miren como si no valiese nada. Con desprecio y repugnancia.

Sin importarle el sombrero de pescador o los lentes de sol, Yoongi toma de ambas manos a Hoseok y los sumerge a ambos bajo el agua. Sus manos permanecen entrelazadas cuando Yoongi se acerca lentamente hacia a él y le roba un beso. La sonrisa de Hoseok no demora en notarse. Yoongi también le sonríe e incluso bajo del agua, ambos pueden notar lo coloradas que tienen las mejillas. Sus pies, al nivel de la cintura por la presión del agua, patalean repetidamente con la intención de impedir que el agua los separe. Se dan un beso más, uno más deseoso y hambriento. Sus lenguas jugando entre ellas. Tan concentrados están en acariciar sus labios que no notan cuando la presión del mar los sube a la superficie. El beso sigue por unos segundos más hasta que Hoseok se percata de lo que hacen.

Mira de inmediato a su alrededor, comprobando si alguien los ha visto, pero su inspección queda a medias cuando Yoongi vuelve a jalarlo por la cintura para unir sus labios. Hoseok, algo nervioso y apenado se despega del beso.

–Alguien pued– Yoongi no le deja hablar y se abalanza nuevamente en busca de un nuevo beso. Solo cuando el peli azul piensa que era suficiente, separa sus labios de los ajenos, más sus manos permanecen enredadas en la cintura del peli rojo.

–A la mierda la gente, yo te amo.

¡Queridos lectores!

Aquí termina esta hermosa historia. Gracias por todo el apoyo. Los quiero <3

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Mi abrigo en el frío, mi paraguas en la lluvia(Yoonseok/Sope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora