III: Por impulso

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Su jefe le había reprendido pero por lo menos el regaño solo fue eso. No fue despedido y su día laboral fue exactamente como lo esperaba: muchos clientes que llegaban huyendo del clima y él sirviendo tantos cafés su compañero hacía y cuantos los clientes pedían.

Al salir del local, las gotas de lluvia ya jugaban a cual llegaba más rápido al pavimento y el cielo se había tornado gris. El frió parecía haber acabado con la humanidad porque las calles de repente se veían solitarias. Hoseok abrió su paraguas y camino seguro hacia su parada. Mientras esperaba pensó en el chico de tez pálida. Se preguntaba si había escuchado de la lluvia, si traía consigo un paraguas.

–Debe tener consigo un paraguas –Trató de alentarse para evitar entrometerse más de lo que ya lo había hecho en la vida de un extraño.

Pero contrario a lo pensado, apenas esas palabras salieron de su boca, la lluvia aumento y las gotas mojaban más sus zapatos. Miró al cielo a través de su paraguas transparente y pensó una vez más en el chico. Debe estar pasándola mal si no trae paraguas.

Miró por unos segundos calle arriba, por donde se debía caminar para llegar a la librería del chico. Tomó fuerte al paraguas del mango y caminó apresurado por las calles mojadas hasta la librería donde el chico trabajaba.

No se atrevió a estar tan cerca. Tomó posición donde siempre lo hacía, como cuando iba a espiarle y le vio fuera de la librería. Justo debajo del angosto tejado que sobresalía del lugar, vio su delgado y pálido cuerpo tiritar por el frió. Sus botas estaban completamente mojadas y sus brazos abrazaban su propio cuerpo en busca de calor. Su cuerpo intentaba estar pegado lo más posible a la pared para evitar mojarse más.

A Hoseok el corazón se le estrujó y sin pensarlo dos veces se atrevió a caminar cerca del chico y hacer lo primero que le vino a la mente.

Mi abrigo en el frío, mi paraguas en la lluvia(Yoonseok/Sope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora