II: Y sí, soy un desastre pero estoy bendecido por estar atascado contigo.

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Al subir al autobús el chico tomo asiento cerca de la ventana en las sillas traseras mientras el puesto a su lado permanecía vacío. Hoseok estaba tentado a sentarse junto a él pero temía que el pobre chico se asustara y pensara en él como un acosador, así que se decidió por el puesto detrás de él al lado de una mujer de cabellos castaños.

No dejó de mirarle en todo el trayecto a excepción de mirar afuera de vez en cuando para no pasarse de su parada.

El chico se bajó una parada antes que la suya y Hoseok lo siguió con la mirada hasta que ya no pudo verlo más.

Una vez, cuando Hoseok estaba en el autobús camino a su trabajo, se atrevió a seguirle sigiloso. Bajó en la parada que el suele hacerlo y descubrió que trabajaba en una librería cercana. A veces, su memoria se desconectaba de su ser y todo lo que hacía era pensar en ese chico, por lo que de vez en cuando caminaba las largas tres cuadras que separaban sus paradas y le veía ordenar los libros por los grandes ventanales del local. Por suerte, estos le permitían verle desde una distancia prudente, la necesaria para que el chico de ojos gatunos no le reconociera.

Cargaba en su mochila el par de lentes oscuros junto a una gorra y un cubre bocas, los cuales usaba mientras le observaba sólo para hacer el trabajo más difícil a los curioso que se le acercaran y también por si al chico alguna vez se le daba por mirar fuera de los ventanales. Por ahora, nada de eso había sucedido, pero no estaba de más evitar. 

Mi abrigo en el frío, mi paraguas en la lluvia(Yoonseok/Sope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora